A Silvia

Se rió levemente mirándolo de soslayo con los ojos entrecerrados y una sonrisa más que divertida adornándole el rostro.

-¿Ahora estas huyéndole al trabajo Orel? Jaja bromeo… no me opongo, puedo ayudarte con esto cuando quieras…-

Aunque eso no era tan cierto, si que podía ajustar horarios o cambiar citas para que su tiempo coincidiera para ver a Orel y brindarle alguna asesoría.

-No esta mal descansar, demasiado de algo hace daño… pero se puede volver a tomar el hilo en cualquier momento creo yo-

Tomando un servilleta de la mesa y empezando a jugar con ella doblándola varias veces para hacer algo…

"Ah, pero, prometo continuar apenas termine mi jugo" se apresuró a decir, sintiéndose terriblemente irresponsable ahora, con la misma adrenalina que suponía se tenía sólo cuando uno debía estregar un trabajo final en una hora y aún no tenía nada hecho.

Era tan... ñoño, de verdad, por eso su hermano se burlaba de él, y luego su primo se burlaba de ambos diciendo "Y ya para que un otaku te diga ñoño..."

"Gracías..." Se escondió ligeramente tras su bebida, o al menos de la pajilla de la misma, mirando curioso lo que el mayor hacía.

-Me parece una promesa justa…-

Continuaba doblando y doblando aquella servilleta en diversas formas mirando constantemente sus manos que trabajaban rápidamente y sin dudar, miró de soslayo que Orel se intentaba ocultar dulcemente tras su bebida y no pudo si no ahogar una exclamación de dulzura, muy a tiempo, habría sido nefasto decir algo como Awwwww… ante él…

-Listo…-

Dijo y extendió una grulla pequeña de color blanco que había sido formada por la servilleta hacia el rubio, como un presente.

Liberó a la pajilla de sus labios cuando vio lo que había hecho el mayor, mirándolo sin estar del todo seguro antes de extender su mano para tomarla, viendo lo que había hecho de memoria. Origami. su primera reacción fue examinarla al tiempo que se le iba dibujando una pequeña sonrisa encantada que fue poco a poco creciendo.

"Es tan bonita" comentó con esa sonrisa imborrable en sus labios "yo soy malo con las manualidades, mi primo de 9 años en por mucho mejor que yo"

Quería, pero no podía dejar de ver a la hermosa cosita de servilleta, tocando las puntitas de sus alitas con la yema de los dedos, moviéndolas.

"¿Es por Japón?" Preguntó al recordar que había dicho que hablaba algo de japonés, algo que le había llamado la atención y, bueno, si existía el internet y todo pero, aun así le daba curiosidad "¿has ido allí?"

Sonrió de forma imperceptible al ver la reacción positiva del rubio ante el pequeño regalo, entonces al fin tomó su vaso para darle un sorbo a su té, estaba frío y delicioso… soltó un suspiro de agrado por lo bajo mientras escuchaba al otro hablar de su habilidad con las manos.

-A veces es sólo cuestión de práctica-

Asintió, había estado ahí en varias ocasiones, aunque no mucho tiempo realmente, casi siempre era por negocios y siempre era de bajar de avión para subir de nuevo con apenas unas horas en tierra… ahora que lo pensaba, se tomaría unas vacaciones quizás en un lugar así para conocerlo bien.

-Aunque eh estado ahí, esto me lo ha enseñado un conocido mío que se crió allá… es un chelista muy hábil, he trabajado con él en ocasiones y en una gira me enseñó…-

"Tal vez... o sólo lo dices para que no me sienta mal porque tienes más hábiles" comentó sin pensarlo mucho, aun entretenido mirando a la pequeña grulla, encantado con ella, prometiéndose a sí mismo no guardarla en ningún lado que pudiera hacerle un dobles de más, la llevaría en las manos hasta su casa si era necesario. Sólo tenía que cuidar que el viento no la volara, o que no fuera a llover, porque entonces sería muy triste.

