Plan de Conquista

Jazmines, narcisos casi capullos junto a las exquisitas rosas tahitianas decoraban en arreglos delicados las mesas dispuestas alrededor de aquel espacio. La unica iluminacion aparente en ese sitio a la intemperie eran las velas dispersas en lugares estrategicos, alimentando aun mas ese aire de romanticismo y privacidad que buscaba Mikail. Si bien se habian dejado algunas de las mesas, estas carecian de sillas, casi pasando a convertirse en meras decoraciones circundando una unica mesa con dos puestos, donde la vajilla estaba colocada finamente y las copas de cristal cortado dejaban escapar un leve tono ambarino gracias a las velas cuya luz bailaba a causa de la ligera brisa de esa noche.

Todo parecia perfecto a los ojos del magnate, dio unas ultimas instrucciones para los platillos que se servirian aquella noche e inclusive dio un ultimo vistazo a la lista de vinos escogiendo uno para acompañar los platos de aquella cena, dejando para el ultimo, el momento del postre y simple degustacion aquel vino peculiar que le enamorara, Eiswein, dar con botellas de buena cosecha habia sido un reto para los empleados del mafioso y transportarlas en tiempo record una proeza pero se habia logrado y varias botellas habian llegado al sitio, exclusivamente para el uso del ruso, para sorpresa del chef e inclusive del dueño.

Una vez esos detalles se concluyeran, los empleados pasaron a retirarse, dejando al pelinegro completamente solo, paseando por la terraza mientras veia la vista de la ciudad a la espera de que su cita aquella noche llegara

Era una noche cálida, poco bulliciosa y le llamó la atención el lujo de aquel lugar al ser recibido en la entrada mientras bajaba de la limusina. Hasta ahí todo bien, iba bastante tranquilo en la mayor medida de lo posible pero estaba algo nervioso, no podía evitarlo. Era su primera cita con un hombre y para colmo uno que lograba provocar cosas extrañas y desconocidas en él, pero el reto se lo había propuesto.

Avanzó por el pasillo siendo guiado y al llegar y el ver el resto de las mesas vacías sintió un nudo en la garganta. Todo era tan hermoso y había sido preparado solo para él, por un momento el embelesamiento inundó su rostro. Paseó despacio y sigiloso entre las mesas buscando con la mirada a Mikail y tirando con suavidad de una de sus mangas al divisar las velas. Eso denotaba parte de su inseguridad, aquello no era nada bueno. No sabía que se traía el otro entre manos pero apuntaba a lo obvio, un ligue...

¿Se puede saber por que acepté?...juguemos...je.

Sus pies avanzaron despacio, acariciando una de las mesas al pasar y algo perdido en sus pensamientos. Cuando sus ojos azul cobalto hayaron su objetivo de espaldas se dibujó una sonrisa maliciosa en sus labios y dispuesto a sorprenderlo, olvidó por un instante lo más básico, él no debería saber ruso....

-Cпокойной ночи...-esperó ver su reacción después de haberle dicho "buenas noches". El reto estaba logrando que Edgard se despistara de su "papel" de chico sencillo, directo y simple dependiente de una floristería. Saludar en ruso huviera sido más adecuado de alguien que se preocupa por las apariencias y los buenos modales, alguien que los conoce y ese no era Edison.

Abstraido en su mundo, disfrutando de el ligero tono de musica que llegaba a la terraza aun cuando los musicos del sitio estuvieran dentro, no se percato de presencia alguna en aquel sitio. Un error completamente malo si se tomaba en cuenta la situacion en la que se encontraba, pero estab seguro que la sed de sangre hubiese podido delatar a cualquiera, era quiza por esa sencilla razon por la que al escuchar aquellas palabras en ruso si bien le causo sorpresa no se sintio en peligro latente como para sacar el arma que portaba.

Al girarse la expresion de Mikail era relajada, media sonrisa le surco los labios y una ceja se alzo lentamente, ya habia reconocido el timbre de voz perfectamente, aun antes de girarse sabia que era aquel jovencito, Edison, pero lo que no encajaba ahi era ese perfecto ruso, esa pronunciacion que se gana solo con la practica y dominio del lenguaje, ese pequeño gatito estaba escondiendo algo.

-Похоже, что котенок не знает, как говорить на русском -
*Parece el pequeño gatito sabe hablar ruso*

-Mmm...no veas como lo acabo de disfrutar...-era su enemigo número uno y sin embargo le dedicó una sonrisa cristalina, única y que muy pocos lograban ver en el rostro del francés. Pero allí estaba, saboreando aquel momento en que el atractivo mafioso alzó una ceja y le dedicó aquella expresión. La palabra Gatito mostraba su confianza tal vez, pero un espía nunca era de fíar.

