Veinticuatro

No sólo le había tomado muchísimo tiempo acomodar su cabello exactamente como lo quería, y con acomodar quiere decir hacer que la estilista lo acomodara, sino que además se quedó sentada en su casa, lista, una media hora para no llegar demasiado temprano. Normalmente hubiera sido puntual pero no era muy buena interactuando y prefería llegar cuando era menos probable que la notaran demasiado.

Se pasó por las patas que Frederick hubiera estado con ella esperando, mientras la peinaban que aunque fue en casa se tardaron mucho y mientras hacían tiempo porque a Oneida quiso, pero suponía que no le había molestado demasiado, después de todo habían pasado juntos la tarde, habían almorzado y merendado juntos... Y no sólo habían estado esperando, claro.

Finalmente, en sus taconcitos Dior y su vestido Elie Saab, colgada del brazo de su novio que por los altos tacones se veía más bajo que ella (y no le molestaba en lo más mínimo, cabe decir) adornada con discretas joyitas, se abrió paso en el lugar, ignorando un poco el lugar pues lo conocía y mirando a su alrededor los vestidos bonitos (y los feos).

Le dió a Fritz un apretón en el brazo y le susurró al oído, riendo suavemente justo después "No es por nada pero mi vestido es el más bonito" no esperando ser tomada en serio.

Sonrió y buscó con la mirada conocidos, a Zina para saludarla y desearle un feliz cumpleaños.

A cada paso su interés aumentaba, aunque eso no quitaba del rostro del duque la eterna expresión de gato complacido, el nombre… sólo empezando con eso era perfecto, la fonética era perfecta para disparar su mente a la imagen acorde a ese nombre angelical que coincidía a la perfección con el chico al que trataban de presentarle.

-Lo conozco, aunque no de la forma en que desearía sin duda alguna…- respondió galantemente olvidándose de Zina, al menos en cuanto a mirada y atención, porque seguía con ella del brazo… pero sus ojos y la dirección de su sonrisa sutil iban para ese chico delicioso y por como hablaba la morena, talentoso que tenía ahí.

Aquella sonrisa receptiva y blanca como la misma faz y piel del otro terminó por encaprichar al duque; el sirviente que le seguía y le conocía de años de servicio suspiró porque era un hecho que el resto de la fiesta su amo estaría pegado al artista y se olvidaría de ese asiento en el balcón que le consiguió hacia tan poco; elegante y aterciopeladamente, Patrick liberó la mano de la anfitriona de su brazo en un gesto tan sutil y casual que paso inadvertido por completo mientras tendía su mano hacia el joven.

-Es un placer conocerle… y al ver un interés tan real por parte de la encantadora anfitriona a su trabajo, no puedo evitar sentir lo mismo por el artista… ¿Sería posible acompañarle para conocer de su obra, por su propia boca?-

Preguntó suavemente sin dejar de mirarle, en sus orbes danzaba el interés intenso y creciente que caracterizaba el nacimiento de sus caprichos y deseos.

-Ahhhh…-

Y no lo culpaba del todo… las señoritas eran adorables, pero hasta el lograba sentirse hostigado con cierto tipo de señoritas, en particular las que generalmente andaban en este tipo de festejos, en este tipo de lugares… le gustaba admirarlas, el vuelo encantador de las faldas largas y la poesía en movimiento que era una sonrisa dulce o el girar breve de un cuello delicado… pero de ahí a la interacción directa, prefería otro tipo de personas también.

-Ohh… soy realmente aburrido señor Florit…-

¿Cómo no se había dado cuenta antes de quien era? Opacado por la molestia de ese toque sin su consentimiento no se había fijado bien en su rostro, hasta ahora que hablaban, bueno… si a eso se le podía decir hablar… era modelo, también músico si no le fallaba la memoria… conocía su trabajo. –Me temo que sus ojos están fallando… en vista de que he estado solo todo el tiempo… ¿Esconder personas? ¿Yo? Oh señor Florit, tiene una idea interesante de mi… -

"Es mi tío..." contetó bajito, como si se tratara de un pensamiento en voz alta y no de una respuesta en realidad."¿Entonces lo conoce? Él está aquí en la fiesta, puedo acompañarlo si quiere saludarlo"

Su tío conocía a mucha gente, eso se notaba en la forma en que se desenvolvía en ese tipo de lugares, seguro, a diferencia de él mismo por lo que ni siquiera se le ocurrió preguntar donde había podido conocer la madre del chico a su tío. Demasiadas posibilidades.

