Charcos

"I'm singin' in the rain, just singin' in the rain, what a glorious feeling and I'm happy again."

Su mp3 estaba a todo volumen, porque los autos que pasaban no la dejaban oír bien, porque levantaban el agua de los charcos que se habían formado con la lluvia y hacían mucho más ruido, pero le gustaba, eran casi la ambientación perfecta para lo que escuchaba y cantaba en su camino a casa después del trabajo en el restaurante.

Llevaba el impermeable azul de uno de sus amigos y pantalón de mezclilla al que se había cambiado antes de salir. Hoy no era un día adecuado para andar con el uniforme por las calles. El detalle es que el impermeable oscuro, con capucha, sumada a la gorra que había tomado prestada, al esconder su cabello, la hacía pasar por un chico, algo en parte bueno, así, pensaba, era más difícil que intentaran asaltarla.

Pero su voz de chica y sus actitudes de niña, como saltar en los charcos, difícilmente lograrían intimidar a alguien.

"I'm laughing at clouds, so dark, up above, the sun's in my heart and i'm ready for love."

Y, como era de esperarse, en uno de sus tantos saltos inocentes, concentrada más en el pavimiento, ni notó a la persona en el camino, sino hasta que saltó en el charco frente ambos, salpicando de agua sucia de lluvia a ambos, al menos en el pantalón. haciendo que abriera bien grande sus ojos claros y volteara hacía la persona con una ligera expreción de pánico.

"Ah... lo siento..."

Se quitó los audífonos rápidamente al ver una expreción de aparente molestía y su expresión fue de geniuno pánico y sorpresa cuando el otro hablo de "pagar con su vida", algo que definitivamente no se esperaba escuchar... nunca.

"Ah... yo... lo..." balbuceo hasta que lo vió reír, haciendo que abirera bien los ojos, volviendo a mostrar sorpresa, pero un tipo de sorpresa distinta, una que le hacía fruncir la nariz después, la reacción de alguien que se sabe, ahora, timado.

Hizo un pequeño puchero por el susto, pero tal vez se lo merecía.

"Lo siento" repitió, esta vez como si se tratara de una niñita regañada. "No quise mojarlo... "

Cerró los ojos cuando la gorra se movió porque el mayor la movía en una especie de caricia, desacomodándola de modo que casi quedó sobre sus ojos y tuvo que subirla de nuevo para mirar al más alto desde abajo.

"Bueno, nunca me ha pasado" se encogió de hombros y sonrió "usted no parece malo por el momento, sólo porque me engaño un momento, peeeero, eso pasa"

Lo miró bien, no iba vestido como alguien que tuviera que caminar a algún lado, y pocos, muy pocos, caminaban por gusto cuando las calles estaban así de mojadas, porque tarde o temprano, sus pantalones terminaban mojados también, al menos en la bastilla y... bueno, el tipo no parecía necesariamente de allí.

"¿Está perdido o algo?"

"Tsk, eso no es bueno. ¿Al menos ha encontrado algo divertido?"

Estuvo tentada, terriblemente tentada a invitarlo a saltar con ella en los charcos, pero dudaba que el hombre frente a ella fuera, de hecho, del tipo que gustara de ese tipo de actividades.

"Oh, sí, perdón por lo de perdido, es que habla como un amigo mío que es francés y tiene un acentito parecido, pensé que tal vez era turista o algo así." Sonrió encantadora antes de parecer apunto de darse media vuelta "Le hubiera dado un paseo por las zonas más divertidas de Londres"

"Oh, entonces viaja mucho, ¡qué divertido! Lo más que sé de otros países es por mis amigos, mis roomies son de lugares muy diferentes y todos tienen acentos muy divertidos, uno de ellos ni siquiera habla en inglés. Pero es entretenido."

Sonrió y le extendió una mano a modo de presentación.

"¡Perfecto entonces! Milliarde Barton a su servicio, le mostraré lugares muy interesantes que seguro le gustarán y ningún guía de turistas podrá mostrarle" comenzó diciendo con un tono de voz similar al que utilizaría un animador de fiestas o un conductor de televisión en concurso. "Hoy es su día de suerte~"

Sonrió y luego dio un sólo aplauso, a gusto.

"¡Ya está! ¡Empezamos el tour! Primero que nada, ¿ya comió? ¿O dejamos los lugares ricos para después? ¡Podemos hacer hambre para llegar sobre un delicioso bufete y los aún más ricos postres!"

Una parte de ella se había quedado en un personaje que había interpretado tiempo atrás, que era una entusiasta guía de turistas... o algo así, un personaje del que se había enamorado por su vivacidad, su alegría y su disposición y por el qué se había prometido entonces que cuando conociera un extranjero que no conociera, lo guiaría alegremente por Londres bajo la lluvia... o cómo fuera~.

