Luciérnagas

La noche era clara, despejada y hermosa. El olor a tierra mojada se levantaba hasta el balcón de manera penetrante y agradable y, a la luz de las estrellas, se le sumaba una más, una que, por el clima, tal vez no debía estar allí, pero estaba y era lo primero en verse al salir al balcón.

-Parece que tenemos compañía -señaló mientras terminaba de salir, notando a un par de luciérnagas allí, a la orilla del barandal.

Con cuidado, dejando la copa a un lado, tomó a una de ellas en su mano, cuidando no aplastarla, pero casi en automático sintiendo sus patitas y alitas moviéndose contra su palma causando escalofríos nada románticos. Ok... eso no era lo que se esperaba.

Sintió asco por momento, y ganas de soltarla, pero se aguantó respirando hondo, esperando al que el animalito también se calmara para sentir la confianza de abrir la mano sin temer que fuera a volarle a la cara a alguno de los dos.

-Toma... una estrella.

Su rostro se inclino sobre el pequeño ser luminoso y que arrojo chispas de luz sobre sus rostros de veinteañeros, el suyo mas pequeño e infantil en sus rasgos. Estiro una mano y puso un dedo en la palma de Alvah, dejando que el bichito se subiera

Lo contemplo un largo rato con una sonrisa hasta que sintio una lucecita movil elevarse en el aire. Dio un suave soplido en aquella direccion y la luciernaga se reunio con la otra. Dieron vueltas en el aire juntas, formando circulos cada vez mas amplios, elevandose en el cielo nocturno

Cuando bajo su mirada, sus dedos tambien bajaron y tocaron el espacio que habia mantenido contacto con el insectito

"Preciosa...pero las estrellas necesitan estar con otras para formar una constelacion..."

Sonrio y toco su rostro afectuosamente, para que comprendiera que no habia rechazado su regalo

"¿Tu me darias algo que no deba volver al cielo?"

Lo miró atento hacer, a los animalitos volando libres y sonrió ligeramente. No le molestaba en realidad... pero nos las iba a tocar otra vez, aunque en su lugar ahora sentía la calidez de unos dedos mucho más agradables que los del insecto, bajando la mirada para verlos, para ver a la persona hermosa frente a él.

Pero que tocara con afecto su rostros, en una caricia tan sutil y preguntara algo así, fue su perdición... No podía contener más el impulso al que se había estado negando toda la noche, entrelazando sus dedos con él en un pequeño movimiento y atrayéndolo para unir, por momentos, sus labios, separándose lentamente de él, ligeramente sonrojado, sintiendo el calor subir a sus mejillas, por beber algo más poderoso que el alcohol en ese beso.

Y ahora estaba allí, frente a él, sin saber decir palabra, esperando, con mirada expectante, ligeramente temerosa, escuchar lo que tuviera que decirle.

Se llevo los dedos a los labios, pero en su gesto no habia enojo ni ninguna clase de expresion negativa. Bajo sus yemas se formo una sonrisa, porque la barrera de la indecision se habia quebrado. La espera de una respuesta en los hermosos ojos plateados le hizo estirarse en las puntas de sus pies y apretar sus labios nuevamente juntos, acercando sus cuerpos y estrechando el cierre entre sus dedos enlazados

"Gracias, lo que me has dado...lo que se lleva al cielo es a mi"

Cerró los ojos al recibir el beso en respuesta y su mano libre rodeó la pequeña cintura por inercia, acercándolo un poco más a él, degustando de ese pequeño besos, de la momentánea unión entre sus labios que le dejaba su suspiro a medias al terminar.

¿Era raro pensar que tenía ahora demasiadas ganas de escribir? Había pasado por un largo bloqueo y de pronto, las palabras para emociones aparecían todas y se atropellaba en su cabeza. Ese beso era poesía por él mismo, embriagante, dulce, hermosa poesía.

Sonrió contra sus labios para robar otro pequeño beso, renuente a soltar su cintura, o su mano.

-Me gustas... me gustas demasiado.

"Pense lo mismo desde el dia que nos conocimos, pero no me atrevia a decirlo precisamente porque nos acababamos de ver...como aquel escenario que enmarcaba el fin de la vida podia ser el principio de algo que me aceleraba el corazon en vez de detenerlo..."

Su mano subio para aferrarse a su hombro y apoyar sus frentes juntas, mezclando sus alientos. El rumor de conversaciones y musica dentro quedo silenciado en sus oidos por el eco de la respiracion y el palpito de la sangre circulando por su agitado pecho

"¿Es el principio de algo para ti tambien?"

Era el afirmar el paso de la confesion al inicio de una relacion

Sintiendo su aliento confundirse con el suyo, su corazón desbocado y esa palpitante necesidad de tenerlo más y más cerca. Simplemente estaba perdido por ese par de orbes azules...