Aquella "silenciosa" respuesta fue escuchada sonrió interiormente porque recordaba que era así, aunque no pensó que de forma "casual" conociera al otro para poder hacer aquel lazo de una coincidencia, aunque eso estaba mejor que hacerlo él, aunque de igual forma aquello sería interesante pero era mejor aprovecharse de la situación por el momento sólo hacerse de aquel pequeño grillo.

"No se preocupe, seguro en estos momentos deberá de esta ocupado con algunas personas, no creo que este feliz de que lo interrumpamos además sería una sorpresa que me recordara ha pasado tiempo..."

"Oh, no se preocupe, mi tío tiene muy buena memoria, no creo que se haya olvidado de usted." se apresuró a decir, incapaz de dejar que alguien pensara mal de sus familiares.

Luego volvió a buscarlo con la mirada y se quedó un segundo pensativo.

"Aunque puede ser que tenga razón... tal vez después."

Un leve acentimiento con la cabeza fue la única respuesta que le pareció necesaria, sino es que de más, para contestar al fotógrafo, notando con agrado como parecían ambos invitados felices por la elección que había tomado la anfitriona de presentarlos de cierta forma.

Con una sonrisa y un leve vistazo al resto de los invitados, al haber sido liberada su mano y dejar todo listo entre ese par, se disculpó de una forma bastante breve con ambos, a vista de no requerir de nada más que eso, para atender al resto de sus invitados también.

En su camino, claro, se aseguró de pasar cerca de Jaska, para que la viera, que se diera cuenta que ella lo había visto antes y... que ya se las pagaría por haberla dejado sola toda la primera parte de la fiesta. Ahora solo tenía que hacer un par de presentaciones más, saludar a unos cuantos y después, probablemente, lo dejaría saber su suerte.

Por el momento, eran más importantes sus invitados, entre ellos, un curador.

"Sergei Imanov" saludo con ese mismo llamado, extendiendo su mano a él con delicadeza que contrarrestaría después con un ligeramente fuerte apretón de manos. "Zina Faber. Creo que nos conocimos en una de las recientes exposiciónes en las que fue curador, aunque recuerdo su nombre de algunas otras. Es toda una figura en el mundo del arte. Es un honor tenerlo aquí."

Encontrón un lugar donde el ruido no llegaba tan fuerte paso a llamar a su casa escuchando que todo esta bien, su pequeño ahora descansaba así que eso le daba un poco de tranquila y más saber que seguía atento a él, corto la llamada tras avisar a que hora llegaría para que estuviera en alerta hasta esa hora, volvió a la fiesta pasando a entrar, notando de cierta forma más personas.

Vio una pequeña manita moverse entre la multitud viendo que miraba sobre los hombros de su padre al parecer, le saludo a la pequeñita que parecía atraída por algo, notando mejor vio que era el destello del móvil que llevaba en su mano, sonrió era linda y nada extraño eso tomando en cuenta la curiosidad propia.

"Eso me alegraría mucho ya que ha sido realmente mucho tiempo desde la ultima vez.."

Comento con nostalgia sincera, en realidad sólo así se notaba porque no era algo que realmente sintiera ni siquiera lo había conocido pero él sólo hecho de saber que fue en el único que pensó su madre era lo suficiente para detener su vida en ese paso, aunque lo conociera ahora o después era igual no implicaba que fuera a escapar de alguna forma.

"Usted debe de llevarse bien con él"

Había acordado con sigo mismo que, por hoy, no permitiría que algún pequeño dsperfecto los lelvara a discutir. Era San Valentín después de todo.

Habían pasado el día juntos, tranquilo, romántico, porque él así era, en busca de pequeños detalles que pudieran hacerla a ella sonreír, pese a que ninguno de los regalos que él pudiera darle fuera algo que ella misma no pudiera comprarse.

Ahora mismo estaba tratando de complacerla en otro detalle, acompañandola a la fiesta de su amiga, aunque iban tarde, bastante tarde para su gusto, y apropósito además. Había tenido que lidiar con su ansiedad cuando veía a Oneida esperar pacientemente a que diera cierta hora que él desconocía (porque era distinta a la señalada en la invitación), pero, al fin estaban allí. Se sentía incómodo por la hora de llegada, pero a nadie parecía realmente importarle, y la festejada en cuestión no parecía tampoco darle importancia, estando ocupada con otros de los invitados.