¿Que estoy haciendo?

-Cof..coff...bueno, solo era el saludo...-tosió con el disimulo algo abochornado y un creciente sonrosado en las mejillas. Tenía que vigilar aquello, guardó las manos en los bolsillos y se colocó al lado de Mikail, observando un poco el ambiente desde ahí arriba, cuando una suave brisa produjo el milagro de mover algunos de sus mechones. Era una vista realmente hermosa.

-No es que me desagrade tanto lujo...-murmuró cuando las luces de abajo provocaron un brillo invertido en su rostro.- ¿pero no crees que te tomaste demasiadas molestias?

Vio ese dulce color rosado en esas mejillas y esos ojos le parecieron mas brillantes, se sonrio levemente clavando la mirada en la postura del mas joven, le recorrio detenida y concienzudamente, era joven y de cuerpo delicado a comparacion del propio Mikail, pecho que seguramente debia tener bien formado y de vientre plano, de caderas estrechas y finas que mostraban un lindo y perfecto trasero, piernas fuertes y delgadas, casi lo saboreo con la mirada mientras aquellas luces ejercian su magia en el rostro de aquel chico.

-Edison, tienes que decirme, que te hizo pensar que no iba demasiado enserio contigo?-

Habia desviado el rostro en tornoa la ciudad, a esa magnifica vista de luces ahi fuera. Antes de clavar los ojos cobalto en el rostro de el chiquillo.

-Te cogi, te lo dije, no pienso dejarte escapar tan facilmente-

Una sonrisa confiada, seductora enmarco el rostro del actor, en un parpadeo habia tomado una de las manos que Edison guardaba en los bolsillos, dejando un beso en el torso, tirandolo suave pero firmemente contra su cuerpo, atajandolo por la cintura.

-Tendras que responsabilizarte por llamar mi atencion-

-Hub...-la expresión de su rostro se volvió algo rígida, realmente su mente se quedó en blanco ante aquella pregunta, aquel tipo no dejaba de sorprenderlo. Pensaba que aquella vez Mikail solo estaba actuando, pero a medida que se fijaba un poco más en sus movimientos, se le estaban aclarando las ideas de quien era su objetivo -Eso ya lo veremos..

Entrecerró su mirada algo desafiante ante aquella confirmación de que no pensaba dejarlo escapar y esa sonrisita de confianza en el otro. Sintió un nudo en la garganta cuando tomó sus manos, luchando interiormente por no dejarlo avanzar y sin embargo no haciendo nada. El golpe de gracia fue cuando lo empujó hacia él, tomándolo de la cintura y logrando ponerlo nervioso. Se tragó aquel molesto nudo en la garganta, con la mirada temerosa y el rostro bajo, ocultándose en el flequillo. No sabía que le pasaba pero estaba rígido, sus labios exhalaban aire con más rapidez de lo acostumbrado y sus mejillas le ardían.

-Bien...no es para tanto, no recuerdo haber hecho nada para llamar tu atención...mas bien te ignoré-murmuró suave, por que una parte de él estúpidamente lo estaba creyendo. Se sentía estúpido por sentir todo aquello, por no poder controlarse y era ahora cuando se preguntaba sino debía odiarlo. ¿No deseaba matarlo por todo el daño que había hecho? y jodidamente cierto...que ahora su conciencia no quería dañar a Mikail. Pensó rápido, algo, lo que fuera que lo desconectara y entonces lo vió en frente.

-Haa...-unió sus labios, había tirado del cuello de la camisa en el otro y compensó las alturas. Tal y como pensó su mente quedó en blanco, aquello era nuevo y sorprendente para él, aquellos labios se sentían tan deliciosos. Lo que al principio parecía un apuro se convirtió en algo más dulce y lento para Edgard, degustando aquella boca con tiempo y calma. ¿Como sabía que un beso de Mikail lo haría no pensar? Un momento...

-Y es justamente eso lo que me atrapo-

Menciono suavemente, sonriendose divertido al notar los cambios sutiles en ese rostro, podia ver o presentir que algo se agitaba en ese interior, aquella cabecita de cabellos claros era sencillamente magnifica.

