Noche bohemia

Cerca de las 10 de la noche, en la habitación 107 un grupo relativamente amplio de cinco chicos y casi el mismo numero de muchachas celebraban en una habitación del hotel que en teoría era para albergar a 4 personas; aunque eso no les importaba a los actores cuyas edades oscilaban de los 16 a los 25 los cuales se repartieron en las camas y el suelo para beber en honor al estreno de su obra más reciente.

Las botellas de wisky, vodka y hasta cerveza rodaban por el piso, cada cual tomaba lo que le gustaba o intercalaban tragos a boca botella como lo harían los hermanos, a veces los actores de Soho son más unidos que las familias; Alessia estaba con ellos, aun vestida con la ropa de la obra como el resto, reía y bebía alegre del ambiente… pero en realidad se reía más porque a su parecer la obra fue un fracaso total, apenas y habían llenado las primeras 10 filas del teatro lo cual no prometía mucho para el resto de las presentaciones, pero para la mayoría de ellos, actores primerizos y nuevos, eso era una victoria rotunda; la rubia que había sido participe de puestas en escena en Italia que llenaban a tope el teatro pensaba en la ironía de las cosas, especialmente de su vida y su pasado, y reía más de si misma que de las bromas ajenas.

Se puso de pie a media narración incoherente de uno de sus compañeros sobre cómo se había llevado a la cama gratis a cierta meretriz; levantándose la falda del elegante vestido rojo sangre con holanes blancos hasta los muslos para poder brincar a los demás chicos que estaban tan ebrios como ella o ya bien dormidos; llegó a la puerta, se puso los zapatos altos del mismo tono de su vestido y medio acomodándose la rosa roja en flor que aún adornaba su ligeramente enmarañado cabello.

-¡Eah guapa, si aún no llego a la mejor parte! ¿A dónde te largas?-

-Quiero tomar aire- replicó alegre tomando el pomo de la puerta y dejando atrás el barullo de la habitación, no entendía porque no habían ido a correrlos aún.

Salió del hotel, caminando sin un rumbo fijo movida principalmente por su maldito capricho; si le venía en gana, no le importaba llegar a casa caminando; quería abandonar aquella nube de humo de cigarrillo, además estaba lo suficientemente ebria como para querer moverse, pero no tanto como para no tener coordinación, además la compañía de esos bohemios ya le había aburrido lo suficiente; a media calle que estaba vacía se puso a bailar sola girando y haciendo volar hermosamente la falda de su vestido entallado; cuando chocó con alguien notó que la calle no estaba tan vacía como imaginaba, se sostuvo de los hombros ajenos para recuperar el equilibrio y empezó a reír suavemente sin pedir disculpas salvo un suavecito “Ups”

¿Se puede?

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Manos de hombre, las podría reconocer donde fuera… aunque eran algo delicadas eso sí… como las de una dama, pero seguían siendo de hombre por el agarre suave pero con la firmeza de un buen brazo… le rodeo los hombros con los brazos al escuchar su voz… y si, efectivamente era la voz de un hombre, quizá demasiado suave, pero varonil pese a todo.

Deslizó sus manos hasta que quedó literalmente colgándose al cuello de aquel extraño, abrió sus ojos de gato lentamente mirándolo atenta y pestañeando con coquetería, más que nada por costumbre… un hombre apuesto, quizá con una barbilla demasiado fina…

-Mmmm… os agradezco noble caballero, que habéis impedido la desgracia mía esta noche, estoy magníficamente ahora que os encuentro…-

Susurró dulcemente con el mismo tono que usaba para la bella mujer a quien daba vida en el teatro con ese vestido escarlata… aunque la historia nada que ver con chocar con un transeúnte en plena noche en uno de los peores barrios del lugar…

-¿Puedo preguntar el nombre de mi caballero?- preguntó mirándolo con aparente anhelo, divertida al máximo por dentro.

Ojos brillantes, de un tono tan inusual que por un momento pensó que se encontraba frente a una aparición, pero no, la forma suave en que luego lo aferró alrededor del cuello le dio todas las pistas para descifrar que no era una alucinación suya, era una dama, una de verdad, que danzaba alegremente en la noche, cantando y girando sin problema alguno... ... no, relamente esa noche parecia que algo inusual hiba a sucederle.

Eh... - la observó tranquilo cuando le pestañeó coquetamente, notando la forma en que las pestañas parecian revolotear tras el movimiento de sus ojos, y aquel meloso tono de voz hubiera sido vastante convincente y derretidor para cualquiera, de no ser por que Gilbert había escuchado esas líneas en algún lugar, unos momentos después de pronunciadas, pudo reconocer la obra de las que procedían... y entonces sintió algo de miedo - un castigo por dejarlo en el sillón - pensó mientras las sostenía pues ella apoyaba su peso sobre el - ...Que importa mi apellido, si lo unico que vale es lo que un beso puede hacer para presentarme? - comenzó a murmurar sonriendo un poco - sabrá quien soy si deletreo vuestro nombre sobre sus labios?... - terminó diciendo mientras alzaba su mano para atrapar la de la joven peliverde con la suya y bajarla para que dejara de colgarse - ... conozco la obra... pero si en verdad quieres saber, mi nombre es Gilbert Leroy - Anunció mientras llevaba esa mano que habia tomado a sus labios besándola amable - Y yo me preguntaba... ¿puedo saber el nombre de la señorita?... que parece haberse perdido esta noche buscando un caballero? - miró alrededor asegurándose de que nadie, en absoluto nadie, estaba por ahi... ¿quien sería el responsable de esa chica?

