Brumas

Despues de visitar a sus padres como hacia todos los domingos libres se habia acercado a la parte mas recondita del cementerio, aquella que parecia llevar varios años desatendida, donde los cipreses crecian mas altos sin que nadie los podara y hierbas salvajes crecian en los caminos y alrededor de las tumbas

Se detuvo enfrente de una y deposito unas flores blancas, cruzadas a un extremo de la ultima letra del nombre grabado en la desgastada lapida. Las fechas estaban borrosas por el tiempo y la humedad, pero la zona alrededor estaba mas aseada, a diferencia de otras tumbas cercanas, evidencia que alguien mas iba con frecuencia a visitarla

Se sento y empezo a susurrar. A nadie lo creen desequilibrado por hablarle a los difuntos y si alguien lo creyera tampoco le importaria

El cementerio... de chico le habían enseñado que el cementerio era nada más que una propiedad más, un terreno que las personas compraban para tener donde poner sus cuerpos, sus ataudes, lugares donde no había más que tierra, malesa y cuerpos. El sitio a donde los que se sentían culpables por las cosas no hechas durante la vida de una persona iban en busca de paz mental.

Esa era la idea de su familia, ellos optaban por la cremación, pero eso tampoco lo entendía. Si el cuerpo no era nada más que una cáscara vacía para ellos después de que uno moría, ¿por qué habría de importar la forma en la que ésta terminara?

En realidad, la primera vez que le pidieron escribir sobre eso, se había negado, pensando que sería hipócrita de su parte describri una escena realmente emotiva en un cementerio cuando para él no significaba nada ese lugar, como no significaban nada las tumbas... El detalle es que necesitaba el dinero y sus proyectos actuales estaban barados por falta de inspiración o referentes para continuarlos. Así que... allí estaba.

Llevaba un celular con grabadora de voz y procesador de texto por sí algo se le ocurría, pero nada. Hasta ahora sólo había logrado concretar algo sobre la sensación de melancolía y pesadumbre al entrar, el aroma a tierra mojada y flores recién cortadas convinando con el de flores marchitas y agua estancada.

Luego de caminar entre las tumbas un momento, se paró para cerrar los ojos y preguntarse qué estaba buscando realmente. Debía olvidarse de lo que creía, de lo que había aprendido, para poder empatizar con lo que el lugar le ofrecía, pero... ¿a qué iba realmente la gente al cementerio?

-No tiene caso... -se dijo a sí mismo, al aire, apunto de suspirar resignado, darse media vueltar e irse... cuando notó una figura a lo lejos, en una parte del cementerio a la que no había ido aún por pensarla básicamente avandonada y, por alguna razón, el sólo ver a esa persona de lejos, en medio de ese escenario provisto por el lugar, las emociones llegaron solas, todas de golpe, como un huracán contra su pecho.

¿Melancolía? ¿Nostalgía? ¿Esperanza? No podía descifrarlo, no a esa distancia... necesitaba acercarse, ver a esa persona, escucharla tal vez... Hablarle.

Al tener la cabeza inclinada cerca de la lapida sepulcral de un frio tono gris, como debia encontrarse el cuerpo en su interior, helado e inmovil durante tantisimos años y con los huesos blanqueados por el paso del tiempo, no oyo la presencia de alguien mas en el jardin de los difuntos que lo rodeaba

Mas que ver o escuchar sintio la cercania de alguien vivo y levanto la mirada buscando. Su primer pensamiento fue que seria un guardia, porque a pesar del abandono aquel area seria tambien vigilada para evitar que los adolescentes la profanaran con fiestas, retos de valor y botellas de cerveza rotas

Pero la persona que vislumbro entre los setos y las ramas oscurecidas de un verde casi negro no tenia el menor aspecto de vigilante. ¿Seria un visitante tambien?

Se incorporo, ocultando un gesto avergonzado por haber sido descubierto en un momento de debilidad

"Buenas tardes..." su voz era firme, suave para su edad de 22 años, aunque podia atribuirse a aquella costumbre de mantener un tono bajo en los lugares donde la muerte y el silencio establecen su reinado

Se había quedado a una distancia prudente, o al menos así había pensado que había hecho hasta que el joven rubio, del que ahora distinguía un poco más sus facciones gracias a la cercanía, alzó la mirada, capturando su aliento por apenas una centésima de segundo.