Levantó la mirada, medio fascinado. Armand parecía hombre de mundo, alguien que sabía de idiomas, de poesía, que conocía muchas personas al parecer.

"Eres increíble" musitó por lo bajo, sin darse cuenta.

"Parece que sabes de todo un poco" confesó con una pequeña sonrisa "¿En que trabajas?"

-Jajaja para nada, lo digo en serio…-

Sonreía mientras negaba con su mano, apoyado en la mesa con la otra, toda su atención volcada en el chico frente a él, tenia una forma tan genuinamente suave de mirar las cosas y hasta de apreciarlas… porque si lo miraba con franqueza, eso en sus manos no era más que un pedazo de servilleta de papel hecha grulla… pese a ello parecía dispuesto a guardarla… un gesto lindo.

Se sonrojo muy levemente un par de segundos ante esa declaración, realmente no se sentía nada parecido a increíble… escucharlo de labios de Orel tomó el sentido de un halago, y lo apreció sinceramente removiéndose ligeramente inquieto en su asiento.

-Que va… ¿Yo? De todo un poco, estudiante… músico de vocación… comerciante de arte por convicción…- susurró riéndose por la forma en que lo decía -¿Tú trabajas en algo?-

"Mientes, ¿ves que sabes de todo un poco?" dijo risueño, en evidente broma.

Se rió bajito, porque el "qué va" contrataba un poco con la respuesta que había seguido.

"Yo... trabajo medio tiempo en el museo como traductor para los turistas, a veces traduzco textos, pero aun estoy concentrándome en mis estudios"

Revolvió el jugo con la pajilla, para que no se asentara, antes de volver a tomar un poco, mirando al mayor, medio fascinado con todo lo que parecía conocer.

"Si eres músico, ¿qué tocas?"

-Jajajaja, de acuerdo… me has atrapado…-

Susurraba a su vez mientras tomaba un poco de su bebida sin perder de vista al muchacho, sus expresiones y la forma natural en que incluso soltaba pequeñas bromas… fresco, era realmente fresca esa conversación.

-Violín… piano… son mis favoritos… especialmente el primero, en alguna ocasión si tu gustas, puedo tocar algo para ti…-

Y si, hasta para el resultaba extraño que una invitación abierta escapase de su boca sin un compromiso como los negocios o la escuela de por medio, pero era agradable… ese chico era agradable.

"Sí, me encantaría escucharte. Después de todo, la música es casi como otro idioma, uno especialmente agradable" Admitió con una sonrisa. "¿Qué es lo que te gusta tocar? ¿algún compositor en especial? ¿O tienes composiciones propias?"

La música le gustaba, pese a no ser un gran conocedor, al menos sabía lo más básico y a los más destacados podía identificarlos más o menos, además, siempre podía investigar.

-Ambas… aunque generalmente interpretó lo clásico con algunas variaciones propias a veces… composiciones únicamente mías me temo que siguen en proceso de construcción…-

Se inclinó en la mesa un poco hacia delante sin notarlo, acercándose al chico al hablar, completamente inmerso en verlo y en hablarle, quizás eso se viera extraño desde afuera, pero por el momento no era consciente de ello.

-Interpretes… los clásicos, los respeto a todos… no podría ser músico sin darle honor a quien honor merece…- estaban en ese café porque había aceptado ayudarle al chico con una tarea, un hermoso poema, pero la conversación quizá estaba girando en otro sentido ahora, y no podía evitarlo… ni quería… -¿Me contarías un poco más de ti Orel?-

Sonrió apenas notando la nueva cercanía, pasándola un poco por alto, mucho más entretenido con la conversación.

"¿De mí?" preguntó suave, más para sí mismo que como respuesta, antes de sonreír a su interlocutor para contestar, ahora sí, a él: "Pues... no soy tan interesante como tú, pero claro, trataré de no aburrirte. Mmmh... Bueno, estudio idiomas, hablo francés y alemán, y estoy estudiando italiano y un poco de español. Ah... tengo un hermano menor, tiene 16 años..."