Dio un rápido vistazo evaluativo a todo antes de sentir un tironcito en el brazo que lo hizo acercarse un poco más a Oneida, suponiendo que algo tendría que decirle, y sonrió al escucharla, sólo porque se rió, de otra forma tal vez le hubiera "reprendido" ligeramente por el comentario. Mas, lejos de eso, le dejó un cariñoso beso en la mejilla, sin comentar nada al respecto.

No es como si se fuera a poner a evaluar los vestidos de las demás.

"No sé, sólo veo el tuyo" comentó ligeramente risueño también, siguiendo el juego.

Sonrió sin poder evitarlo, porque esa era la reacción que le provocaba sin duda el menor, tal vez porque tenía cierta inocencia que le hacía pensar en alguien un tanto menor y le causaba una extraña ternura, entre otras cosas.

-¿Me quitarás las intenciones de embriagarte? -preguntó bajito y a su oído con un apenas evidente tono de broma antes de alejarsele un poquito sólo para mostrarle una sonrisa ligera para pedir un par de bebidas suaves para ambos a uno de los meseros.

El ambiente era... algo difícil de definir, le parecía que había cierta incomodidad general que apenas empezaba a disiparse que, irómicamente, le permitía relajarse. Tal vez que estaba más acostumbrado a los eventos de esa mujer, o porque era de los pocos que la conocían de antes.

No tardó en recibir las bebidas de ambos, ofreciendo una de ellas a Andrew.

-Descuida, relajate un poco. Es una fiesta después de todo.

Las expresiones de sutil coquetería no pasaban desapercibidas pero, luego de conocer a algunos cuantos cuyo estado natural era, precisamente el ser coquetos, no lo tomaba demasiado en serio en primera instancia, aunque poco a poco iba entrando al mismo juego, él que generalmente optaba por una vía mucho más sutil.

"Lo tendré en cuenta para futuras ocasiones"

Dio un último trago a su bebida y llamó a uno de los meseros para que se llevara el vaso, considerando la posibilidad de pedir otro trago, pero desistiendo al saber que debía llevar más tarde a su sobrino a su casa y luego al chico que se había quedado a cuidar a Mishka en casa, y aunque no le afectara realmente, tampoco iba a fiarse de su suerte.

"No he preguntado, ¿qué tipo de música cantabas?"

"Debe ser que he estado en pocas..." confeso mientras tomaba la bebida entre sus manos y se acercaba un poco para no verse arrastrado entre la marea de gente que iba y venia de un lado a otro

"Las invitaciones a las fiestas de universidad son frecuentes, pero esos eventos se desmadran y a veces acaban con todos los asistentes en comisaria y dejando sus huellas en un papel. Mataria a mis padres si recibieran una llamada explicandoles que estaba detenido..."

Spoiler:

Entre los convidados no perdia detalle del ir y venir de los mismos, de los pequeños grupitos que se formaban entre conocidos de manera casi hermetica y las "debidas" presentaciones entre los mismos como se esperaba de un evento tal. A su vista no paso desapercibida la figura de aquella señorita que le invitara. Tomo la mano esbelta y perfecta de la dama, dando un pequeño tiron a la misma, posando los labios en el dorso al inclinarse levemente. Varios mechones de su cabello caia despreocupadamente y sin orden aparente en una especie de cascada con aquel simple movimiento.

-Encantado de verla nuevamente- Se levanto soltando aquella mano, mirandole fijamente con una sonrisa en los labios de manera galante y amable.- Hara que me apene con palabras tan amables, ser conocido como curador es una verdadera sorpresa, en especial cuando la mayoria pasamos desapercibidos y en el anonimato al dar la fama adecuada a nuestros artistas.-

Se acomodo los mechones que se deslizaran por su hombro acomodandolo tras su oido nuevamente, donde no estorbaran demasiado.

-Es en verdad una reunion encantadora, justo lo que se esperaba segun su fama.-

Sostuvo aquella mano entre la propia un poco más de lo habitual en una presentación informal como aquella, su mirada azul seguía firmemente afianzada en el rostro bello del muchacho, era blanco, casi inmaculado… pero había algo en esos gestos y en esa boca, especialmente en esa boca que le mostraban ligeros manchones en las plumas de ese ángel, haciendo a los ojos incluso más deseable que hacía dos segundos, y seguramente menos que lo que se le haría en los próximos dos.

