Conquista y algo mas...

Un buen trago tras algun trabajo jamas estaba de mas, siempre terminaba en el mismo sitio, de gustando algun martini o especialidad de la casa, aquella noche en especial habia terminado con la necesidad de un buen bourbon y el ambiente en el bar era adecuado para descansar.

Veia a la que parecia ser la clientela regular y una que otra cara nueva, quiza curiosos por el sitio.

Termino sentado cerca de la barra, solo mirando su reflejo en el espejo al frente y observando el ir y venir de los demas.

Su mirada paseaba de mesa en mesa, notando a la clientela, pero los ojos cobalto no pudieron evitar clavarse en una figura que se resaltaba de las demas, elegante y misteriosa, enigmatica, le habia seguido desde que estuviera con sus "socios" y le siguio hasta la barra donde le vio detenerse, se sabia reconocido.

Ambas familias habia llegado a tener tratos atraves de intermediarios, pero eran tratos que al fin y al cabo ameritaban la presencia de los lideres, jamas habian cruzado palabra, pero le conocia

Saludo con el mismo gesto y solo llamo al barman para que entregara una copa, de antemano sabia que la bebida que tomaba el ajeno era whisky. Aun asi dio instrucciones simples y precisas, un poco de ron blanco algo mas de vodka, zumo de fresa, y una pizca de algo dulce, la combinacion dio un liquido de color rojizo cristalino y aromatico que pidio se le sirviera al caballero que le saludara, junto con una peticion sencilla para poder acercarse a charlar con el,

Ante la afirmacion se deslizo con tranquilidad hasta el puesto aun lado de aquel hombre, la mirada que tenia sobre el no le inmuto, era logico dado el porte de aquel sujeto, que sintiera la precausion,

-Es uno de mis pasatiempos, de gustar un poco de todo lo que ofrece esta vida.-

Le miro de soslayo, tomando el vaso de bourbon y dando un trago a la bebida, habia encargado ya uno mas cuando se levantara de su puesto original. Se acomodo los cabellos negros un poco, antes de girar medio cuerpo en direccion de Alexander.

-Mikail Nikolai Zhanna, al fin podemos cruzar palabra, cierto?.-

Estrecho la mano con firmeza y fuerza moderada, un simple apreton de manos amistoso. Noto la gama de emociones en esa mirada grisacea, podia leer la desconfianza en esos ojos.

-No he venido a robar el territorio de su familia, Alexander. Los negocios de mi famila de momento se encuentran perfectamente bien en Rusia, quiza expandamos un poco el mercado, pero aun no es el momento.-

Menciono con completa seguridad y una mirada dificil de interpretar, parecia serio y al mismo tiempo sereno y retador. Veia con atencion aquellas facciones finas, esos ojos expresivos, se preguntaba que tan conciente era su dueño de aquellos detalles, una belleza fria y atractiva sin lugar a dudas. Un hombre como el que tenia enfrente, se preguntaba si tenia mas de una gama, el cazador que habitaba dentro del ruso estaba despertando, los jueguitos peligrosos los amaba, entre mas dificil el reto, mayor era la satisfaccion que tenia.

-No cometeria la imprudencia de ser impertinente con un hombre como usted sin hacer mi debida tarea.-

Giro de nuevo su cuerpo en direccion de la barra mientras le miraba de reojo, tomo el vaso con el bourbon, escuchando aquellas palabras, el tono con que le hablaba. No dijo nada, si aquel hombre hablaba de semajante forma es que Mikail hacia bien su trabajo, la familia Zhanna crecia en las sombras, tenia ganado practicamente todo el territorio ruso y los italianos, los famosos italianos con su antigüedad no se habian percatado aun de ese crecimiento desmedido.

-Una frase demasiado trillada y predecible como para salir de labios tan hermosos.-

Giro levemente el rostro a tres cuartos, aun le miraba por el rabillo del ojo y la sonrisa maliciosa que le dedico fue especialmente peculiar.

-Esa frase soy yo quien debe decirla.-

Alargo la mano, tocando ese rostro, con los ojos conteniendo un brillo, de algo que se sabe, de algo que se prevee y que causara estragos. Saboreando el momento, la sonrisa que mantenia el pelinegro era burlona y superior, acaricio la linea que formaba el menton, acariciando los labios. Como llamaban los italianos aquello?

Le rozo los labios con los propios, clavando las iris azul cobalto en los ojos grisaceos, susurrando bajo no dejo de verle deseaba ver esos ojos justo en el momento en que la noticia la reconociera Alexander, aquel orgulloso lider, aquel hombre que se creia poderoso, fuerte e intocable, que sentiria al saber la verdad.

-No le llego mi carta de presentacion hace poco?.-

Los labios del ruso acariciaron las palabras lentamente una vez que alcanzaron el oido ajeno, le miraba de reojo, burlon y autosuficiente.

-Fue un verdadero placer que no murieran rapidamente... verle destrozado, con ese dolor palpable, tan indefenso valio la pena del fallo, llegue ha excitarme de solo recordar la expresion de dolor que tenia en el hospital.-

Se alejo retomando su lugar, sin perder las facciones ajenas por el rabillo del ojo.

Dio un trago mas al vaso de bourbon terminando al fin el contenido, los ruidos ajenos de las mesas alrededor del lugar, la gente sentada tambien en la barra, los barman que se paseaban como pavoreales preparando las bebidas, nada tenia importancia, era como si estuviera vacio el bar. Los iris cobalto estaban clavados en la figura que tenia aun costado, tal cual se esperaba de alguien del calibre de aquel hombre la reaccion si bien le decepciono un poco, le causo un escalofrio de puro placer. Le gustaba romper cosas, corromper a sus enemigos, y dejarles en claro la posicion en la que se encontraban, era despues de todo temido en Rusia por la mano de hierro con que manejaba las cosas, por la falta de piedad que tenia para con sus enemigos.

Los ojos furicos que presentaba aquella faz sin emociones le saco una sonrisa, el porte calmo, los modales perfectos, debia aplaudir a Alexander la muestra de orgullo que le daba; aquellas palabras tan simples, bajas, fue musica celestial.

-Esperare ansioso nuestra proxima cita.-

Hablo bajo antes de que se fuera, miraba el contenido de su vaso. Le vio alejarse por el reflejo de aquel espejo al fondo de los licores. La fina figura que se deslizaba entre la gente. La mirada se le afilo y una sonrisa de pura satisfaccion le pinto los labios.

-Justo asi... mantenme entretenido, has que valga la pena romperte.-

Agradecio la llegada de su segundo vaso de bourbon, el alcohol aquel dia le dejaba un gusto perfecto en el paladar.

~Escena terminada~