-Buenas tardes... -respondió luego de un silencio apenas perceptible, tratando de adecuarse al tono de voz ajeno, más que nada por la falta de experiencia en lugares así, tratando de mimetizarse un poco-. Lo siento, no quise hacerlo sentir incómodo.

Flores... ahora pensaba que debía haber llevado flores, al menos de esa manera hubiera sido más fácil fingir ser un visitante más, tener un tema de conversación. Pero no, no había sido tan inteligente, y en vez de eso había llevado un celular con funciones que usaba tan pocas veces que estaba por convencerse de que había sido una inversión muy mal hecha.

Bajó la mirada a la tumba junto al joven, casi con la esperanza de que hubiera algo en ella que le permitiera seguir la conversación con esa persona, que le permitiera acercarse al sentimiento que parecía emanar de él, pero que continuaba siendo indescifrable para Alvah.

-Son hermosas... -comentó, refiriéndose a las flores-. Por un momento había tenido la impresión de que esta parte del cementerio estaba algo olvidada, pero las flores que ha traido hacen que sea imposible seguir pensando eso... Seguro alegrará a quien las vea.

Hizo una leve pausa al no estar seguro de cómo continuar, tratando de recurrir a su memoria emotiva para encontrar algo que pudiera ayudarle en ese momento, pero en lo único que podía pensar era en la flores en sí, en lo tristes y avandonadas que se veían en el suelo, en que seguro estarían mejor en manos de alguien con calor corporal.

-Se ve que ha cuidado el lugar de descanso de esta persona.

"No me incomodo, solo no pense que alguien mas se internara hasta aqui...precisamente porque esta parte, como dijo, estaba olvidada. Contiene tumbas muy antiguas y otras a los que no deben quedar parientes que las visiten..."

Su expresion no mostraba extrañeza por el comportamiento del otro joven. Las flores que no estaban a la vista habrian sido dejadas en alguna tumba antes de llegar a aquel espacio olvidado, eso era lo que su mente le hacia suponer y que el aura inquieta procedia de la inseguridad de encontrarse con una persona desconocida

"Era una persona muy importante para mi familia. Fallecio en un pais extranjero y parte de su cuerpo fueron repatriado de regreso a Inglaterra. El resto quedo en el pueblo donde paso sus ultimos años, el quiso ser enterrado alli, con los recuerdos que guardaba..."

Se estiro y rozo con sus dedos los petalos blancos

"Entonces causo un gran escandalo, el hecho de que solicitara en su testamento que su cuerpo fuera fragmentado y enterrado en dos tumbas diferentes. Pero era el unico hijo de sus padres y no pudieron negarse a su ultima peticion..."

Escuchó el pequeño relato sin hacer ruido alguno, sólo siguiendo al joven con la mirada mientras imaginaba eso y, sin entender del todo por qué, sinitó escalofríos cuando habló de repartir partes de los restos entre dos países. Él se había dicho, al entrar, que el cuerpo era sólo eso, entonces ¿por qué reaccionar así ante la idea de segmentarlo?

-Ya veo... debieron ser dos lugares muy importantes para él, aunque algunos hubieran optado por la cremación para repartir las cenizas.

Bueno, había oído de personas que eran cremadas y luego pedian que sus restos fueran arrojados al mar o en diferentes lugares de un país, cosas así, pero eso... nunca antes. Y era peculiar, también, si lo pensaba, porque si los padres de la persona (o parte de) que estaba enterrada allí aún vivían, ¿eso quería decir que había muerto siendo joven? ¿qué tan joven? No podía evitar preguntárselo.

-¿Le molesta si le hago compañía?

"En absoluto..." abandono la inmediata vecindad de la lapida por un banco de piedra granitica cercano al camino donde podrian sentarse los dos

"Cuando esta persona murio, hace mas de 50 años, la cremacion no era algo muy habitual...por eso sus padres optaron, a causa de su insistencia antes de fallecer, por enterrar una mitad del cadaver aqui y otra en el pueblo donde paso sus ultimos años...en realidad no es tan extraño..."

