[Libre] Un día más

Tema: [Libre] Un día más Jue 31 Mar 2011, 06:26

Ya estaba atardeciendo cuando llegó al río, parándose para admirar los colores cambiantes del cielo, mientras una suave brisa mecía sus cabellos. Sus orbes habían adquirido una tonalidad dorada a causa de los efímeros rayos del sol que teñían el cielo de diversas tonalidades anaranjadas. Sus ropas eran unos pantalones negros de vestir ligeramente ajustados y una camisa blanca que le iba algo holgada con una fina cinta negra atada al cuello en una sencilla lazada. Sus manos sostenían una bolsa negra que contenía sus preciadas cámaras y varios carretes usados.

El cansancio de todo un día de trabajo se reflejaba en sus pensamientos, estaba harto de tener que trabajar con modelos caprichosos, no es que no pudiese controlarlos, pero el simple esfuerzo le hacía perder su valioso tiempo, parecía que cada vez había más niños mimados y menos gente con la cabeza bien puesta entre los hombros, aunque por suerte sus últimas horas de trabajo habían mejorado el día entero al trabajar con alguien sensato para variar.

Sus labios se entreabrieron ligeramente dejando escapar un pequeño suspiro, dejando su cuerpo completamente relajado con sólo aquel pequeño gesto, logrando olvidarse de sus problemas al ver como el sol se escondía tras el horizonte.

Decidió dar un paseo ya que se encontraba aburrido, entre sus pasos lo llevo hasta donde se encontraba el rio, vio el corre de este siguiendo caminando por la orilla antes de detenerse a notar una linda tentación el cual no se privo en recorrerle con la mirada de forma descara como si lo desnudara, bueno siempre había que admira lo que era una belleza y ese joven si que lo era así que no se limitaría ni un poco. -Un hermoso paisaje, ¿No cree?-

Tan ensimismado estaba con la hermosa puesta de sol que no se percató de que alguien más estaba en el río, acercandose a él y deborandole con la mirada en el proceso, por lo que al escuchar la masculina voz cuestionandole sobre el paisaje no pudo más que sorprenderse ligeramente y girarse hacia la fuente de esta, cambiando el peso de la bolsa a su hombro derecho, dejando así sus manos libres. Su mirada ambarina se centró en el rostro ajeno y en sus orbes negras como la noche que parecían querer penetrar en su alma.

-Realmente hermoso...

Fue un suave susurro emitido con su voz aterciopelada, mientras meditaba el significado de aquellas palabras.

-Aunque no puedo asegurar que sea eso lo que tanto capta su atención...

-Es cierto, no fue lo primero que atrapo mi atención, he de admitir que su belleza me cautivo primero.-, Declaro con tranquilidad o ¿Seria descaro?, Le tomo del mentón cuando lo tuvo cerca alzándole su rostro casi como si fuera a besarlo. -Me pareció ver un ángel y desee corromperlo.-, Se acerco a esos sonrosados labios para unirse a ellos en un beso.

Su atrevimiento no era nada en comparación con lo que normalmente hacía, pero simplemente vivía la vida y el tiempo era tan veloz que había que saltarse ciertas cosas y sólo disfrutar como era las cosas.

Un leve sonrojo le invadió el rostro ante las palabras y la cercanía del mayor, debía añadir que él era liberal respecto al sexo, pero no estaba acostumbrado a que alguien fuera tan directo con sus insinuaciones, la gente solía ser más inhibida, por lo que el color rojizo de sus mejillas vino a raíz de la falta de costumbre a una sinceridad tan halagadoramente contundente.

En cuanto sintió aquellos labios sobre los suyos no pudo evitar sorprenderse, pero aún así al cabo de pocos segundos sus orbes se entrecerraron y sus rosáceos labios se entreabrieron correspondiendo a aquel gesto, dejando paso libre para que la lengua ajena hiciese un viaje exploratorio.

El color en aquel rostro fue tentador, eso sería un interesante juego al parecer, el roce en sus labios fueron correspondido por los ajenos y para que negarse a la oportunidad que le daba, no tardo en disfrutar, colándose a esa cavidad empezando una danza con aquella rosada dueña y jugando en el mejor baile que compartiera los dos hasta el punto de seducirla más allá de un vals.

Su mano libre estrecho aquella cintura apegándolo a su cuerpo, sintiendo lo fina de esta que era fácilmente visible, pero tenerla de esa forma invitaba a continuar el pecado más allá de un solo beso, el cuerpo entero podía pedir ser sometido.

Sintió como aquella húmeda lengua profanaba su boca, rozando la propia, acariciándola, incitándola a bailar juntas. Él no se hizo derogar demasiado, su lengua correspondía a los toques de la ajena, enredándose entre ellas, luchando por el dominio de aquel cálido territorio, mientras la mano ajena pegaba sus caderas, dejando un nulo espacio entre ellas, que él aprovechó para provocar al más alto, mostrando su carácter pasivo-agresivo, mientras una de sus manos se enredaba en en largo cabello ajeno. En cuanto el aire se hizo indispensable rompió el ardiente beso, dedicándole una suave mordida al labio inferior ajeno, tentándole quizás.

-Es... realmente atrevido de su parte...

