Сюрприз *SORPRESA*

El calor empezaba a fundir su cuerpo dejando que lentamente corriera cada centímetro de su piel, mordió su labio causándose más dolor pero eso evito que se escapar un gemido que nació de forma profunda por las atenciones en su cuerpo.

Su pezones ahora se encontraba erectos exhibiéndose descaradamente a arquea su espalda por la sensación que cruzo en su vertebral en la caria entre sus piernas, cuando aquella mano se retiro iba a cerrarlas pero la simple voz de orden provoco que se quedara de esa forma.

Un calor fundió en sus mejillas por vergüenza o por el golpe ya no lo sabía en realidad, pero lo que era seguro era que las dos se mostraba en un carmesí intenso que aun el frió de aquel liquido sobre su piel no fue sentido completamente, lo único que realmente causaba estragos era ese caliente aliento que sentía en su oído.

Se medio sentó ocultando un poco aquella parte vergonzosa de su cuerpo pero sin desobedecer a esa voz, odiaba que su cuerpo se calentara hasta ese punto, pero al menos estaba el hecho de que no era por él... Era un leve consuelo en esos momento... Movió sus caderas como buscando un poco de atención que no llegaba más que en una futura amenaza.

-Es que te he dado permiso para sentarte?-

Modulaba la voz, relajado, le miraba de aquella manera, la forma en que el cuerpo del menor reaccionaba, aun no comenzaban el juego e Yves ya estaba en aquel estado. Atajo esta vez en la mesita un antifaz oscuro.

-No puedes moverte si yo no te lo permito...-

Dio un tiron a los cabellos azulados una vez que le tomo con fuerza de la raiz del cabello, provocando que alzara el rostro le miro fijamente a los ojos antes de colocar aquel trozo de tela negra sobre los ojos del menor. Se levanto de la cama, solo observando ese cuerpo dispuesto para el, como si esperara algo, se alejo de nuevo.

-No...-, Sólo dejo escapar aquel monosílabo desviando la mirada porque no quería agregar lo demás, esa palabra que el simple hecho de pensarlo le costaba la única calma que le quedaba, sus dedos apretaron la cadena de las esposas que atrapaba sus muñecas buscando aliviar un poco el dolor que sentía.

Se quejo cuando su cabello fue jalado echando su cabeza hacía atrás y elevándola para aminora un poco la molestia pero eso fue la peor decisión pues sus ojos se oscurecieron haciendo que de esa forma fuera más consciente de lo que pasaba.

Deseo moverse para ponerse de lado y no sentir la mirada lujuriosa sobre su cuerpo, pero la orden ya marcada en él evito que lo hiciera sólo se sintió estremecer contrayendo un poco su vientre ante el respirar profundo para no sentirse de lo peor con aquel deseo de aminorar su calor.

Fue a colocarse en el mini bar, mirando el cuerpo de Yves atado en la cama en aquella posicion, el unico ruido que hizo fue al servir el hielo y el whisky, ahora le apetecia algo asi. Se recargo en la barra, sin moverse en lo absoluto, comenzando aquel jueguito psicologico con el menor. tras colocar la venda en los ojos del peliazul.

El tiempo lo decidiria el cuerpo del menor, aquel lubricante que se tibiara segun la temperatura del cuerpo en que se usaba. Sorbia en silencio el licor. Se preguntaba cuanto mantendria la posicion, segun la orden que le diera.

El silenció era tan intenso casi podía escuchar su respiración, un escalofrío surco su cuerpo por la sensación que provoco el sonido del choque de los hielos, se mordió el labio empezando a sentirse nervioso, no era más bien estar impaciente por no saber que ocurría realmente, el silencio del mayor le empezaba a provocar terror.

Jadeo casi con desespero y frustración por sentir todas esas molestia en su cuerpo, el sentirlo caliente era lo que realmente le desesperaba porque era como si este sólo subiera por su piel causándole que de cierta forma se fastidiara por el abandono.