-Los lamebotas a los que estoy acostumbrado, aquellos que me idolatran, son tantos que se vuelven aburridos, encontrar alguien que me este viendo solamente como una persona es tan dificil...-

El pulso que noto en aquella muñeca, acelerado, la agitacion en el aliento de Edison, tan delicioso, pensar solamente en el debate que parecia suponer para el mas joven aquel acercamiento le causaba cierta gracia, la accion que si bien le dejo sorprendido no evito corresponder al instante fue aquel beso impetuoso e inconsiente.

Saboreo esos labios parecidos a la miel, mordisqueo la lengua que se adentraba en su boca dejandole explorar, cuando el contacto termino, cuando noto la aparente sorpresa en el rostro ajeno, al tomar un poco de aire, el mismo le atajo de regreso del menton, siendo esta vez el quien se adueñara de esos labios tan toxicos, profanando con su lengua, explorando y buscando dominar a la serpiente rojiza en aquella cavidad. Mordio y chupo por igual, hasta que necesito de una bocanada nueva de aire, notando como los labios del chico de mirada cobalto se tornaban rojizos por culpa del trato. Acaricio la mejilla de este suavemente, sin separar el cuerpo esbelto del suyo.

-No te alegras que pidiera un reservado?-

Sí, estaba sorprendido consigo mismo por la acción emprendida, se preguntaba por que no dudó ni un solo instante en hacer algo así, en besar a un hombre. Casi no le dió tiempo a reaccionar cuando Mikail reclamó esta vez más terreno, Edgard lo había provocado así que se lo debía haber esperado y sin embargo no lo hizo, había demasiadas cosas en su cabeza que lo preocupaban, solo que..no tardó en olvidarlas todas.

Cayó en su propia trampa, sucumbiendo a Mikail cuando tomó su mentón y tomó esta vez el control. Se agitó al notar aquella lengua húmeda colándose en su garganta, buscando jugar con la suya.

-Nnng...-la acarició junto a sus labios, empujándola, temblando con suavidad y acelerando su respiración cuando se correspondieron por completo. ¿Beso a la francesa? para ser ruso lo hacía endemoniadamente bien. Que ironía, en fin , debía admitir que era bueno, muy bueno para besar, debían ser esos labios tan ansiosos y aterciopelados lo que los estaban derritiendo, literalmente. Lo observó fijamente, como si por un momento su mirada hablara por él, con las mejillas ardiendo y lamiendose los labios rojizos como si huviera probado algo delicioso.

-Ahora mentiría si dijera que no...pero quiero aclarar que esto no estaba en mis planes...-sonrió obstinado y orgulloso.-Como dije, tendrás que trabajártelo...no soy nada fácil.

Tenía un poco de hambre, antes de que Mikail pudiera darse cuenta se había escurrido del abrazo y parecía buscar la mesa donde se iba a sentar. Por un momento distrayéndose en abrocharse bien un gemelo en la manga.Todavía estaba recordando la sonora sonrisa de satisfacción de aquel pelilargo cuando le informó que tenía una cita, debía ser cuidadoso con eso, no estaba dispuesto a llegar a esos extremos, le dejó claro que no tomaría ese papel, tenía su orgullo. Además, no quería sentirse culpable, algo le estaba pasando que se lo estaba haciendo ver.

-Una cita por mas planeada que este siempre da sorpresas, no es asi?.-

Le vio alejarse, aquella figura fina se movian tan agilmente, delineo con la punta de la lengua sus propios labios aun sintiendo la tibieza de los ajenos, era justo su tipo, se sorprendio sencillamente por la vestimenta en primer instancia cuando el jovencito llego, casi podia jurar que se iba a presentar a esa "cita" con jeans, aquello seguramente habria sido entretenido de ver, pero ahi estaba, perfectamente aderezado con ropa elegante, solo dejando que su belleza se incrementara a los ojos del ruso.

Se acerco suavemente a el cuando le vio arreglando aquel peculiar y detallado gemelo en la manga de su camisa, con un simple gesto galante le tomo de la cintura, le hacia tanta gracia ver lo nervioso que se ponia, los intentos por alejarse casi como si le viera como un peligro latente, el contacto fue leve, corto practicamente, deslizandolo hacia la mesa que seria el sitio donde cenarian, le tendio la silla invitandolo a sentarse, casi como si le tratara como una dama.

Una seña de parte del magnate en direccion de el unico mesero que parecia estar dispuesto para ellos aquella noche y que se mantenia a distancia respetuoso, le hizo hacer una reverencia y salir en busca de lo que seguramente seria la entrada.

-Espero tengas resistencia al alcohol o podria terminar aprovechandome de ti-

Camino no muy lejos del centro de aquel peculiar sitio, tomando una botella de vino.