Se quedó pensativo, con un suave sonido de su garganta mientras jugaba con la pajilla de su jugo, pensando en algo más, pero... bueno, es que realmente no era tan interesante, bastante común a su parecer.

"Mmh... me gustaría viajar por el mundo y conocer a muchas personas. Mi papá quería que estudiara para contador y mi mamá quería que fuera médico o enfermero y..." negó con la cabeza al no saber qué más decir, sonriendo un poco apenado por eso. "No sé, me gusta leer y... mi gusto culposo es que cocino cuando estoy nervioso, porque me relaja, aunque soy muy malo cuando eso implica fuego."

Asintió mientras esperaba escuchar su historia, era divertido verlo dudar un poco, hablar sin fijarse que estaba soltando mucha información realmente interesante, a veces las personas no se perciben a si misma de justa manera, era un chico listo si podía entenderse con tantas lenguas; familia… tener un hermano, no podía imaginarse lo que sería eso.

-Vaya, eso es una sorpresa… un hombre cocinando, me encantará verlo en alguna oportunidad…-

Aunque lo decía en broma pues no estaba del todo seguro que el chico aceptase, si después de todo sólo lo hacia cuando estaba nervioso, un espectador no ayudaría a calmarlo… no quería que terminase quemado o algo así.

Se sonrojó un poco por eso, apenado. Bueno, sí, era... quizás un poco inusual en un hombre hallar la cocina como una forma de relajación.

"Bueno... uno de mis tíos es chef" dijo con una pequeña sonrisa cohibida "jajaja, aunque si quieres arriesgarte... ¿te gustan las ensaladas? Eso puedo prepararlo. Curiosamente, a la mayoría de mis familiares hombres cocinan realmente rico, si un día te animas, podrías ir a comer a mi casa"

Su tono de voz fue bajando poco a poco sin querer en la última frase. No llevaban mucho hablando pero le agradaba. Pensó en poner la excusa de que le ayudara con alguna tarea, pero decidió omitirla, en principio, porque sonaría demasiado aprovechado dar por sentado eso y, en segundo lugar porque... realmente no necesitaba un excusa, ¿o sí?

-Ehhh…. Entonces lo traes en las venas… por decirlo de algún modo-

No se imaginaba a los parientes del chico, pero si eran la mitad de agradables que él seguramente no le molestaría conocerles, aquella invitación… porque eso era ¿no? Una invitación, le agradó sobremanera… especialmente por la forma en que sus palabras parecían desvanecerse conforme llegaba al final de la frase.

-Sería un placer sin duda… y me considero lo necesariamente valiente para probar…-

Susurró divertido aceptando mientras se hacía para atrás al fin acomodándose bien en la silla y girando levemente su bebida mientras miraba a Orel de reojo, extraño el giro de los acontecimientos de ese día.

"Puede ser" comentó con una pequeña sonrisa "Puedo pedirle a mi primo que me ayude a hacer algo más... elaborado también"

Miró su bebida y el próximo fondo del vaso, recordando que había prometido volver a su tarea después de eso, aunque... se sentía realmente a gusto conversando de otras cosas, ¡y no es que fuera a ser irresponsable! sólo que aun tenía... bastante tiempo para hacerla.

"¿Qué tal tú? ¿Tienes algún gusto culposo?" preguntó de pronto con esa sutil sonrisa, intrigado. "¿Una manía?"

-No es necesario… quiero probar algo exclusivamente hecho por ti…- pidió sin pensarlo mucho, cuando se dio cuenta ya lo había dicho, ¿No era un tanto descortés pedir sin dar algo a cambio?... en todo caso… si no era descortés, al menos le daba un poco de pena… -A cambio, llevaré mi violín y tocaré para ti… ¿Qué dices?- eso era no sólo más divertido, también mucho más justo.