Su cuerpo cosquillaba no sabiendo si era por la sensación de encontrarse en la misma posición o por algo más, aunque abriera los ojos sólo vería oscuridad así que ni lo quería hacer, pero aun cuando su mente decía que si lo abría nada cambiar lo hacía mirando por todos lados sin cambiar la oscuridad.

La falta de sonido le desesperada desde aquello a igual que la oscuridad así que su mente se atacaba así misma, una voz llegaba a su oído aun cuando esta no existiera en la habitación, era un recuerdo vivido de aquel pasado.

No estaba siendo consciente de la verdad o de la mentira de su mente, era tan vivido que podía casi sentir el aliento caliente de una respiración a su oído, el toque de unas manos por su cuerpo, se tensó y sin darse cuenta se removió inquieto cerrando por unos momento sus piernas.

Se sobresalto como si hubiera recibido un regaño abriendo de nuevo las piernas, apretó el tubo de la cabecera que detenía la cadena de las esposas en el deseo de hacer eso con su cabeza para no pensar, como deseando acomodar la ideas. Suaves gemidos escapaba de entre sus labios en una extraña mezcla de pánico y excitación por aquellas caricias imaginarías.

Lo veia retorcerse, el debate interno, todo aquel cuerpo en tension dada la situacion, a la espera... Vio como cerraba las piernas antes de abrirlas nuevamente, seguramente recordando la orden que antes le diera, era una mascota obediente despues de todo, el entrenamiento de años atras no perdia efecto del todo, hasta donde le obedeceria, hasta donde ese cuerpo recordaria.

Se deslizo de su sitio en el bar hasta quedar a unos pasos de la cama, los pequeños jadeos que emitian esos labios de Yves le estaban causando gracia y el sonrojo en el rostro del menor delataba el estado que el cuerpo se encontraba. Seria tan facil el tomarle en esa situacion, hacer suyo ese cuerpo, pero la sombra de alguien mas tomando a su preciado juguete...

-Es asi como seduces a tu amante?-

Estaba aun lado del menor, habia reido al tiempo en que rozaba con las puntas de los dedos el rostro, recorriendolo lentamente.

-

Arqueo levemente su espalda sintiendo una corriente eléctrica surca de forma traicionera, estaba mal todo eso, aquello se lo repetía constantemente pero aun así su cuerpo y su mente lo traicionaba entre un juego de dos dominios, entre la realidad y la fantasía, ese era realmente el problema la confusión que el simple pánico podía acarrearle.

Los dedos que lo acariciaron lo hicieron sentir feliz pero a la vez como una escoria, unas lagrimas se asomaron en sus ojos pero se perdieron en aquello que lo cubría dejándolo en la oscuridad, superar el daño que le causo en todo ese tiempo le había costado y ahora se daba cuenta de que nunca supero nada.

-...Amo...-, Susurro aunque más parecía una pequeña suplica por el perdón de algo que él no cometió, eso era lo más terrible en todos sus pensamientos, el saber que se "entrego" aun hombre que ni siquiera quería. Aunque no era su culpa en si, pero tampoco era de su hermano él sólo siguió lo que aquel hombre le enseño.

Sufrió cuando despertó y se dio cuenta de eso, pero aun así se grabo en su mente que podía seguir con ello, pero no... No era así porque la sola cuestión de escuchar aquel hombre con esa duda atrajo todo su dolor y desolación.

-El unico Yves... debes comprender eso.-

Termino por separarse una vez mas de aquel sitio , observo con cuidado cada uno de los objetos que pidiera, era dificil decidirse por alguno en especial, dado que sabia como terminaria ese cuerpo. Tomo de entre las cosas una correita de lo mas extraña, dificil de saber como o donde usarla para algun ojo inexperto. Pero aquello parecia lo mas indicado para el castigo que pensaba darle al menor.