A pesar de sus palabras, suaves y susurrantes contra los labios ajenos, sus orbes ambarinas mostraban cuanto le había agradado aquel beso, cuanto lo había disfrutado...

Aquella provocación por parte de ese "ángel" era tentadora ahora se daba cuenta que era un pequeño demonio disfrazado y eso era mucho más tentador que la idea anterior, sonrió cuando lo escuchó tras romper aquel beso, no lo había soltado de todo por lo cual aun se juntaban sus cadera y disfrutaba que siguiera así la cercanía. -Puede, pero la vida pasa tan raido que ha que aprovechar, además si fuera un lindo ángel es mejor atarlo a este mundo terrenal antes de que desaparezca.-, Acaricio su trasero. -Aunque tal vez deba hacer más.-

Sus orbes miraban entrecerradas a aquel demonio seductor, destilando algo de placer y deseo ante las descaradas caricias que el otro se atrevía a regalarle, arrancándole algún pequeño estremecimiento en el proceso, puede que de anticipación a lo que aquella conversación parecía preceder.

Una de sus manos quedó "atrapada accidentalmente" contra el pecho del moreno, jugueteando en él, proporcionándole leves caricias incitantes, mientras sus labios seguían cercanos a los del casero, haciendo que sus alientos se mezclasen, y sus cuerpos parecían trasmitirse su calor.

-¿Y qué piensa hacer para mantenerme atado a este mundo... durante mucho, mucho tiempo?...

-Eso deberás irlo descubriendo conforme pase este momento.-, Declaro sin mucha preocupación en ser descarado, sólo estaba disfrutando de acariciar aquel bien formado trasero, dejando una caricia más atrevidas cuando se dejaba delinear entre sus dos glúteos, lamio aquellos labios tan cercano pero a la vez tan lejano antes de saborearlo realmente. -Ahora el dilema será si debo de ser discreto con este hermoso ángel o enseñarle lo mejor de la vida en este exquisito lugar.-, Lamio su cuello.

Su cuerpo estaba empezando a reaccionar frente aquellas caricias, deleitándose con aquel descaro tan excitante, deseando que aquella lengua hiciese algo más que tentar a sus labios, los cuales se entreabrieron en un ligero jadeo en cuanto aquel húmedo músculo se dedicó a acariciar su cuello, enviando miles de corrientes eléctricas por su espina dorsal, haciendo que el deseo pintado en sus luceros se incrementase, volviéndolos oro líquido, a la vez que movió sus caderas, incitante, provocador...

-Bueno... Eso depende... Si nos quedamos aquí es muy probable que pierda mi pista... Y si nos vamos... Puede llegar a saber dónde encontrarme... Aunque claro... Siempre... Podemos llegar a una solución intermedia...

Sus palabras eran susurrantes, pronunciadas con una voz suave y sensual que iba única y exclusivamente dirigida a su acompañante, siendo de un tono realmente íntimo.

-La idea de saber tu refugio me parece por demás tentadora.-, Lamio el lóbulo de su oreja antes de dejarle una mordida. -Me permito dejarme guiar por este hermoso ángel.-, Mordió su cuello de nueva cuenta. -Antes de verme aun más tentado y terminemos como exhibicionista, aunque la idea no esta nada mal.-, Sonrió con descaro por aquella fantasía pues realmente se vería tentador que alguien cayera cuando estaban en eso, aunque siempre se podía disfrutar de varias manera para sentirse satisfecho.

Pequeños jadeos se escapaban de entre sus labios ante cada lamida y mordida que su cuerpo recibía en base a las atenciones que el mayor le dedicaba, haciendo que fuese realmente difícil no cumplir las insinuaciones del moreno, pero si aquel encuentro iba a ser tan satisfactorio como se estaba imaginando... Dios, debía asegurarse de que se repitiera, y que mejor forma que en la intimidad de su piso, dónde podrían hacer tantos rounds como sus cuerpos pudieran aguantar, y puede, que el mayor decidiera ir a buscarlo más adelante, y que mejor modo que dejarle algunas migas de pan para el camino.

Una sonrisa completamente incitante y tentadora se dibujó en su rostro ante las últimas palabras del mayor, mientras sus labios se acercaban al oído ajeno, siendo ahora él el que depositase su cálido aliento sobre el más alto.

-Bueno... En mi refugio... Tengo ventanas muy, muy grandes... Siempre puede pillarnos algún vecino curioso...

Una ligera mordida fue dedicada al lóbulo ajeno, provocándole antes de enlazar su mano izquierda con la derecha del de largos cabellos, separando sus cuerpos para iniciar el camino hacia su hogar, rozando intencionadamente aquella cálida mano con su firme trasero, buscando encender aún más él libido de aquel orgulloso pecador.

Spoiler:

Escuchó aquellas palabras sonrió satisfecho con ello antes de dejarse guiar hacia la localidad de aquel ángel, bueno ahora veía que el paseo no había salido para nada mal y eso era perfecto, sintió aquel roce intencionado sólo podía aumentar más su deseo por hacerlo suyo, deseaba tener ese cuerpo estremeciéndose bajo suyo y escuchar sus gemidos.

Cerrado

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