"Primera parada, el parque, uno de los mejores lugares para desaburrirse, hacer ejercicio y perder esos kilitos de más con un sano trote, a menos de que la fuerza de voluntad sea poca y desee pararse en la heladería de la esquina que, por cierto, tiene los más ricos sabores, la nieve de fresa es su especialidad y mi favorita... pero ya llegaremos a eso después"

"¡Muy bien!"

Sin más, y con su aire alegre, tomó su mano para empezar a guiarlo por el lugar hasta el parque mientras, en el camino, hablaba entusiasmada de cómo se veían las gotitas de agua sobre el césped y bajo la luz del sol, por más leve que fuera, de los juegos para niños, que no eran muchos, pero le gustaban, de los columpios que seguro estarían empapados pero que igual debían intentar subirse.

"Las flores también son muy bonitas, sobretodo aquí y en Hampsted... que, hablando de Hampsted, si el parque le agrada, podría llevarlo después al Jardín detrás de SO, ¡están grande!"

Sonrió por el entusiasmo del mayor y, luego de un leve empujoncito de él para ella, se volteó para tomar sus manos y jalarlo a donde estaba, soltándolo sólo al estar cerca de una estructura de tubos que, mojada, se veía de los más insegura pero que, para ella, que eso de la seguridad poco le importaba, se veía terriblemente tentador.

Se metió al centro y subió por dentro hasta la parte más alta, sosteniéndose fuerte, haciendo algo de fuerza en los brazos para levantarse.

"Aquí es un buen lugar para hacer ejercicio... bueno, no están bueno, pero, es más divertido."

SE las arregló para sentarse en la cima y, con cuidado, se acomodó de modo que el pliegue tras sus rodillas quedara en el tubo y se echó para atrás, quedado sostenida, pero de cabeza, sintiendo pronto la sudadera tratar de bajarse, apresurándose para volverla al lugar donde debía estar, sonriendo.

"Cuando era niña, mis amigas y yo veníamos aquí todo el tiempo, esta parte se sentía más alta y ponernos así nos daba vértigo... un par de veces jugamos a ver quien aguantaba más de cabeza, hasta que una se mareo y tuvimos que ayudarla a salir entre todas y nuestros padres nos regañaron"

Hizo un puchero y se las arregló para sentarse de nuevo en la estructura.

"Los columpios son más divertidos"

Le sonrió, asintiendo con emoción porque definitivamente había sido divertido.

"¿Quiere intentarlo?" preguntó con una sonrisa, invitándolo a subir con ella. "A ver quién aguanta más"

"Awww, es que los niños se divierten más, yo extraño ser niña... ¿Listo? A la cuenta de tres, uno, dos, tres..."

Se echó para atrás de vuelta, riendo, sintiendo cómo esta vez era la gorra la que quería caérsele, apresurándose a volverla a su lugar, recordando que debía cuidar su celular también.

"Jajaja, siempre pasaba esto. Una vez, otra amiga, traía trenzas y pasó un gatito por aquí y se puso a jugar con ellas, ¡y ella era alérgica! Era muy gracioso, el gato se asustaba cuando ella estornudaba, pero no se iba porque cada que lo hacía volvía a ver como sus trenzas se movían..."

Se rió un poco, algo que le recordó, entre las otras cosas, que estar así y reír hacía que doliera el estómago también.

"Auuu...." se quejó bajito antes de reír un poco más y suspirar feliz... al menos tan feliz como uno podía estar sintiendo como se le iba la sangre a la cabeza.

"¿En serio?" su primera reacción fue emocionarse, aunque poco después, cuando su lógica volvió a ella, frunció ligeramente el ceño, incrédula "Espera... ¿cómo puedes tener un panda? Deberías vivir en una mansión o algo, y dices que no estás mucho tiempo en un lugar"

Se meció ligeramente, haciendo ademán de pensar...

"Sospechoso..."

Ella sólo podía pensar en los enormes pandas "normales", blancos con negro, que comían bambú. Eso de panda rojo no le daba mucha información, y... ya se estaba empezando a marear, sintiendo el rostro rojo, congestionado. Volver a sentarse siempre era, además de difícil, raro. Ok, declaraba al otro ganador, ella estaba ahora mareada.

"Ganaste" comentó sentándose "Woow tenía tanto sin hacer esto" admitió antes de mirarlo.

"Entonces, ¿vives por aquí? ¿Puedo conocer a tu mascota? Anda~ cuando terminemos el recorrido, nunca he visto un panda en persona"

Sonrió cuando Nadir no puso objeción y tomó su mano para llevarlo a otro de los juegos, soltándolo a un par de pasos del columpio, sentándose en uno de ellos.

"¡Veamos quién cae más lejos!"