-Hare que lo grabes en tu mente... en tu cuerpo, ninguna mano que no sea la mia puede tocarte.-

Con rapidez y mano experta coloco la correa con sus respectivos hilillos. Era una suerte que el cuerpo de Yves fuera esbelto y juvenil al fin y al cabo el manejarlo en aquellas cuestiones parecia de lo mas sencillo. Termino pasando uno de los hilillos por los testiculos, rodeando el siguiente arillo de piel la base del miembro, sucesivamente por la extension de carne, que aun no llegaba a su maximo, seria doloroso, placentero... una sonrisa extraña curvo los labios de Mikail cuando llego a la punta de esa excitacion, la correita aquella venia preparada para pentrar y actuar de tapon, no le daria el placer de correrse hasta que suplicara, hasta que llorara por un perdon.

Aquellas palabras pasaba a grabarse en su memoria que en ese momento estaba débil y fácilmente se podía manipular, sintió que se alejaba y volteo a ver, aunque sólo era el movimiento de su cabeza porque no podía observa nada por culpa de aquella venda así que sólo podía trata de averiguar hacía donde se había movido.

"¡No!", Eso era lo que quería gritarle, pero aun así era algo que su voz no liberaba sólo lo hundía en su razonamiento para protegerlo un poco de aquel juego tan tenebroso, se movió o mejor dicho lo movió como si fuera un muñeco y su piel se erizo por aquello que empezó a sentir en su cuerpo principalmente en aquella área sencible.

Jalo sus manos provocando que de esa forma se escuchaba el trinar del golpeteo de la cadena contra el tubo, era como buscar liberar sus manos para poder detener esas manos, trato de cerrar sus pierna buscando juntar sus piernas, pero cada que lo hacía leve titubeaba y terminaba por sólo dejarse manipular.

Se alejo nuevamente tras colocar aquello, la imagen de Yves era exquisita, sencillamente perfecta. Dio un trago bastante prolongado al vaso con el licor, sonriendo por la obediencia de su pequeña mascota. Tras una larga pausa, se acerco nuevamente hasta el cuerpo ajeno, trepandose finalmente a la cama, situandose justo al frente del peliazul.

- Estas disfrutando esto en realidad, cierto?.-

Toco suavemente el pecho, deslizando las manos por el vientre, antes de tocar la punta un poco mas despierta de esa excitacion. La voz la mantenia profunda, grave y cargada de pasion y deseo, tenia quiza una pizca de burla ante las reacciones de aquel cuerpo.

-Noo~hm-, Negó a escuchar aquella duda, pero su voz lo traiciono cuando ese monosílabo murió en un gemido, arqueo su espalda a sentir el toque en la punta de su hombría provocando que reaccionara en el calor del momento, pero eso mismo era doloroso provocando esa parte que era más notable en Iamin y empezaba a ser delirante para él.

Se chupo su labio como si tuviera la necesidad de tener algo en sus labios que lo mantuviera ocupado, su cuerpo se empezaba dictar por las enseñanza pasadas, entre negación y provocación, movió su cadera en busca de más atención contra aquella mano pero a poco cerro sus piernas atrapandola.

-Como siempre honesto con tus reacciones.-

Menciono quedamente, apretando esta vez sin compasion alguna aquel apendice, pellizcando con ahinco y algo de maldad lo que antes tocara suavemente. Los ojos cambiaron a unos frios, aun si el chico de cabellos azules no podia verlo, estaba seguro que se sentiria taladrado, se conocian demasiado bien a final de cuentas.

-Cuantas veces has movido tu pequeño trasero para seducir a tu amante?-

Separo aun mas esas piernas graciles, atravesando una pequeña barra que parecia propia de esos jueguitos sm, anclandola de tal forma que por mas que lo intentara no cerrara las piernas para lo que vendria despues.

-Has disfrutado dejando que tome este cuerpo que no te pertenece?.-

Tomo un pequeño objeto redondo, que introdujo sin miramientos en el interior de Yves, si bien batallo al no preparar adecuadamente el arillo rosado que ahora forzaba, se ayudo un poco de aquel liquido que aun se deslizaba por las piernas del menor. Era extraño a final de cuentas que el cuerpo le diera batalla, algo que se suponia usaba con frecuencia no deberia prestarle tanta batalla.