-Espero que sea de tu agrado lo que he preparado.-

Sirvio el vino tinto en la copa del mas joven.

Habían tantas mesas vacía que le resultaría complicado saber cual era la elegida para la cita de no ser por los cubiertos preparados sobre esta. Sintió como lo llebava, tomándolo por sorpresa y no dándole tiempo a reaccionar, tan solo dejándole hacer al otro. Debía vigilar bien cerca aquello, aunque había perdido ya la cuenta de las veces que se había dicho a si mismo estar alerta y haberse fallado, definitivamente la presencia del mafioso causaba algo diferente en él, algo que hacía demasiado tiempo que no sentía y casi ni recordaba esa sensación.

-Gracias...-tan solo le sonrió aceptando tranquilo sentarse en la silla, aunque seguía algo cohibido. Bueno, nunca se había comportado así entre hombres, pero tal vez debía formar parte de la galantería entre ellos. Mikail puede que no lo supiera pero Edgard estaba descubriendo un nuevo mundo, por que para él, era algo novedoso. Pero ahí no terminaba todo, por que mientras el magnate pedía la entrada en la mente del albino rondaba las dudas sobre el dominio en la cama y los tres tipos: seme, suke y uke.

Desvió la mirada hacia la bebida con cara fúnebre, no sabía ni donde calificarse a sí mismo pero tampoco sabía por que tenía que estar pensando ahora en esas cosas. Claro, él no era nada decente para ciertos asuntos y graciosamente ahora se estaba planteando serlo, ¿por que? ...Mikail parecía ser del tipo seme, solo que Edgard tambien se consideraba así con las mujeres, pero ahora sabía que perdía parte de lo papeles con el otro, seguramente por ser novato..

-Espero tengas resistencia al alcohol o podria terminar aprovechandome de ti-

-!¿Que?¡.-Observó al otro bastante rencoroso y con las mejillas al rojo vivo. Repentinamente dió la impresión de volver a calmarse y tomó una buena bocanada de aire, estaba haciéndolo fatal.-Gracias...tsk.-La punta de su zapato tocó la silla de en frente y la empujó hacia atrás, observando al otro desafiante pero usando un tono de voz cortés.-Será mejor que te sientes...

Ese rostro era tan claro, toda la gesticulacion podian dar a entender perfectamente lo que pensaba el menor, simple y directo, un tipo de persona que Mikail ciertamente no habia tratado jamas, le gustaba, realmente toda la contradiccion de ese chiquillo, el porte duro que daba, pero ese aire sorprendido que no parecia estar desapareciendo, muy al contrario se incrementaba la sorpresa.

Tras servir el vino, le observo de reojo, de nuevo una sonrisa se le escapaba al escuchar al chiquillo, el sonrojo era delicio, suponia que tirarlo sobre la mesa y desnudarlo seria algo descortes, asi que tendria que contenerse un poco, quiza mas entrada la noche si lograba hacerle entrar en la cabeza el tipo de situacion en la que se encontraban.

Le miro en silencio con la faz relajada una vez que Edison empujo la silla de esa forma retadora, lo estaba provocando, una provocacion que de tener idea el menor, seguramente no estaria llevandola acabo.

-Justo pensaba hacerlo, y bien Edison, vives solo? tienes familia?-

Paso a paso, suponia que podria tratar de hechizarlo conforme la cena avanzara, ademas, no era mejor medir terreno para conquitar ese corazon terco y retador?

Escuchó la pregunta atento y mucho más calmado al ver como Mikail se sentaba frente a él, su mirada lo observaba nerviosa a la par que algo frívola. No era fácil acceder al corazón del espía, normalmente era muy calculador y siempre medía sus pasos, en ese momento tan solo debía ser un simple peón y sin embargo algo en su interior se estaba dando el lujo de sentir mucho más allá.

-Vivo solo, en la zona más modesta de la ciudad y no hace mucho que me mudé...lo cierto es que me sorprendió llegar hasta tu mansión, es bastante lujosa...-de pronto le sonrió y se acomodó mejor en la silla.-Los tipos de clientes como tú suelen recibir un trato más selecto, suelen ser demasiado refinados en sus gustos, pero es justo eso los que los hace diferentes...hacen pedidos realmente extraordinarios y caros, muy convenientes para el negocio.

Dirigió su mano hacia el pequeño jarrón y sonrió al comprobar que no se trataba de un ramo artificial frotando con suavidad uno de los pétalos de la flor. Volvió a dirigir su vista hacia Mikail, sonriendo encantadoramente malicioso.