No le sorprendió que supiera las líneas, y que se diera el momento como para jugar con ellas y usarla, un hombre que sabía de obras… no le impresionaba porque podía tratarse de algún actor, algún escritor, algún novelista, algún lo que fuera. ¡Estaban en Soho por dios! Ahí el que no respiraba arte no sobrevivía y punto…

Hábilmente se liberó de su abrazo tomándole de la mano y besándola con ceremoniosa tranquilidad, le dejó hacer mientras se apoyaba bien ahora si sobre los altos zapatos, deletreo el nombre en su mente… Gilbert… era un buen nombre para un varón.

-Alessia es el nombre caballero… Alessia… y si está buscando alguien a mis espaldas me temo que en este callejón de mala muerte, usted, yo y mi soledad somos los únicos de pie…- susurró dulcemente mientras definitivamente se soltaba de él dando un par de pasos hacia atrás para recuperar el equilibrio, eso sin perder la sutil belleza de un junco meciéndose al viento.

Vaya... no sería prudente el preguntarle por que la dama ha preferido la compañía de su sombra a la de algún hombre... muchos pensarían que no es digno de una señorita - la habia tenido cerca de el los segundos suficientes para percatarse de que no estaba precisamente sobria, y esos pasos delicados y danzarines que a simple vista eran los de una lozana chica a veces dejaban vislumbrar la obvia falta de equilibrio, aun por sus elocuentes palabras vaya que era buena actriz - pero no soy nadie para juzgarte... Señorita Alessia - bajo levemente la cabeza en gesto de saludo, claro sin quitarle demasiado tiempo la vista de encima, no siempre se encontraba uno con esa clase de apariciones, de alguna forma creía estar soñando y que la chica desaparecería de pronto, entonces estaría completamente seguro de haber perdido la corduda, pero ese tácto... había sido tan cálido.

La calle era de adoquines que hacian resonar cualquier pisada o cualquier sonido inusual por todo el callejón, por eso algúnos sonidos misteriosos, provenientes de otros callejones oscuros y risotadas graves no muy lejanas hicieron eco con claridad sobre los muros de los edificios cercanos.

Sin pensarlo mas ni esperar a que se alejase mucho, la siguió a pasos cortos dejando una distancia de lo mas prudente, suficiente para atraparla si tropezaba, o retroceder si lo amenazaba con gas pimienta. - Si no tiene inconveniente, ni usted ni su soledad... yo tambien estaba camino a casa a pasar la noche con la mia, ¿le importa si le acompaño por unos minutos? -

-Bueno… el caballero llegó tal y como estaba indicado… ¿O no?-

Parecía un buen mozo, parecía guapo… pero acostumbrada desconfiar de las brumas engañosas del alcohol, estaba bien dispuesta a dudarlo un poco más, hasta que pasaran justo bajo una lámpara y pudiera acercarse a centímetros de su cara… entonces decidiría que tan guapo era… la voz ayudaba aterciopelada y suave… y aunque era algo delgado, fuera de eso, tenia buen lejos y aceptable cerca.

Disfruto del sonido de sus pasos sobre las baldosas y también de los ajenos siguiéndola con prudencia…

-No voy a comerte…-

Se sentía llena.

-Si me acompañarás… entonces te pido a mi lado…-

Dijo sonriéndole dulcemente, casi seductora pero sin intención, mientras extendía su mano hacia el como pidiéndole que se acercase.

-Ven Gilbert… llévame…-

Podría ser... - suspiró alto cerrando los ojos un momento y sonriendo - el destino es caprichoso ¿sabes?... - metió las manos en los bolsillos observando su andar, el bamboleo de la falda ondeando como olas carmesí en el concreto, el cabello que lucía de un color tan inusual bajo la luz de las farolas, lacio y largo, que además se mecía dejando de vez en cuando al descubierto la piel de la nuca delicada de la joven.

¿Eh? - quito la vista de ese punto cuando le escuchó y se sintió avergonzado, seguía manteniendo la distancia con ella pero no era como si no le fuera a percibir cerca de el - vaya que alivio - dijo sonriendole un poco de lado sin dejar su expresion amable y contemplativa para la dama misteriosa.

Se detuvo cuando ella le sonrió mirando la mano que se extendía hacia el, abrio muy sutilmente los ojos ante el gesto, ¿era ella a caso un personaje salido de una de esas historias inesperadas?, de no ser asi facilmente podría ser la protagonista aparecida de aquella obra que conocía, una reencarnación, la mismísima dama de las rosas que buscaba el príncipe que la llevara lejos de su triste destino de soledad... salio a la luz de una farola para recibir aquella delicada extremidad, no creía ser ni lo mas cercano a un príncipe, pero por esa noche... - será un placer, mi lady, escoltarla a su palacio... - sacó una mano para tomar esa mano y jalarla para acercarla hacia el, poder asi atrapar su brazo con el suyo, manteniendola a su lado, se sintió mas tranquilo... - o a donde desee ir, solamente dime, si me permites el honor saber... ¿cual es su nombre?... - comenzó a caminar con ella buscando llevarla a algúna calle menos oscura que esa, por esa noche, podría ser su guardian.