-Cada que el te tenga, cada que olvides a quien perteneces, ten en cuenta que este sera el resultado.-

Acciono la pequeña bala que introdujera, una velocidad minima al momento de vibrar, no era aun tiempo de martirizar mas a su pequeña mascota

Aquella mirada congelaba su sangre y detenía su corazón por unos momentos, eso le causaba un verdadero sufrimiento porque traía a él aquellas memoria que tanto deseo olvidar, aunque en realidad lo que jamas olvidaría sin importa que sería el primer día que lo vio a él, ese fue algo que marco completamente su destino.

Grito a sentir que introducía algo, el dolor no se pudo evitar ante la profanación, su cuerpo se había tensado provocando que fuera más estrecho de los normal y por esa causa el paso fuera difícil haciéndole recordar a su cuerpo lo que sufrió con aquella primera vez.

-....Nooo... Amo...-, Se escuchaba la leve suplica en su voz sin poderlo evitar, era ese pequeño niño que fue sometido a toda su voluntad en su pasado aun cuando no fueron tan "crueles" como el ahora, aunque hubiera padecido dolor eso estaba concluyendo completamente el circulo.

-No te he dado permiso de hablar Yves.-

Jalo aquel cuerpo acomodandolo de tal forma que aun esposado pudier tener libre acceso a la zona que mas le interesaba. Le dejo un momento ahi inmovilizado, deleitandose con aquella vista. Aunque hablara de aquella manera cruel, aunque Yves mencionara aquel amante sabia ahora que era mentira, el cuerpo del menor era demasiado honesto quiza para disgusto del peliazul si se enteraba. Si bien conocia el toque de un hombre, estaba seguro que no habia sido algo serio, quiza ni siquiera consentido, Yves solo podia suspirar por un ser, por el...

Aumento la velocidad un poco, observando atento al chico que tenia ahora recostado en la cama. Dando de tanto en tanto un vistazo a la mesita con aquellos juguetitos. Lo iba a castigar por mentirle, no podia y no debia oponerse a el tan descaradamente.

-Dime... cual es el nombre de tu amante... tendre que darle mis saludos... tu sabes, darle lo justo por tocar mis cosas.-

Fue a sentarse en un sillon que acomodo frente a la cama, se cruzo de piernas solo mirandole.

Escuchó aquel regaño pasando a hacer estremecer de miedo su cuerpo pro la sensación de que pasaría un castigo, cuando lo movía así como muñeco realmente se sentía inútil por no poder defenderse y sólo dejarse llevar, realmente la vida era demasiado injusta en hacer que pasara todas esas cosas, se mordió el labio para no emitir sonido alguno.

-¡Ahnn!-, No pudo evitar suprimir aquel gemido que fue intenso cuando aquel vibrado se sintió mucho más intenso causándole esa sensación tan profunda de calor y de cosquilleo por el placer que nacía más salvajemente, era demasiado doloroso porque deseaba liberarse de todo ese placer.

Esas palabras... No podía darle ningún nombre porque no había nadie, aunque a su mente vino la imagen de una persona, pero no era nada y era mas que imposible que ahora o en un futuro pasara algo, sencillamente no podía. -...No... no puedo decirle...-, Dijo demasiado bajo apenas en un murmullo que seguro ni se escuchó más allá de un paso.

-No vas a contestarme?.-

Se levanto tomando un estuche de la mesita, abriendo la caja de terciopelo negro que tomara segundos antes. Localizo con la mirada una especie de aguja especial y se sonrio con malicia, dejo en la mesa aquello que tomara, ahora tomando aquella esfera con correas de cuero a modo de mordaza.

-Si no quieres hablar... esta bien.-

Le quito la venda de los ojos, mirandole friamente y comenzando a colocarle la mordaza aquella.