-¿Y tú? ¿que hay bajo todo ese despliegue de galantería?...-tendría que ir poco a poco, pétalo por pétalo hasta llegar al capullo. Mikail seguramente estaba como él, ocultándole realmente parte de quien era pero eso no restaba lo otro. En cada mentira había siempre una verdad y el mafioso no sería la ecepción.

-Un hombre de tierno corazon?, timido y anhelante de amor?-

Los ojos cobalto se clavaron en los de Edison, su mismo color, ignoraba si tenian la misma profundidad, esos labios perfecto sabian mentir tan descaradamente bien, sabia de antemano que la pequeña floreria si bien hacia trabajos especiales, los pedidos excentricos estaban practicamente contados, dos, tres veces a lo mucho coincidia que algun empresario curioso en el negocio accedia a hacer un pedido solo para comprobar el servicio, aun cuando desistieran de manera engañosa y declinaran el plan original de comprarlo, lo cierto en aquellos hermosos labios era su reciente ingreso al pequeño negocio, por lo que podia facilmente decirse lo imposible de que Edison supiera sobre esas ventas especiales.

-Eso es lo que te gustaria escuchar?, lamentablemente soy solo un hombre comun con un trabajo fuera de norma-

No mentia por lo que podia hablar con seguridad y ese aire tranquilo y sin malicia, como actor o como jefe de la mafia Rusa, era un trabajo fuera de norma.

-Si bien tengo que ser directo, tambien es cierto que de tanto en tanto tengo que ser algo cruel, hay mucha gente a mi alrededor pretenciosa que busca mi mal por una y mil razones que ignoro, sencillamente me he vuelto reservado, pero una vez que algo o alguien atrae mi atencion dificilmente puedo dejar de lado las cosas, por eso es que estas aqui-

Tomo la copa con la bebida, dando un sorbo ligero, saboreando el licor con el paladar.

-No puedo mentirte en mis intenciones tampoco puesto que soy demasiado honesto, quiero seducirte Edison, hare hasta lo imposible por ello, mi interes en tu persona es genuino, asi que deja de mentirme de una vez, cuales son tus intenciones para conmigo?-

Le miro con esa fiereza con la que hacia los tratos con la droga, dejando las cartas sobre la mesa, sencillamente lanzaba el anzuelo esperando ver si aquel pequeño pez caia o no en el mismo.

Lo observó sorprendido cuando le dijo aquello y luego se tomaba el vino tan tranquilo, ¿un negocio fuera de norma? Edgard lo sabía pero en teoría no debía saberlo. Mikail mostraba saberse enterado de con quien estaba tratando, pero incluso si lo observó con aquella fiereza no logró precisamente intimidarlo sino más bien, tocarle la fibra al espía. Sencillamente no caería, buscar debilidades se le complicaría si permitía que sus sentimientos se involucraran en ello. Eso simplemente no debía suceder, su vida estaba en juego y no jugaría con algo así.

-Tienes demasiado orgullo propio...-Su papel era el de un chico sencillo, así que simplemente debía suavizar su orgullo.-No trates de parecer la víctima, eres tú quien inició el juego de seducción desde el principio, así que no tengo la más mínima necesidad de sentirme culpable...

Un brillo chispeante se encendió en su mirada que daba la impresión de fulminar con la misma, sin embargo era cálida, parecía mas bien una queja de que estaba dispuesto a ceder un poco del por que realmente quería conocer mas del otro y eso no estaba en su contrato con Alexander.

-No lo estropees...-murmuró algo colérico y sin embargo se mantuvo tranquilo. Pero ciertamente parecía que aquello iba dirigido a Mikail.-No lo sé...me invitastes y esto me causó demasiada curiosidad...pero no pretendo jugar ...si realmente crees que te lo estoy poniendo muy difícil lo mejor será que me vaya.-Murmuró suave, en sus ojos cobalto parecía haber sinceridad, a veces era tan sencillo para Edison cambiar a víctima. Mentía por los dos, sin saberlo justo ahora comenzaba a proteger a Mikail de todo aquello.

-Trabajo en una floristería, tan solo pillé en todo esto que sospechas de mí...vale, no es que me incomodes pero estoy intentando tragarte...hablas de mí como tu posesión como tu objetivo pero no me has preguntado si te quiero...para que escuches eso de mis labios tendrás que ser tú mismo...y no ponerte a preguntarme a que estoy jugando...eres tú el que pretende jugar conmigo...je- sonrisa de medio lado.-tendrás que pulirte encanto, así no se seduce...