Fruncio el ceño y dio un pequeño suspiro.

"No es extraño si se piensa en las reliquias de huesos de los santos, o en la costumbre de algunas familias imperiales en epocas antiguas, en que el cuerpo de enterraba en el panteon familiar y el corazon en una iglesia..."


(Clase de historia: esa era la tradicion de los reyes bavaros alemanes. Por ejemplo el cuerpo de Luis II de Baviera fue enterrado en la Iglesia de San Miguel en Múnich, pero su corazón reposa en la iglesia de la Imagen Milagrosa de Altötting)

Sonrió casi tímidamente para acercarse y tomar el lugar al lado del rubio, permitiéndose observar más la lápida, sólo para escuchar más del fallecido, sin lograr discimular, en primera instancia, su sorpresa ante el tiempo mencionado.

-Cincuenta años... No lo hubiera esperado, considerando que eres mucho más joven que eso, me intriga realmente. Pensé que... por las flores y demás, que al menos le habría conocido.

No tenía animos de ofenderle, ni nada parecido, pero le causada una autentica curiosidad lo que decía. ¿Por qué ir a limpiar, adornar y "acompañar" la tumba de alguien que no se conoció en vida? Cuando lo había visto a lo lejos, hubiera jugado que había cierta melancolía en él, pero... ahora simplemente no hacía sentido para él.

Pero eso lo desear saber más, desear entender a esa persona, conocerla, a ella y a quién visitaba.

"No lo conoci cara a cara, pero escuche mucho sobre el. Creci con la idea de que no es necesario conocer a alguien, familiar o no, para respetarlo o amarlo. Las historias de quienes lo trataron y le hablaron, recuerdos en fotos o en papel, a veces solo eso hace falta..."

Rebusco en su bolsillo y saco de el un ajado trozo de papel sepia, un retrato muy desgastado mas por la manipulacion que por el transcurso del tiempo. Un hombre, aunque no se distinguian los rasgos, sonreia melancolico en la pequeña fotografia

"Era un primo mayor de mi abuela, me parece que tenia poco mas de 40 cuando murio. Fue ella quien me conto la mayor parte de las historias, porque habian pocos años de diferencia entre ellos...era una historia muy triste..."

Tomó la foto con cuidado para observarla de cerca, curioso por el hombre en ella, por los pocos rasgos que distinguía en él, pero sobre todo por esa sonrisa melancólica en sus labios que pareciera que la cámara había captado por accidente.

Al escucharlo, no estaba del todo seguro porqué, pero levantó la mirada de la fotografía para sonreír débilmente a su interlocutor, de cierta forma enternecido por él, porque había cierta... inocencia en sus palabras que lo intrigaba en formas impensables palabra él.

-Me gustaría escucharla... -admitió al devolver la fotografía, dando un último largo vistazo a ella, para no olvidar al personaje del que esperaba escuchar-. Si no es demasiado impertinente de mi parte.

"No, no es impertinencia..." dijo al recobrar de regreso la fotografia y volverla a guardar con gran cuidado en su bolsillo interior en el abrigo que llevaba

"Fue en un pueblo en algun lugar entre Alemania y Austria, no recuerdo el nombre. Se habia marchado a trabajar alli cuando aun no tenia 20 años. Alli conocio a alguien, mi abuela no me dio detalles, pero creo que era para mantener el misterio...pero conto que fue una relacion que lo mantuvo pendiente de ella toda su vida hasta que contrajo un virus hepatico a los 41 y que acabo con su vida 2 años despues..."

Su mirada se paseo por el camino y se detuvo en la tumba

"Creo que eso fue lo que respete cuando la oi, que mantuvo sus recuerdos hasta su muerte"

-Mantener los recuerdos hasta la muerte... -repitió suave, como un susurro para sí mismo de modo que pudiera saborear cada una de las palabras de esa frase mientras pasaban por sus cuerdas vocales hasta que abandonaran sus labios.