Se llevó una mano a su boca cubriendo sus labios y la sonrisa que en ellos se habia formado… gusto culposo… ¿Qué podría ser?...

-Pues… soy malo como fotógrafo, pero me gusta intentarlo a veces… paisajes, personas… me gusta capturar momentos… ehm… también me gustan los niños pequeños, si tuviera tiempo libre me gustaría ser voluntario en alguna guardería o estancia infantil…- esto ultimo lo dijo casi en susurros inclinándose de nuevo hacia él… su amor por los pequeños, era penoso… bastante, más si lo comentaba con un chico, aunque fuese uno tan dulce como él.

Se rió nervioso al primer comentario, sin saber que decir al respecto. ¿Algo exclusivamente hecho por él? Ah... bueno.

"Haré mi mejor intento entonces" comentó con una sonrisa. "Me encantaría escucharte tocar"

Imaginar la escena quizás era un poco bizarro, él preparando de comer y Armand tocando el violín. aunque le parecía dulce de su parte ofrecerse a tocar para él, pensó en decirle que no era necesario que le diera nada a cambio pero considerando que realmente si deseaba escucharlo tocar, mejor... permitírselo.

No pudo evitar sonreír ampliamente y tener que cubrirse el mismo los labios también, tratando de disimularlo tomando un poco más de su bebida, apretando los labios más de lo necesario al rededor de la pajilla.

"Eso es... tierno. Inesperado," admitió con una sonrisa "pero tierno. Seguro serías una sensación con los niños"

Estaba tan entretenido con la conversación y con la compañía, que se sorprendió al notar que su bebida había pasado a la historia… a saber hacia cuanto tiempo, las personas que estaban en la cafetería cuando llegaron habían sido remplazados por otros… no vio entrar a nadie más, concentrado como estaba en el chico frente a él… era peculiar, peculiar y divertido… quería decir, que se lo estaba pasando bien, tan bien que el tiempo se estaba escurriendo entre sus dedos, literalmente.

Se sonrojó una vez terminada su confesión, y por peculiar que resultase… le gustó la reacción del rubio, sonreír, cubrirse la boca… y pese a esforzarse en su rostro se adivinaba el gesto repentinamente alegre…

-Jajaja bueno… es secreto… uhm, no lo se; te envidio un poco, soy hijo único así que no se lo que es tener un hermano menor, o mejor aún… un sobrino a quien malcriar…- comentó alegremente mientras hacia a un lado su vaso vacío.

"Tal vez si conocieras a mi hermano no te sentirías tan mal..." admitió con una pequeña sonrisa culposa "aunque... tengo un primito pequeño, de unos 9 años que a veces mi tío me pide cuidar. Es un niño muy dulce, aunque no habla mucho"

Armand había tocado un tema que muchos chicos de su edad solían evadir un poco, la familia. Él no tenía problemas hablando de ella, pese a que todos tenían sus diferencias a veces y pudieran pelear, aun con el carácter fuerte de sus padres y tíos, eran una familia muy unida.

"Cuéntame de tu familia"

-Jajajaja vaya, supongo que confiaré en tus palabras…-

Cerró los ojos un momento para pensar en su familia, ¿Qué se podría hablar de ella? ¿Había realmente mucho de qué hablar? No eran malas personas, ninguno de ellos, aunque sin duda sus ideales o intereses nunca coincidían del todo con los de Armand.