-Estoy seguro que lo hará…-

Lo liberó casi a regañadientes, sosteniendo incluso un poco más las puntas de los dedos de su delicada mano entre la suya enguantada, dirigió un asentimiento leve de cabeza cuando la hermosa anfitriona se despidió de ellos para atender al resto de sus invitados, esa mujer era brillante, realmente brillante…

-Venga conmigo a un sitio un tanto más tranquilo a disfrutar de una copa, me niego a renunciar a su presencia sumamente encantadora durante esta velada…- Y la negación no era solo en sentido figurado o con intención poética, en realidad era la simple y llana negación a dejarle ir, por mero gusto caprichoso, lo quería a su lado y punto… no era galantería en sí… era simple deseo.

Sonrió con algo de empatía hacia el otro rubio, hablando así de su tío, ¿sabría él lo que había pasado hace un par de años? Lo de... la pareja de él, o sobre Mishka, ¿debería decirle?

"Sí, me ha ayudado mucho"

Continúa aquí:

"Una parte de mí siente algo de lastima por quienes pudieran haber sido sus representantes"

Admitió, imaginando aquello con una sonrisa, porque contrastaba tan con el régimen militar que parecía una broma. Algo improvisado, así de la nada y, a la vez, algo similar a lo que los entrenaba a responder en situaciones críticas, a planear en minutos, en segundos y poder llevarlo todo a cabo como unidad y el chorro de adrenalina que eso simbolizaba la mayor parte de las veces.

"Pero no esta mal querer sentir esa adrenalina de vez en cuando, la de las cosas improvisadas en minutos, a pasos de un posible escenario predispuesto para ese tipo de actividades"

Echó una mirada a la salida del salón, como invitación, porque si ya estaban en eso, porque si ya estaban en un hotel, ¿qué más daba?

"¿Como cuántos minutos tomaría?"

Spoiler:

No puso resistencia ante ese peculiar saludo, simplemente sonrió delicadamente a él, observándolo con sutil interés hasta antes de retirar elegantemente su mano.

"Para mí, como alguien que aprecia y compra obras, es importante saber quién ha curado las piezas que veo, principalmente porque uno aprende a reconocer qué curadores no compartes los gustos de uno mismo. Además, en los textos de sala pueden rápidamente apreciarse el tipo de interés del curador hacia el artista y la exposición, ¿no es mejor estar al tanto también?"

Después de todo, ella tenía su colección personal y una pequeña galería en la que tenía las piezas de las que se había hecho propietaria. Ella curaba las piezas que más tarde serían de su posesión, había aprendido, a base de deducción, algunos de los parámetros en los que eran curadas las exhibiciones en museos, las piezas en exposiciones y, por su puesto, en galerías.

"Me alegra saber que está disfrutando de la velada. ¿Ha conocido a alguien digno de su interés?"

Spoiler:

Abrió bien los ojos ante la aparente idea que Andrew tenía sobre las fiestas con alcohol, aunque dudaba que ese fuera el caso de un evento organizado por Zina, había siempre personas con demasiado poder e influencias en ellos como para permitir que algo así pasara, además.

No evitó reírse bajito ante la idea, negando suavemente.

-No creo que esto acabe así, realmente, la anfitriona es fanática del control, por lo que dudo que permita que pase.

Tomó un poco de su bebida, sin perder de vista al menor, sin contenerse de "arreglar" el cuello de la camisa ajena que, realmente no necesitaba arreglo alguno, pero servía bien de pretexto para tocarle un poco. Demasiado tentador para mantener sus manos tranquilas.

-Además, no te ves como el tipo de chicos que terminan detenidos por algo así.

El roze como de una pluma en su cuello le hizo temblar, enrojecer y sentir un leve mareo como si hubiera tomado alcohol, tan embriagante era la sensacion. Como la primera vez que probo champagne y tuvo la impresion que flotaba fuera de su cuerpo sobre nubes

"¿La conoces personalmente?"

Su mirada recorrio la sala aunque no tenia idea del aspecto fisico de la anfitriona

"¿Que clase de persona es?" pregunto porque era un poco descortes estar en la fiesta de alguien sin saber quien era