¿No sería muy doloroso? Recordar siempre a una persona que sabes que no tendrás contigo de nuevo, que extrañarás al saber que esos hermosos recuerdos no volverán. Y era que él habia tenido a sus propios muertos para recordar pero no muchas opciones. Las memorias de su madre poco a poco las había ido dejando atrás, sin fotos o videos para ver, ni historias que escuchar de parte de su padre.

-Es bueno que, entre tanta personas que se refugian en tratar de olvidar, su abuela haya optado por mantener el recuerdo vivo de esa persona y lo haya trasmitido más delante... Sobre todo su pudo hacerte sentir ese cariño por alguien que no pudiste conocer en persona, debió contarlo con mucho cariño también.

Sonrió ligeramente, respetuoso, de pronto sintiéndose un tanto melancólico recordando a su madre y las cosas que su padre había dedicido dejar bajo llave muchos años atrás en un intento de dejar con ellas también el dolor de la pérdida.

-¿Realmente...? -comenzó la pregunta algo inseguro, luego de apenas un instante de silencio donde parecía reflexionarlo para sí mismo antes de atreverse a externarlo-. ¿Realmente ayuda hablar con ellos aquí?

"A mi si...la vida es maravillosa y las personas a las que quieres y estan a tu alrededor, pero a veces no te oyen y no puedes alcanzarles. Sin embargo, ellos estan siempre aqui...una parte de su presencia queda anclada en este lugar...no importa si crees en la otra vida o no, pero lo cierto es que todo el mundo quiere ser escuchado por alguien, al menos tener esa sensacion...todo lo que hay en la tierra quiere ser amado..."

Su mirada se dirigio hacia las flores y los altos cipreses

"Las plantas, los animales...todo vive y todo presume para atraer la atencion...y los seres humanos, a veces cantamos y gritamos y reimos, solo para que nos amen..."

Spoiler:

"Todo lo que hay en la tierra quiere ser amado... Las plantas, los animales...todo vive y todo presume para atraer la atencion...y los seres humanos, a veces cantamos y gritamos y reimos, solo para que nos amen..."

Sonrió ante aquello, cuando se le pasó la sorpresa al advertir que alguien menor que él hablara de esa manera, notando cosas que tal vez el mismo no había pensado así, pero sentía tenían mucho de razón porque, al final, todo desea ser amado.

Dudó un momento, pero terminó buscando una pluma en su bolsillo, en un momento de valentía, tomando una de las manos del menor para escribir su numero en ella, cerrándola después y dejándola, para no trasgredir más ese espacio que era privado.

-Por... si un día quieres hablar con alguien...

"Entonces tengo que procurar no sudar para que no se borre..."

Sus dedos se abrieron como petalos de flor para mirar el numero, mientras su rostro imitaba el encarnado de las rosas, poco adecuado para un cementerio pero apropiado para su agitado interior. El contacto era tierno, ellos mismos -desentonaban- en el ambiente con su aspecto calido y vivo. Y a la vez, con una extraña fortuna, el marco de las promesas que duran hasta la tumba parecia el adecuado

"¿Por que?...yo aun no se por que visitabas este lugar...que ha llevado a esta primera conversacion"

Sonrió cuando el menor (porque intuia que era menor) pareció aceptar el gesto con un lindo sonrosar en sus mejillas. Algunas preguntas, quizás demasiado indiscretas como para nombrarse en voz alta, asaltaron sus pensamientos viendolo, aunque poco después se sintió como "descubirto" pese a no haber pretendido ocultar nada.

Bajó la mirada a las manos ajenas, para distraerla de esos bonitos ojos azules mientras pensaba en lo que diría.

-Buscaba inspiración -admitió-. Se supone que escriba algo sobre lo que implica un lugar como este y quería ser fiel a ese sentir... pero no suelo frecuertar cementerios.

Alzó la mirada en medio de un apenas perceptible suspiro, volviendo a buscar esa mirada color cielo.

-Mis muertos no estan aquí...

Sonrió con una culpa sutil a él antes de ver la tumba que visitaba, analizando mejor ahora lo que implicaba su presencia allí.