-Bien… veamos… ¿Qué tan triste es pensar que de lo único que puedo hablar de mi familia es de sus negocios?... el emporio comercial que dirige la familia Telesca viene desde mis bisabuelos, iniciaron comprando y acumulando lotes y lotes de piezas de arte de las familias arruinadas durante las guerras; cuando encontraron cierta estabilidad para moverse hubo un mercado creciente, se establecieron en el negocio y lo prosperaron… tiene mucho que ver que mi abuelo fue pintor y mi abuela pianista… fue la manera de entrar al medio… acumularon mucho dinero lo que permitió apadrinar a muchos artistas; eso y su colmillo para el talento afianzaron el nombre de mi familia; mi padre es hijo único… él es abogado, mi madre curadora de arte; mi padre es severo y dedicado al negocio, mi madre es amable, delicada... y apasionada con su labor tambien-

Hizo una pausa para jugar lentamente su dedo en el borde de su vaso sin mirar al menor, perdido un poco en sus recuerdos.

-Soy hijo único, y no tengo más que un tío por parte de mi madre… creo que tengo dos primos pero viven en Portugal, así que no les conozco muy bien… los únicos “hermanos” que podría decir que he tenido son algunos artistas apadrinados por mis padres que llegaban a vivir por temporadas a nuestra casa…- sonrió mirando al rubio -Algo aburrido ¿No?-

Se había recargado un poco en la mesa, escuchando atento, jugando con la pajilla en su mano, sin sacarla del vaso donde había estado su jugo, apenas acariciándola y dándole vueltas entre los dedos de su diestra y una pequeña sonrisa se le dibujaba suavemente en los labios al tiempo que le escuchaba hablar.

"Para nada" se atrevió a decir con esa suave sonrisa y con toda sinceridad "tu familia debe tener un montón de historias interesantes que contar y suena a que tiene una especie de legado que... vaya, me parece emocionante, que ustedes trabajen sobre lo mismo, que parezca que tengan eso en común. Además de que suenan tan internacionales"

Se rió bajito por eso, porque quizás la palabra no era la correcta, pero suponía que el mayor entendería a lo que se refería.

"Debes conocer a tantas personas y tener tantas historias para contar a tus hijos, ¿por qué sería aburrido?"

Al menos a él no le parecía, en absoluto. De hecho, le llamaba un poco la atención. ¿El padre de Armand sería como Walter? Es decir, siendo ambos abogados... le daba curiosidad si sería ese tipo de hombre severo al que se refería.

Podría decirse que es lo único que tenemos en común… aunque en realidad decirlo sería mentir… en la familia Telesca generalmente sólo se tenía un hijo al que se heredaba el “negocio” todos eran italianos, y todos tenían un orgullo testarudo difícil de ignorar, y todos parecían vivir enfocados en sus trabajos, pasiones o deberes, y desentendidos del resto.

-Admito que somos una familia peculiar… y pues si, sin duda hay muchas historias interesantes perdidas en tantos años…-

Se recostó un momento en la mesa mientras seguía mirando a Orel hacia arriba.

-Aunque lo más interesante de mis años en Italia fue a todos los artistas que conocí, algunos están aquí en Inglaterra… hay otros por toda Europa, algunos incluso han ido o venido de América… aprendes muchas cosas de gente de todos lados… como eso…- señalando levemente el animalillo que había hecho.

-¿Qué más te gustaría saber?-

"Entonces es como si tuvieras parientes por todo el mundo" haciendo referencia a lo que el mismo Armand había dicho, que algunos artistas apadrinados por sus padres eran como su hermanos.

Lo miró recostado en la mesa pero no le tomó importancia, mirando antes la pequeña grulla de servilleta, poniéndola a su lado con cuidado, viéndola quedarse paradita... o casi.

"Mmmh... ¿qué más? Tal vez... ¿qué comida te gusta?" si ya iba a cocinar algo, mejor saber.

-Ah, pues la pasta-

Dijo sonriendo ampliamente, sincero ya que ni siquiera fue necesario pensarse la respuesta, después de todo, era italiano… le gustaba el vino, las pastas, las ensaladas ligeras, los panes de ajo.

-También me gusta mucho la comida oriental… aunque cuando no es tan dulce-

Después de todo no le gustaban tanto las cosas dulces, las disfrutaba pero en medida pequeña y siempre y cuando no exagerasen con cosas como el betún, las mermeladas...