-No te permitire dirigirme la palabra de nuevo...-

Le acaricio el rostro, tomando una vez mas aquella cajita aterciopelada, mostrandole el contenido, Un arillo de platino, era mas que obvio que estaba hecho para perforaciones, lo unico que era extraño en aquel "regalo" era el tamaño del mismo.

-Ya que no pareces cooperar, supongo que estaria bien marcarte como mio, tal y como nos quedamos la ultima vez que nos vimos, cierto?-

Acaricio la punta del miembro del menor, mirandole fijamente.

-Algo que solo yo podre ver... algo que solo yo podre usar... algo que te brindara placer, no soy amable, Yves?.-

Desvió el rostro por unos segundos para evitar aquello pero ante la posible reprimenda sólo dejo que se lo pusiera lo extraño fue cuando le quito la venda, sus ojos parpadearon un par de veces enfocando la luz que había en la habitación mirando al otro, cerro los ojos por esa mirada.

Abrió la mirada a escuchar aquellas palabras, negó con terror por lo que pensaba hacer, no deseaba eso, se escuchó sonido que no se entendía por culpa de aquella esfera en su boca, removiéndose inquieto tratando de cierta forma de alejarse de aquello que deseaba hacer.

Sus ojos miraba con una suplica para que no lo hiciera y se veía aguados por aquellas lagrimas que se juntaba ante aquella posibilidad, no, no deseaba nada de eso.

-Mmm?... ahora suplicas?.-

Apreso con un poco mas de firmeza el miembro ya medio despierto del menor, perfecto para lo que haria, se sonrio con malicia calculada y esa aguja que tuviera a la mano toco la piel, casi como una caricia le pincho la piel.

-Es una lastima que olvidaras que odio que no seas obediente... siempre habra un castigo de por medio, cierto?.-

Se inclino levemente, lo suficiente para besar la punta de aquella excitacion, mirando los ojos aterrados y suplicantes que le dedicaran Yves desde el principio, sonriendole tiernamente al tiempo en que aquella aguja atravesaba la punta en diagonal, por el glande hacia la punta.

Aquel toque punzante causo que sudara frió, no quería eso, no, no lo deseaba, no podía quitar esa mascara de terror de su rostro, estaba completamente asustado entre más sentimientos que pasaban por su ser en esos momentos, escuchó sobre el castigo.

Deseaba hablar decir cualquier cosa para evitar eso pero aquella cosa no le permitía hacerlo, sólo dejando que toda su voz fuera ahogada así mismo como aquel quejido murió cuando sintió el paso de aquella agujas, su mejillas se humedecieron más por aquellas lagrimas que saltaron a recorrerlas.

Una vez que se abrio paso el tubito de plastico flexible por el objetivo en manos del experimentado ruso, saco la aguja, dejandole el paso libre al pircing en forma de arillo que pondria en el menor. se sonrio al ver la joya de platino con una pequeña piedra incrustada, un diminuto diamante, le causaba gracia saber lo que pasaria si el menor se llegaba a quitar sin saber bien aquella cosilla, estaria en serios problemas por muchas razones.

Coloco el "regalo" en su lugar se sonrio con malicia mientras le observaba como una gran obra de arte.

-No luce bello?.-

Cerro sus ojos tratando de estar en completa negación sobre aquello que ahora luciría en esa parte de su anatomía, no, no deseaba pensar ni un poco de él, deseaba ceder esos momentos su lugar a Iamin pero de cierta forma también tenía miedo de hacer eso, aunque sabía que tal vez él pudiera soportarlo un poco más, pero se negó sólo por esa vez sufriría un poco.

Aun cuando escuchó su voz no quiso escuchar ni siquiera un poco así que no abrió la mirada, ladeo el rostro para que sus cabellos se agitara haciéndose una cortina sobre su mirada, no sabía que era más doloroso en ese segundo si el dolor o aquella mirada que seguro el otro tenía con satisfacción.