-Y no había pensado hasta ahora que eso podía hacerme una especie de invasor.

"Oh, no, nunca he pensado en tus preguntas o presencia como una invasion...las personas que conozco no les agrada hablar sobre temas tristes, asi que para mi fue liberador que sintieras curiosidad, no me molesto...y tampoco creo que nadie se enfadara porque estuvieras aqui...aunque no frecuentes esta clase de lugares, no pareces una persona que perturbe a los difuntos ni a los vivos..."

Su mirada azulina enfrento la gris con una sonrisa en ella y en sus labios

"¿Eres escritor?...debe ser una pasion maravillosa. Yo quiero ser medico y curar el cuerpo de las personas, pero leer...eso es una materia que alimenta el alma, eso es algo que yo no puedo sanar...¿y encontraste algo que te inspirara?..."

Sonrió con mas ganas al encontrarse con esa bonita sonrisa en los labios ajenos, algo aliviado de haber podido servirle de cierta forma a esa persona y de tener ahora la oportunidad de verle así, más tranquilo.

-Sí, definitivamente encontré a alguien inspirador -respondió en son de broma, aunque fuera la verdad, que más que un "algo", el mismo joven con quien hablaba se convirtiera en lo que pudo encontrar inspiración, desde un simple vistaso, hasta por su relato... Era dulce y agradable sin duda.

Se permitió relajarse un poco, aun a pesar del lugar donde estaban que, si miraba a las tumbas de otras zonas más cuidadas, tenía su propia forma de hermosura, con las flores de distintos colores y el pasto más cuidado. Era lindo también.

-¿Estudias medicina entonces? Sé que es una carrera muy exigente, pero es una labor realmente loable, sobre todo cuando tus deseos están en curar a las personas -y no en sacarles dinero, como algunos otros-. ¿Puedo preguntar cuántos años tienes?

"He cumplido 22 a principios de año...pronto terminare el 4º curso, aun me faltan 2 y una especialidad pero mi padre dice que mi obstinacion hara que obtenga mi titulo y si hace falta amarrar a los pacientes hasta que esten curados..."

Mientras anotaba un numero correspondiente, el suyo, en un fragmento de papel y lo apretaba en las manos del otro rubio, sonrio apenado

"Aunque aun no...estoy seguro de lo que deseo hacer...es posible que alguna clase de cirugia vascular o cerebral...pero todavia no lo se. A pesar de que todo el mundo afirma que ya deberia haberme decidido..."

Serió ligeramente ante la imagen mental del joven rubio tratando de amarrar a alguien a una silla para hacerlo tomar sus medicinas, una imagen que, ciertamente, lo hacía debatirse entre si debía sentir gracia, ternura... o otro tipo de cosas.

Discretamente había visto lo que escribía, algo que le provocó una especie de sobresalto en el músculo de su pecho que parecía pajato enjaulado que aleteaba desesperadamente, sobre todo cuando recibió el fragmento de papel que fue dejado en sus manos por las del menor junto con la tibieza momentanea del roce de sus dedos.

-¿Y qué harías con pacientes difíciles como yo? -preguntó sin esperar respuesta, negando ligeramente con la cabeza, eligiendo, de entre sus posibilidades, el enternecerse por ese chico a su lado-. No creo que esté mal que te tomes tu tiempo antes de decidirte, después de todo, es a lo que se supone te dedicarás el resto de tu vida, es normal querer estar completamente seguro antes de elegir...

No podía evitar mirar ocasionalmente el pedacito de papel que se había quedado en sus dedos, con el que jugaba mientras veía y no el número en él, pensando más en los trazos, en las pequeñas imperfecciones de la tinta sobre el papel... Antes de recordar mirar al joven mismo, porque aún estaba a su lado y era demasiado agradable como para dejar de mirarlo por un pequeño papel que ya podría observar cuanto quisiera más tarde.

-¿Y por qué esas especialidades?

