Eh ahí la cuestión

Se relajó cuando el mayor comenzó a tocar, ya había escuchado aquello en una ocasión, pero nunca en un solo tan cercano, se acomodó en su asiento mirándole principalmente las manos y el rostro, sus gestos al interpretar, la tensión en sus manos…

Aplaudió cuando el modelo terminó, sonriéndole amablemente para él de una forma honesta, tenía que admitir que al menos ahora había algo en la persona de Nadir que podía gustarle.

-Hermosa presentación-

Asintió dejando aquel gesto de amabilidad en eso, una aceptación silenciosa que evidencia las discrepancia sobre la veracidad del cumplido, no discutiría con algo así, le halagaban esas palabras y era bueno tomar un cumplido de alguien hábil de cuando en cuando, con modestia si, pero tomarlo.

-Ya no hay muchas personas Nadir, y algunos alumnos practican ya que enseñan artes en esta universidad… no es del todo raro un poco de música en vivo… pero bueno, descuida… si veo una multitud aglomerándose tras de ti, me ocuparé de deslizarme lejos… así que no te preocupes, no corro ningún peligro-

Añadió sonriendo divertido mientras guardaba su instrumento al fin con delicadeza dentro de su estuche.

-Oh Nadir, descuida… lo haría con todo el cariño del mundo, puedes creerme…-

Hacia si mismo, su integridad, su pánico al escándalo publico… si, un enorme cariño del mundo hacia su propia paz, aunque lo dijo mirando al mayor y sonriéndole con una tierna sinceridad.

-Sin duda un poco nunca está mal, pero ¿para que arriesgarnos? Yo nunca te expondría a semejante problema…- ni a mí de paso… pensó divertido cerrando su estuche tranquilamente, colocándoselo en las piernas, deslizando los dedos sobre la tapa.

-Ten la certeza de que siempre que me encuentre contigo, haré esa huida de ser necesario… por tu bien, claro-

Le divertía decirlo, después de todo era hasta cierto punto una forma de garantizar su salida de emergencia de cualquier otra situación que pudiera resultar comprometedora con el extrovertido modelo.

-¿Aventura? Oh no… ya tengo suficientes sólo con tu presencia, descuida…- se puso de pie lentamente mirando por encima de las plantas -¿Seguro que esa persona vendrá Nadir?-

-Bueno… entonces ¿Te quedarás a esperar?-

Preguntó tranquilamente mientras se estiraba un poco ahora que estaba de pie, si bien no había aparecido la persona que le hubiera gustado ver, alguien más había llegado a entretenerle su descanso… miró al mayor y sonrió, no era precisamente la persona más grata de todas, pero podía admitir que una vez encontrándole el modo, resultaba… interesante.

-Porque creo que es hora de volver a casa…-

Al ver su sonrisa traviesa se sintió completamente aliviado de haber comenzado con la diplomática despedida, lo que cruzara por la mente del modelo en estos momentos entre más lejos estuviera de él mejor, mucho mejor.

-Si, fue divertido…- al menos que la vez anterior en aquella fiesta en el hotel, aquí en la escuela no había nadie con quien tuviera que mantener cierta pose, nadie con quien tuviera negocios o una relación importante… por ahora.

-Ohhh no, no habría forma en que pudiera conocerle…- al amado de una persona tan excéntrica… imposible.

Sintió algo de pena por la persona que resultara ser el amado de ese joven, hablaba a veces tan dramáticamente o hacia gestos de una tristeza tan poco autentica a propósito que no se imaginaba la cantidad de escenas que sería capaz de hacerle a alguien solo por diversión… ¡si se las hacia a los extraños! Cuánto más no lo haría con los conocidos?...

-Vaya… espero que algún día pueda presentarme a su amado…- mintió garrafalmente mientras tomaba al fin su mochila sacudiéndole un poco el polvo –Me imagino que vienes en auto ¿No es así?... es una pena que no tendré el placer de llevarte...- dijo con finguida pena mientras tendía su mano al mayor.

-Es una promesa…- musitó alegre sin tener verdaderamente la intención de que eso pasara, un modelo no solía andar por ahí a pie o si?... además tenía fe en que difícilmente volverían a coincidir en un lugar así… fiestas y eventos eran otra cosa, sitios mucho más factibles para un encuentro, y del mismo modo mucho más accesibles para un desencuentro rápido.

Se despidió alegre de que Nadir se comportase y se encaminó a su auto, si bien no había sido la compañía que había esperado tener esa tarde, no resultó del todo desagradable… la música puede purificarlo todo. Para cuando ya estaba rodeando los terrenos de la universidad ya estaba dejando atrás el encuentro para volver su mente a los deberes pendientes, los tratos, las presentaciones y la tarea, dejando aquella tarde en el olvido temporal.