Podía oler el peligro a kilómetros, como descubrieran el pastel sería tiroteado nada más salir de allí. Pero con Mikail era diferente, no lo había descubierto aún, así que...

Spoiler:

No pudo evitar reirse ante el primer comentario, mas relajado, aquel chiquillo si que lograba sacarle de su porte serio y severo con esos comentarios tan peculiares.

-Soy actor despues de todo, debo tener ese orgullo por las nubes, pero...-

Se inclino suavemente, mas relajado, no podria atacarle directamente al parecer y solo el tiempo diria quien era realmente ese hermoso jovencito que le habia ahora cautivado, el destino tenia que ponerse en marcha aunque Mikail sabia que le daria una ayudadita para descubrir si aquella figura era real o mentira.

-No he comenzado este juego de seduccion, queria comprobar algo-

Le tomo suavemente de la mano que tenia mas cercana, manteniendo esa postura un tanto cercana al mas joven, sonriendole galantemente,mirandole fijamente, profunda y anhelantemente.

-Dejare entonces las pretenciones y mis sospechas a un lado y dejare mi alma al descubierto para ti, espero estes conforme con eso.-

Un susurro grave y bajo, intimo, al parecer mostrando una mirada de lo mas sincera esta vez.

-Quieres comenzar entonces el juego de seduccion?.-

Había debilidad en la expresión del francés, pena de si mismo por escuchar aquello del moreno y asimilarlo sin más, que el juego no huviera comenzado ya era discutible, pero no se lo reprocharía por que una parte del seguía confusa.Todo se le complicaba cada vez más, poco a poco estaba cayendo en una trampa de la que cada vez le sería más difícil salir. Por un instante odió su corazón, un estúpido corazón que estaba creyendo, arrastrasándose más y más a Mikail, en sus palabras y en esos sentimiento que decían mostrar por él, y a medida que pasaban los minutos en su compañía.

-Hmmm...-fue un dulce y peculiar reclamo que no llegó a más, notándose un ardor interno. Desvió su mirada a la mano que ahora tomaba la suya, cuando aquel malvado lo tocaba, perdía los papeles con demasiada facilidad, así que tenía motivos de sobra para desear que la tierra se lo tragara. Ante la pregunta lo flechó de nuevo y su respuesta fue clara.

-Sí...sino no me tendrías aquí...-susurró algo desafiante, al instante su expresión de relajó y quedó paralizado. Maldijo para sus adentros esa carácter tan fogoso dentro del, solía controlar bien sus pasiones pero algo le ardía dentro y se volbía incontrolable. Sin más entrelazó la mano de Mikail con sus dedos y la empujó rapido a su boca, mordiendo el índice con cierta fuerza para que sintiera un poco de dolor y sonriendo tran aquello para liberar su mano como una fierecilla indomable.-Juguemos...

Otra vez ligando, debería golpearse bien duro luego por aquel fallo, pero por un momento le ganó su galantería típica con las chicas, mostrándose seductor con Mikail y su mano como un platillo de degustación. Tomó de la copa para intentar calmarse, el alcohol recorrió su garganta notando un agradable ardor que logró calmarlo.

-Bien, parece que las cosas tomaran rumbo esta vez.-

Le dedico media sonrisa, al advertir aquella mirada casi felina que le dedico el chico, la estructura de aquel rostro estaba pecaminosamente perfecta para atraer la atencion, Mikail se sabia debil ante ese tipo de cosas para su fortuna o desfortuna, pero lo mas intrigante era sin duda alguna el caracter de Edison, en momentos sutiles de no ser por su propia paranoia pensaria que el mas joven se reprochaba algo.

-Y bien. has notado ya mi perspicacia con respecto a la vista de la ciudad?-

Pregunto curioso el ruso esta vez, tomando la copa con el vino, mientras esperaba por la cena.

-Me enamore casi de inmediato cuando note la vista que tenia, me recuerda mucho a una ciudad Europea, una que me cautivo por su explendor a pesar de la sencillez de sus barrios, son pequeños detalles de la ciudad que he intentado mantener para mi, te gustaria que los visitaramos cuando terminemos la cena?-

Era un ambiente realmente romántico y muy acogedor, podía sentir el dulce olor inundar el cada vez mas corto espacio que quedaba entre ambos y ese súlti calor que se notaba a veces proveniente de las velas. Tan solo sonrío un poco más tranquilo y al parecer menos nervioso con la situación, Mikail de verdad que parecía haber cedido. Edgar no estaba en la mejor situación para tener una cita y estar constantemente alerta aunque intentara disimularlo, era un situación extrema la suya.