-Eres una pequeña mascota que no sabe agradecer los regalos como es debido... has olvidado como tienes que hacer?... o ha sido Iamin quien ha tomado cada una de las lecciones?.-

Se quedo por un momento mirando aquella pequeña joya de platino con una pequeña piedra de diamante incrustada, era una alhaja cara que el mismo mandara hacer con especificaciones adecuadas para el que seria su dueño, ese cuerpo juvenil estaba ahora marcado como suyo, lo quisiera o no el joven. Le causaba cierta gracia pensar lo que podria batallar Yves para sacarse de encima aquello si no era con ayuda y de solicitarla, le haria pagar caro el deshacerse de su regalo.

Tomo la cajetilla de cigarrillos que llevaba en la camisa, tomo uno con cuidado y paciencia mientras subia de golpe dos velocidades de aquella bala que introducera al cuerpo del menor, encendio la barrita blanca con tranquilidad, como si aquello fuera de lo mas normal mientras le observaba con detenimiento y divertido.

-Debere reeducarte entonces?.-

Sabía que en esos momentos estaba cometiendo muchos errores, pero no deseaba hacer todo aquello que le enseño en el pasado, aunque su firmeza parecía ir titubeando en cada instante abrió sus ojos para ver el mayor, pero termino por cerrarlo cuando sintió aquel vibrados con mayor intensidad, ahogándose aquel grito que se le hubiera escapado si no fuera por aquello que cubría su boca.

Negó cuando escuchó aquella ultima pregunta haciendo que su cabello se hiciera hacía atrás por la leve agitación y apenas quedando algunos que se pegaron a su rostro por el pelar del sudor, lo miró ya ni se podía ver si era con suplica, miedo o deseo tal vez, era una mezcla total que se nublaba con las lagrimas que escaparon por el sentir de sufrimiento.

-Lo quieres?.-

Calo un poco mas el cigarrillo dejando escapar el humo suavemente, se sonrio apaciblemente trepando a la cama practicamente quedando sobre el cuerpo amaniatado de Yves, quito aquella correa, esperando escucharle suplicar, llorar, gemir; le beso con fuerza una vez que tiro el cigarrillo a medio consumir, chupo y lamio aquellos labios con fiereza, adentro su lengua en aquella cavidad moviendola freneticamente, mordio con fuerza los labios hasta hacerlos enroquecer de manera hosca y apasionada antes de apresar entre los dedos la excitacion del menor, comenzando aquel masaje rapido, jugueteando con la punta y el pequeño arillo que recien lucia el menor, el dolor que pudiera provocarle era lo que menos le importaba.

Sus ojos nublados apenas podían distinguir el movimiento del mayor sintiendo que su boca era liberada a se retirado aquel articulo que había sostenido su voz para que no se escuchara completamente, pudo descansar su mandíbula, pero a terminar de sentir el peso a los costado es donde sus labios fueron apresados en aquel beso.

El sabor del tabaco quedaba en aquel beso que era sometido, un acto salvaje donde era solo demanda por parte del otro y aunque no quisiera se veía corresponder perdiendo un poco los quejidos que nacieron cuando aquellos dedos provocaron el roce contra ese "regalo" que ni siquiera deseaba.

Dolor, placer, ese parecía ser siempre el juego para engañar a su cuerpo así como el acto de manipular a su mente entre el juego del "bueno" y el malo, provocaba que se hiciera de grilletes que se iba entrelazado hasta se cada vez mas fuertes.

Un estremecimiento se notó en su cuerpo, estaba perdiendo la consciencia de la tranquilidad porque todo combinado causaba una satisfacción que no deseaba reconocer, pero que terriblemente su cuerpo hacía notar, sentía que su corazón iba explotar por lo fuerte que latía y aquel calor se fundió tan intensamente que apenas recorrió su cuerpo por unos segundo antes de verse fundirse con el frió cuando el orgasmo llego.