-Lo es... desde el momento que te vi despertaron cosas en mí que poco antes amenazaban con morir, la pasión que sentía por las cosas que amaba hacer se había ido desvaneciendo pero, desde nuestro encuentro...

Su mano subió al cabello ajeno para poder sentirlo entre sus dedos, buscando relajarse de alguna manera, pero había tanta adrenalina corriendo por sus venas en ese momento. Sus manos y labios estaban ansiosos como todo su cuerpo y, de nuevo, la necesidad de plasmar en algo más que en el sonido las palabras que nacían en su interior por ese momento lo ponían... así.

-Tengo la certeza... de que conocernos no ha sido una casualidad. Cuando una persona encuentra ese algo, ese alguien que tiene la capacidad de renovarle las fuerzas, de hacer una revolución en su mundo por apenas unas palabras, no tiene perdón si lo deja ir, y eso que tu haces en mí... no es como la luciérnaga que puedo dejar volar al cielo, sino como el beso que quisiera tatuar en mis labios para que se quede en ellos para siempre.

"Ellas se apagaran cuando llegue el dia. Pero si ese es tu deseo, un beso que dure cuando salga el sol y permanezca en la noche y en los dias venideros, yo tambien tengo identico anhelo. Y la sensacion de que si nos encontramos fue por alguna razon, incluso si esa fue el azar. Lo importante es que sucedio"

Apretadas sus manos se acerco, buscando fundirse en ese momento en un perfecto circulo de sus brazos, como un simbolo que, aunque habia tenido un principio, no tiene un desenlace

"Esta es nuestra primera cita."

Lo dijo con enfasis, para que si en algun momento hubo una duda esta dejara de existir

-La primera de muchas, espero -comentó con una sonrisa, rosando su nariz con la del menor, apretando ligeramente su mano, sintiéndola pequeña entre sus dedos, delicada y perfecta, del tamaño justo para estrecharla.

Y sonrió por pensarlo así, por quererlo así, por estar tan emocionado y, a la vez, tan ansioso por más de esos momentos.

-Feliz San Valentín, gatito -susurró contras sus labios en un suave beso lleno de promesas, de mañanas que quería alcanzar.

"Feliz San Valentin..." respondio al beso con dulzura, enlazando sus dedos que eran sostenidos por los otros. Era como una vaina protectora, suave y tierna pero fuerte. La comparo con la que escuda a las mariposas en un estado tan vulnerable como la metamorfosis

"Y mañana sera la siguiente...si puedo abusar de tu tiempo pidiendo verte aunque sea una vez al dia"

Porque se sentia realmente feliz por mucho que a su alrededor pensaran en el cliche del dia de los enamorados. Porque haria una promesa el siguiente domingo y el verano y en el beso de Año Nuevo. Porque los topicos solo existen para el resto del mundo

-Puedes... aunque aquí tú eres quien tiene horarios difíciles, así que tú dirás. Puedo irte a recoger a tu facultad cuando termines tus clases, ir a cenar, ver una película, cuando tengas tiempo y, en tu periodo de exámenes, puedo quedarme contigo mientras estudias.

Una parte de él, más romántica, ya había imaginado en esos días todos esos escenarios, las posibilidades, las cosas que quería hacer, las que estaba dispuesto a hacer...

-Tú dirás, cuando me necesites allí, sólo avísame y yo iré.

"Entonces ninguno de los dos tendria nada de trabajo hecho, porque me pasaria el tiempo mirandote y buscando que mantuvieras todas las horas la vista fija en mi..."

Su cabeza se giro un poco hacia el interior del hotel, a la sala de fiesta donde se celebraba el cumpleaños, de donde procedia musica de baile

"Todavia no hemos tenido nuestro primer vals..."

No era un vals, si no una cancion lenta y melodica, pero penso avergonzado que vals era la musica que siempre sonaba en las celebraciones de una pareja y llamarlo como tal era lo mas apropiado

-Sí, suena a que pasaría -respondió sonriendo, tentado a reír-. Sólo que lo de mantener mi vista en ti no te supondría un gran reto, creo que el reto sería evitar que lo hiciera... Aunque siempre se pueden proponer acuerdos, promesas y premios para que terminemos pronto nuestros deberes y como es debido, conozco algunos incentivos interesantes.

Siguió su mirada hasta dentro del hotel, reconociendo la música que le gustaba a Zina, que también le gustaba a él pero que no se lo diría a ella, música instrumental en vivo, porque podía pagarla y porque a la anfitriona le encantaba y que, se se concentraba en la melodía, en las cuerdas, le parecía especialmente romántica en su pequeño contexto, apartado de ese otro mundo donde estaba la fiesta y un montón de invitados más.