Su nerviosismo tan solo podía relacionarse con que el mafioso ruso, realmente pudiera sentirse orgulloso con sus logros, por que estaba consiguiendo lo que se proponía aunque Edgar se antojara en negarlo o al menos disimular estar tranquilo la mayoria del tiempo. Su comentario lo distrajo y de pronto giró hacia las vistas que le ofrecía la ciudad.

-Lo cierto es que considero que tienes un gusto exquisito, no todo el mundo puede presumir de ello.-un comentario casual mientras sorbía otro poco de su copa para volver a verlo y escucharlo atentamente, sonriendo al adivinar cierto embelesamiento en las palabras de Mikail.- Me encantaría pasear luego...sabes?...es curioso escuchar como cambia el timbre de tu voz cuando hablas de los hermosos recuerdos que te gusta atesorar en tus viajes.

Sonrió de pronto mirándolo a los ojos.

-¿A que ciudad te recuerda exactamente?.

Nego suavemente con la cabeza, sonriendo galantemente y se llevo un dedo a los labios en un gesto intimo y casi de complicidad emitiendo un pequeño siseo con los labios al tiempo en que un sonido se escapaba de los carnosos labios.

-Ah, ah, ah, es un secreto, deberas darte tu mismo por enterado una vez que demos nuestro paseo, al menos las imagenes habras visto en algun lado que te evoquen de lo que hablo.-

Picaramente le sonrio tomando la copa de vino antes de comenzar a probar bocado nuevamente.

-Y que edad tienes Edison?, hasta ahora me lo comence a preguntar, no quisiera estar por cometer un delito al tratar de seducirte.-

Hablo calmadamente, con un airecito divertido mientras le observaba, advertia juventud en el otro, pero ignoraba del todo si los datos que le proporcionaran eran ciertos o no.

Cuando lo observó con sus ojos, había brillo peculiar en ellos, ahora con aquel extraño tono de un verde agrisado bajos las doradas luces de la velas, recordó New York. Su ciudad natal y todo lo vivido allí durante su infancia, de noche la ciudad era realmente hermosa, luego Francia, el viaje que hizo la familia al completo para visitar a los abuelos. Allí guardaba algunos recuerdos felices por igual y luego todo se torció...la traición de su camarada hizo el resto.

-jey¡ eso fue cruel...vale vale...jajaja, puede ser que me recuerde a un sitio en concreto, aquí donde me ves mi padres viajaban mucho.

Tomó de su copa perdiendo un instante la mirada y ahora estaba al lado de un mafioso que le tiraba los tejos y a él le estaba agradando, ese moreno de labios carnosos era un peligro para él y lo sabía. Su mirada volvió a rodarse esta vez hacia afuera, hacia las vistas, escuchando pensativo su pregunta.

-Veinticuatro...-murmuró de pronto, volviendo a fijarse en el actor.- Y tú, Mikail?...hum...te importa si te digo Mika, dejaré que me digas Edi...-sonrisa maliciosa.

-Nikolai, es como suelen llamarme las personas mas allegadas a mi, pero si lo deseas, Mika estara bien para mi... aunque- Los ojos se volvieron mas maliciosos que los de su interlocutor.- No te aseguro responder por ese nombre dada la falta de costumbre, Eddy.-

Entono aquel nombre de la forma ladina y casual de los neoyorquinos, casi infantil, dejando que una sonrisa bailoteara burlonamente en los labios del ruso, por un momento atisbo un disgusto en aquella mirada, por un momento se sintio viajar con el a otro tiempo, parecian recuerdos de algo agradable aun si el ruso ignoraba de que trataban, pero la mirada era tal que era dificil de ignorar.

-Viajaste mucho, eso es bueno para cualquier alma, a final de cuentas, conocer y expadir el mundo es lo mejor en el proceso de vivir, pero dime, si has sido un alma viajera, como es que te quedaste en una pequeña floristeria?.-

Se apoyo sobre la mesa, jugueteando con el vino en su copa, esperando el siguiente cambio de platillo.

-¿Mika o Nikolai? eso debes decidirlo tú...después de todo es para tí...-le señaló atrevido saboreando de nuevo aquella deliciosa bebida. Era extraño estar así con el otro, por que eran muy contrarios y lo sabía, eran enemigos después de todo, aunque Edgard nunca supondría una amenaza real en comparación para la persona que trabajaba.

