Queen Marielle (Libre)

Paseos por el río, no era el más afecto a ellos, no que le hicieran mal como a otros, simplemente no le provocaban nada, pero lo habían mandado como escolta del hijo del embajador y, hasta eso, no era todo el camino, pues lo único de lo que debía asegurarse es que llegara bien al puerto en Hampstead, donde lo recogería la limusina que habían rentado para el mismísimo embajador y listo, estaría libre para ir con su porpio niño.

Para su desgracia, muy contrario a Mishka, el hijo del embajador no era nada tranquilo y se la había pasado de un lado a otro y a él le había tocado disculparse por el mocoso y, por si eso fuera poco, cuando al fin se había quedado quieto, dijo estar mareado y querer vomitar.

Se llevó el dedo pulgar e índice al punte la nariz algo exasperado. Lo único bueno es que había imaginado que algo así pasaría y había llevado con él algo de jengibre para que al niño se le pasara el asco y el mareo. Para su alegría el viejo remedio había funcionado o habría tenido que terminar limpiando algo asqueroso del piso o la ropa del niño.

Cuando al fin llegaron al puerto, se sintió secretamente feliz de poder delegar esa responsabilidad a alguien más, mirando como el niño subía a la limusina donde estaba su propia guardia y estaba por bajar él también cuando escuchó, casi sin querer, que alguien más estaba sufriendo de los mismo mareos y, bien, era un caballero.

"Disculpen, señoritas, no pude evitar escuchar algo de su conversación... Si tiene alguna clase de mareos y va a seguir en el viaje, puedo ofrecerle un remedio natural"

Mostró el pequeño recipiente donde tenía el jengibre y lo ofreció en un gesto sútil.

"Es jengibre, le ayudará"

Spoiler:

Notó la reacción inicial de la menor de las mujeres y, aunque lo hacía sentir ligeramente incómodo, la entendía por completo. No debía resultar del todo confiable a la vista un hombre que se acercara a un par de damas de buenas a primeras así nada más.

Al menos habían aceptado el remedio.

"No es nada... sé que los paseos por el río no son del todo agradables para algunos."

Sonrió ligero para ver ligeramente a quien aún parecía estar pasando por el malestar tratando de que se relajara un poco en su presencia, esto antes de volver su vista a la señorita que ahora, gracias al llamado de su acompañante, sabía que se llamaba Sophia.

"Beltrán, para servirle"

Hizo una pequeña pausa, considerando si debía o no decir lo que estaba en sus pensamientos, pero finalmente sucumbiendo a la ligera preocupación que le provocaba la otra mujer, a la que no pudo evitar hablar esta vez, esperando no sonar demasiado entrometido.

"Mmh... espero no me tome a mal, pero creo que la señorita con usted tiene razón, si no se siente bien tal vez sería mejor para usted descansar en tierra. Si le preocupa la seguridad de la señorita yo podría escoltarla a su destino, si ella está de acuerdo, claro está"

Se metió la mano al pantalón para sacar su cartera y mostrarle una identificación donde mostraba que era militar, tal vez si veía que era alguien parte del gobierno que estaba para "proteger a los civiles", podría sentirse un poco más tranquila de dejar a la menor con él. Después de todo, se podría decir que podía hacer las veces de un policia en ese momento.

"Soy militar, mis datos están allí"

Britannia... el apellido le sonaba de alguna parte, aunque se permitió dejar aquello de lado por un momento, al menos para sonreír a la otra joven, la acompañante de la señorita.

"Estoy seguro que así es."

Tomó su identifiación de vuelta de las manos de Briseida, pero no los restantes de jengibre, pidiéndole que los concervara, por si tenía que viajar por agua de nuevo. A fin de cuentas, él tenía algo más de eso.

"Descuide, acababa de dejar en tierra al hijo del embajador, no tengo problemas con ello, puede quedarse tranquila."

No generalmente, al menos.

Sonrió para sus adentros al ver a la joven Briseida abrazar a la señorita Britannia antes de salir del bote, notando un cambio notable en ella cuando tocó tierra. Le alegraba, lo admintía, haberla ayudado. Odiaba ver una mujer sintiendo malestar de cualquier tipo y no hacer nada al respecto. Realmente no entendía como otros lo podían pasar por alto así nada más.

Pero se distrajo de sus pensamientos al escuchar de nueva cuenta la voz de la joven que ahora escoltaba, notando un gesto que supuso era causado por la posible incomodidad que su ofrecimiento le había ocasionado. Claro, de pasar la tarde con otra chica a pasarla con un militar ya más entrado en años y, además, un desconocido... bueno, resultaba obvio que no podía ser lo mismo y, si lo pensaba, pudiera ser que incluso le hubiera arruinado los planes o algo similar. ¿Una huída, posiblemente?

"No es molestia, al contrario, espero no estar interfiriendo demasiado en sus planes, señorita... ¿Britannia, me dijo? ¿Es de casualidad pariente del parlamentario?"

Sonrió ligeramente a la menor, una encantadora jovencita de verdad. Linda, de alguna manera, al ponerse nerviosa con él.

"Sophie, entonces"

Concedió sereno, no era un gran problema, de alguna manera era más cómodo, ya llevaba todo el día hablándole de "usted" a un niño como para seguir con ello con otra joven menor que él. Aunque más que por la edad, era la referencia al trabajo lo que el "usted" tenía que le evitaba relajarse del todo.

"Hacía de escolta para el hijo de un embajador que quería pasear en el lago. Acababa de bajar del bote cuando me encontre con ustedes"

Respiró el aire que tenía ese delicado aroma a humedad y se permitó sólo disfrutar de lo que quedaba del viaje, en gran parte porque su nueva compañía era mucho más agradable que la anterior.

"Descuide... no soy tan malo como parece. Puede estar tranquila. ¿Qué le parece si ambos nos permitimos sólo disfrutar el paseo?"

Se prermitió sonreír y casi reir por esa referencia con el niño que acaba de dejar ir.

"No se preocupe, no soy alguien que tenga que impresionar, incluso entendería si no se siente a gusto platicando con un extraño. No le pondré pero a nada mientras no vaya corriendo por el bote. Creo que usted sabe qué puede y no hacer. Yo me ofrecía a hacerle compañía y ver que no le pasara nada."

Respiró el aire húmedo del bote y buscó un lugar donde sentarse para estar más cómodo y poder ver todo.

"No será una carga para mí"

Le aseguró con una pequeña sonrisa, buscando con la mirada aquello que la joven parecía tan entretenida viendo, notando a la curiosa avecilla.

"¿Le tienen muy restringidas las salidas?"