Rompió por momentos el abrazo, sin soltar su mano, haciendo una pequeña distancia para hacer una discreta reverencia.

-¿Me concedes esta pieza? -preguntó con galantería y una sonrisa sutil.

Devolvio la cortesia y enlazo su mano con la de el, sus costillas tenia la impresion se fueran a romper con la fuerza de sus latidos. Pero dejarse guiar, aferrar sus manos juntas o apoyarse contra el no le resultaba incomodo

Despues de los rubores acostumbrados en el primer encuentro, tocarle era una experiencia turbadora pero mas en el sentido de agradable placer que de puros nervios e inseguridad

Por el rabillo del ojo, vio a traves del balcon a otras parejas abrazadas en la zona de baile y sonrio divertido cuando nuevas lucecitas vivas empearon a brillar, timidas todavia en aquel aire frio de Londres en aquella epoca del año. Como si quisieran aportar un toque magico a aquella noche antes de apagarse de nuevo en su reposo y aguardar la calidez del tiempo

Es tibio...el si lo notaba, pero no era en el viento que soplaba, si no por dentro, ni bajo todas las mantas de su departamento habia expermentado aquel maravilloso calor

Sentir su pequeña mano en la suya... no podía sino acariciar esa suave piel con su pulgar antes de empezar a guiar sus pasos, pensando en las connotaciones que esa frase tenía para un futuro, para una pareja y se sintió momentáneamente cursi por sentirse feliz por pensar en eso, por sentirse feliz por ello.

Su corazón latía apenas un poco más rápido, pero lo sentía... fuerte, difícil de explicar, porque cada latido parecía cargado de una fuerza mayor a la anterior, una que le hacía doler el pecho de una forma especial, que le hacía tener que estarse recordando cada tanto el tener que respirar...

Sus labios acariciaron su mejilla poco antes que cerrar los ojos sintiendo aun la suave música, la calidez de ese momento, de la cercanía, de las luces que jugaban a su alrededor para poder grabarlo todo en su memoria para que permaneciera allí aun después de cada la música.

Inspiraba fuertemente, para llenarse los pulmones del aroma mezclado entre ambos, de las ramas de las plantas que decoraban la terraza, del cargado aire nocturno. Sin tratarse de un ejercicio fisico exhaustivo o agotador, su ritmo cardiaco y respiratorio estaban acelerados igual que despues de correr durante horas

La cadencia de la musica se confundio con el retumbo de palpitar bajo su oido hasta que confundio uno y otro. Su cabeza daba vueltas como una noria y bajo sus parpados se apoderaron de sus ojos movimientos rápidos semejantes a los de la fase REM del sueño. Por cursi que sonara se sentia justo de tal manera, como en un sueño

Aun permanecio esa sensacion cuando la musica se fue volviendo mas lenta y el despacio abrio los ojos y parpadeo, sus labios rosados describiendo una sonrisa beatifica que no necesita palabras para expresar su felicidad y la declaro en sus acciones, con un beso que busco prolongar hasta los ultimos acordes

No dudó en corresponden su beso, estrechando aún más la esbelta cintura del menor mientras sentía sus suaves pétalos contra los labios. Beso suavemente el labio inferior antes de hacer igual con el superior, no fuera a sentirse celoso.

Acarició ligeramente sus labios con la lengua, pidiendo permiso para intensificar el beso.

Podía sentir su cálido aliento contra su piel, provocando que se le erizaran algunos cabellos de la nuca y sus dedos pasearan por al tela del saco ajeno, hacia arriba, acariciando las pequeñas arrugas hasta sentir las hebras rubias rosando sus yemas, enredando sus dedos en ellas, peinándolas, sintiéndolo un contacto casi tan íntimo como el mismo beso...

Veloces corrientes electricas recorrieron su cuerpo cuando entreabrio sus labios a la dulce caricia y un escalofrio extatico lo recorrio hasta las mismas puntas de los pies desde las raices de sus cabellos.

Estrecho el abrazo, ya no escuchaba la musica mas que como un eco lejano, porque la sangre pulsaba impetuosa y le ensordecia. ¿Pero que importaba?

Nada, solo dejarse llevar por aquella maravillosa sensacion. La luna en el cielo solo habia completado una parte de su ciclo y el sentia que podria pasar asi toda la noche, prisionero de sus instintos y del dulce calor que lo invadio cuando los muros de su pudor se resquebrajaban y su propia lengua busco a su compañera

Arrancaria expresiones de incredulidad entre quienes lo conocian por su atrevimiento. ¿Pero tambien que importaba?

Sintió que el aliento se le fue por un momento al sentir la lengua ajena rozar contra la suya, buscando compañera de un baile erótico que no tenía nada que ver con el que habían compartido sus cuerpos poco antes, pero que, en lo más bajo de sus instintos, deseaba.