Escuchó atento su nuevo mote, su nuevo nombre y sin ser el original, pero era parte de su secreto y luego aquel acento. Después de la última vez que se vieron de seguro Mikail lo debía haber investigado, supuestamente no debía levantar sospechas pero el mafioso le había puesto el ojo y eso lo ponía en un claro apuro. Por dentro le seguía carcomiendo que Alexander no lo avisara a tiempo y su opción no era precisamente ponerse a rezar un padre nuestro.

-Viajar formaba parte de la profesión de mi padre...-¿eso estaba en la tapadera? bueno, su carnet, su identidad era otra y con un nombre tan común como Edison, era simplemente común. ¿verdad? Por que su verdadero nombre era francés.-Pero mi vida es otra, es sencilla. Trabajar es una floristería es honrado, ¿verdad? ¿que más se le puede pedir a la vida? como puedes ver soy alguien pacífico.

Mentía como nadie, era su arte después de todo incluso le sonrió, observándolo a los ojos.

-¿Y tú? eres actor, lo que significa que eres ambicioso...testarudo y has llegado a la cumbre...¿Que se siente desde arriba cuando miras al pasado?. Es una pregunta que nunca tuve la oportunidad de hacer...la verdad.

-Eres tu quien desea darme un diminutivo, asi que eres tu el que decide cual me queda mejor.-

Agito un poco aquel liquido, suspirando mientras escuchaba aquella curiosa explicacion.

-Asi que practicamente hablando, viajabas por tu padre, la aventura y eso, era solo circustancial y puedes vivir sin ese tipo de estimulos... es un tanto aburrido si se le ve de esa manera, no te parece?.-

Ladeo la cabeza observando al otro con media sonrisa.

-No puedo decir que haya un gran cambio con mi vida de antes a la de ahora, soy de una familia acomodada y de alta categoria, asi que el ser actor pienso yo que era algo inevitable acostumbrado como estoy a como tu dices, llamar la atencion y estar en la cumbre, pero deseaba algo que yo mismo mirara y dijera, esto es por mi no por mi familia.-

-Mika...pero no te lo imagines antes de tiempo jadeándolo de mis labios.-le advirtió, aquello lo decía muy en serio. Despúes de todo,no era una persona muy limpia de mente en ese tema.-Estar ubicado en un solo lugar y con trabajo sencillo, no quiere decir que la vida sea aburrida, siempre pueden suceder cosas interesantes a tu alrededor. No digo que viajar y ver nuevos lugares no sea entretenido, pero al final lo que realmente te acaba llenando es la simpatía de las personas que te rodean. El poder no parece dar demasiada felicidad precisamente, solo temor a que te lo quiten.

Su mirada se desvió un instante preguntándose interiormente como se le había ocurrido añadir aquello a su comentario. Bueno, podía colar, después de todo el veía a los ricos desda abajo y no arriba, como ellos hacían lo por su estatus.

-Ahora, conozco muy bien lo que es desear algo intensamente y después de buscar durante mucho tiempo que es lo que realmente nos llena. A tí te gusta interpretar, de seguro tienes mucha imaginación, es una de las tantas cualidades que debe tener un buen actor para poder meterse en la piel del personaje, para poder sentirlo...¿me equivoco?

El lado que estaba descubriendo del mafioso le preocupaba, por que era agradable, le dolía pensar como había podido ser capaz de asesinar aquellas niñas, después de todo, Edgard tenía un lado noble. Conocía el modo de actuar de aquella gente, pero incluso dentro de la familia, se traicionaban entre ellos. Jadeó de pronto dirigiendo la vista hacia afuera, escrutando con la mirada azulada aquella hermosa noche. Aquello no iba bien, estaba sintiendo cosas por ese hombre que no debía.

-Interpretar me permite ser alguien mas-

Susurro suavemente con la vista clavada afiladamente en aquel rostro. Algo en aquellas ultimas palabras aun cuando fuera vago le habian crispado los nervios, algo en ese jovencito, en ese chico de rostro hermoso le seguia disgustando, pero no podia definir el que.

Mentian los dos, de eso estaba seguro, un mentiroso siempre podia reconocer a otro de su calaña, la pregunta que le llenaba en este momento era saber en que mentia y por que razones La sonrisa se le afilo, siendo una mezcla de dulzura y frialdad.

-Sabes... ya mismo no puedo decir con certeza que la simpatia de las personas me sea agradable, es extraño mas bien pensar.... que pueda estar confiado a gusto con las personas que estan a mi alrededor por un monton de razones diferentes.-