"Bueno, con los pacientes mas dificiles tambien se utiliza la psicologia amable y dulce, aunque haya personas que digan que eso es lo que hacen las enfermeras...creo que cualquier persona en necesidad de tranquilidad sobre su estado quiere que lo animen y no que lo aterroricen..."

Observaba el juego con el papel, pero solo momentaneamente, poque su mirada se volvio a desviar a los ojos grises. Cuanto mas los miraba mas le parecia ver en ellos pequeños puntitos violetas, el detalle de las pestañas rubias, hasta que aparto un poquito sus propios ojos, consciente de que esta estudiandolo demasiado y eso lo hacia sentirse nervioso porque no sabia la raon de sus nervios

"Digamos que por razones sentimentales. Una persona que me apoyo mucho en los estudios, amigo de mis padres, contrajo una enfermedad provocada por las emisiones de la fabrica donde trabajaba, que afecto sus organos especialmente su corazon y su cerebro...para ellos y para mi fue un duro golpe, por eso quiero ayudar a quien se encuentre en esa situacion y que ellos y sus seres queridos no tengan que sufrir..."

-No creo que el ser amable deba ser algo exclusivo de las enfermeras -admitió para el estudiante de medicina, un poco más serio, quizás-. Nadie desea saberse enfermo, porque la enfermedad, en mayor o menor medida, es un recordatorio de la muerte. La forma de recibir la noticia, de enterarse de la condición perecedera del cuerpo, si afecta mucho... lo que un paciente necesita no es alguien que el diga que pude morir, sino alguien que le diga que, pese a sus males, puede vivir, puede estar mejor, curarse o sobrellevarlo.

Bueno, él mismo era paciente reumático, con una enfermedad crónico degenerativa, había visto a incontable cantidad de doctores y... sabía lo que era el otro lado.

-Si esas son tus motivaciones, estoy seguro que lo que elijas lo harás bien, porque más que las ganancias monetarias que ven otros médicos, vez por el paciente y su familia -sonrió-. A mí me gustaría ser atendido por un doctor así, hasta tomaría más seguido mis pastillas.

"¿Oh y esta bien si te pidiera que las tomaras, no como medico, si no alguien que esta preocupado?"

No pregunto que clase de pastillas o por que las tomaba, no era de meterse en los asuntos de salud personal de otras personas si no era solicitada su opinion, pero si de preocuparse cuando alguien le comentaba que seguia algun tratamiento

Como por instinto le aferro mas la mano, en una muestra de cercania fisica

"¿Si lo pido, me escucharas?"

Se sorprendió en primera instancia de la reacción del menor, sobre todo cuando tomó su mano y notó en sus ojos una genuina preocupación que, pasada la inicial sorpresa, le hizo sonreír enternecido, olvidándose de reprenderse por pensar que alguien así sería una perfecta esposa... con el detalle de que él era chico.

Perfecto esposo, entonces.

Apretó ligeramente la mano en la suya, acercándola a sus labios, tentado, de verdad, a dejar un beso sobre los blancos nudillos, deteniéndose a penas a tiempo por considerarlo demasiado invasivo para alguien que acababa de conocer. Su culpa por ser tan terriblemente encantador.

-Sí, lo haría, a lo que sea que pidas.

La parte romantica de su caracter se desperto al sentir su mano ser levantada y detenerse a poco de presionarse la boca del otro en su piel, haciendole pensar en el beso casto que se comparte cuando esta vetado tocar los labios del otro

Su otra mano, lineada de tinta donde se habia escrito un numero, se apreto un poco. Se habia sentido decepcionado, se acababan de conocer y eso fue lo que hizo en ese momento que no dijera en voz alta que no le hubiera molestado que le besara

"Entonces te lo pido...eso es lo que te pido ahora..."

¿En el futuro significaba que habria mas cosas que pudieran pedirse mutuamente? Aunque se sentia mal por no ofrecer algo a cambio. Busco en sus bolsillo y saco de el un caramelo, dejandolo entre sus manos unidas

"No es mucho pero...si lo miras quiza no te sepa amargo tomarlas..."

Se apeno, porque aquel obsequio le hacia pensar en el pañuelo que siglos atras ofrecian las damas como prenda de amor