A ese cardenal aventurero, lo volvería a su jaula, o lo aprisionaría en la suya para sentirlo revolotear, para hacerlo cantar para él, para alimentarlo cada día con más besos como ese, para que no deseara irse jamás, para que fuera sólo suyo...

De pronto, el espacio que parecían haber cerrado seguía pareciendo abismal, y hasta el más mínimo espacio era molesto, porque quería invadir cada rincón y le parecía increíble como un beso podía llevarlo a ese extremo del deseo. Un sólo beso... de esa persona.

Y es que si libera sus labios era sólo por falta de aire y para besarlos con suavidad pero un ligero desespero en su acelerada respiración.

"No una declaracion, ni una cita, ni un abrazo amoroso...hasta ahora...pensar en esta maravillosa sensacion me hace renegar del tiempo que ha transcurrido en soledad hasta que apareciste...o adorarlo si la intencion era prepararme para esta noche..."

Cuando su aliento o falta de el dejo de arderle en los pulmones entreabrio los ojos, de un vibrante azul celeste, las pupilas inmensas como si fueran a devorar el azul en el negro que representaba el verdadero color nocturno pues la luz, como la que iluminaba sus iris, le proporcionaba al cielo su tono claro

Estiro su cuerpo sirviendose de las puntas de sus pies para alcanzar sus parpados, deseando besar aquel profundo gris, el firmamento sin nubes chocando con el tormentoso

Pero otra luz le alcanzo antes, procendente de los focos y las lamparas del interior de la sala y ahogo una risa frustrada

"Es mejor si nos alejamos un poco a algun rincon antes de que a alguien mas se le ocurra que el aire fresco es una buena idea..."

Abrió los ojos para ver ese bonito rostro frente a él y una de sus manos acarició su cabello mientras regularizaba su respiración. La idea de ser el primero, la certeza de ser el único en haber probado esos dulces labios y haber presentado al menor lo que era realmente esa sensación...

Sonrió antes de asentir, volviendo la mirada a la fiesta que se llevaba a cabo dentro de aquel salón, pensando si debía o no arriesgarse a comentarlo, si se vería muy atrevido de hacerlo.

-Bueno... el hotel es bastante grande, podríamos... ir a otra parte.

Superada la primera barrera, que siempre se presenta como la mas dificil de sortear, su confianza habia aumentado y apenas titubeo aunque sus mejillas seguian levemente rosadas

"Es una buena idea...un lugar donde podamos estar verdaderamente solos..." una sonrisa amplia y luminosa surco sus labios

"No tengo por que estar avergonzado por querer estar con la persona que amo ¿tu lo estas?"

Se sonrió y rió suave por la cariñosa respuesta y la hermosa sonrisa reflejada en los labios del rubio que le parecía tan bonito.

-Para nada, aunque sería más cómodo su pudiéramos pasar el resto de la noche en una forma más... -"íntima" era la palabra que quería usar, pero parecía que siempre venía con una connotación que no sabía si el menor interpretaría de esa manera y, sí así fuera... sí la idea le agradaría o no.

Pero estaba adelantándose demasiado a las cosas en su cabeza. Lo mejor... era pensar en el aquí y el ahora.

-Lo que quiero decir es que... me gustaría pasar esta noche a solas contigo -susurró, acariciando suavemente su mejilla, viéndolo con total devoción, como si lo que estuviera frente a él fuera lo más hermoso y es que, para él al menos, lo era...

Un lugar donde pudieran estar verdaderamente solos... El amplio jardín, alguna habitación, o un lugar fuera del hotel. Cualquier sitio se le antojaba íntimo y cálido estando con Andrew.

-Pero quiero que sea en un sitio donde te sientas realmente cómodo así que... tú elige, ¿dónde quieres estar ahora mismo?

"Bueno, en una habitacion del hotel estariamos a solas...pero no se si estaria comodo..."

En realidad cualquier lugar era comodo para estar juntos pero queria que fuera un lugar especial, que pudiera recordar asociandolo con aquellos momentos compartidos, rodeado de detalles que le dieran confianza para expresar todo lo que ansiaba

"¿Puede ser...?" volvia la timidez porque ignoraba como seria interpretada su peticion, si lo consideraria un terrible desvergonzado "¿tu casa?..."

Notar es dulce timidez le recordaba que era básicamente la primera vez del rubio en una situación así y le hacía sentir deseos de cuidarlo mucho más, para que esa primera relación fuera lo que todos esperan que sea una relación, sobre todo la primera, donde se tienen tantas ilusiones, tantas expectativas... Esas mejillas que se teñían cada tanto de rosa le hacían desear ser todo eso.

Asintió suavemente con la cabeza antes de acercarse para besar su frente.

-Entonces... creo que sólo debo ir a despedirme de la cumpleañera.