-El destino… el destino… que cosa más extraña es…-

Canturreo un momento mientras seguía esperando, cuando el joven al fin decidió avanzar a ella y tomar su mano pudo verlo a la luz de las farolas, le gustó aquello que vio, un buen príncipe de teatro, cabellos oscuros y ojos imposibles… envidia, eran de un violeta brillante…

Se aferró a su brazo de un movimiento sutil mientras cerraba los ojos y suspiraba, porque le llegó el aroma de colonia de hombre y rescoldos quizás de café…

-A donde sea, esta bien mientras me lleves…- le miró de reojo y sonrió… -Alessia-

Ah vaya... a donde sea entonces... - eso no le dejaba muchas opciones... por la forma felíz en la que andaba quizas no quería, o no sabía como llegar a casa. Sonrió soltando el aire en una breve risa ahogada una vez la tuvo junto a el - me refería a completo... ¿no hay un apellido de noble casa acompañando tu nombre? - quería saber solo un poco mas sobre ella - no creerás que me conformo con facilidad aun que el nombre es bello... yo te di mi apellido, mas, antes de que contestes... - se detuvo en seco mientras hiban atravezando un callejón estrecho y de la nada la atrajo a si dando un par de pasos hacia atrás mientras una botella se estrellaba a pocos milimetros de donde se encontraban, una carcajada ridícula desde algúna ventana de un derrumbado lugar se ahogaba y hacía eco en el edificio. - si quieres no lo hagas pero... podrías decirme ¿por que estas calles?... - miraba hacia la ventana, luego bajó hasta ella y tomándola de la mano la hizo atravezár el callejón algo mas a prisa, procurando que no fuera a llevarla por lugares difíciles de cruzar con aquellos tacones altos, sabía que la pregunta era muy abierta, pero eso le daría oportunidad de que contestara lo que se animara a contestar.

Al poco pasaron a una calle mas amplia, limpia, iluminada completamente por farolas, adoquines blancos que reflejaban el dorado de estas sobre el rocío de la madrugada, la avenida daba una hermosa vuelta en U rodeando el rio y una sublime neblina marina cubria sus aguas en ese momento - muy bien, sigh, lejos de los proyectiles... le invitaría algo de tomar pero... - "yo creo que ya has tenido suficiente" - creo que no hay lugares abiertos... - la miró un momento a la luz para asegurarse que estuviera bien - ¿tienes frío?

-A donde sea claro… aunque si me dejas botada por ahí, no quedarás muy bien conmigo eh príncipe…-

Le miró desde su posición en la que se había aferrado al brazo ajeno como si fuera su novia y le abrazaba pegado su rostro al pecho ajeno… de lejos podrían parecer a todas luces una parejita andando de noche por las calles menos bellas de Inglaterra… ¡Cuanta gracia le hacía eso a Liz!

-Alessia Arcuri…-

Empezó a contestar, iba a levantar la mano para tomar el rostro ajeno pero fue atraída hacia el de pronto, forzándose a dar un par de pasos forzados, pero sin perder su magnifico equilibrio gracias a la costumbre y a que él la sostuvo contra su cuerpo… miró hacia arriba y se rió al ver lo que serian quizá las cabezas de algunos bohemios intoxicados por el alcohol.

-Me he escapado de uno de estos hoteles… es la única razón… sabía que te encontraría aquí… después de todo, tu también estabas en estos callejones…-

Dijo divertida mientras avanzaba más rápido siguiéndolo hasta salir del dichoso callejón, no tenia problemas con correr en tacones, vaya… que era capaz de hacerlo en calles empedradas y en inclinadas mortales… bendito sea el rudo entrenamiento en teatro para ser capaz de mantener el equilibrio incluso en el aire…

Salieron a un lugar mucho más decente, por bastante… el vientecillo frío le despeinó, y ella se acomodó los mechoncillos volátiles de cabello limón detrás de su oreja mientras le dedicaba al castaño príncipe improvisado una mirada entre cautivadora y somnolienta.

-No apetezco nada… aunque si… algo de frío si tengo, pero me gusta… a ti no?...- seguía pegada a su brazo como si fuera su chica… ¿porqué? Por mero gusto.

Ah es bueno eso - comenzò a decir, revisando con la vista que efectivamente ya no habìa nada abierto o que no estuviera por cerrar a esa hora, habia permitido que la chica se apeara de su brazo sin darle mayor importancia lo atrubuìa a que estuviera buscando apoyo mientras caminaba para no trastabillar. Pero ahora que caminaban con mas calma, notò la cercanìa y la imagen que ambos podìan representar si alguien los viera, mas que nada por la lozanìa de la joven al caminar, con la elegancia casi bailarina de una chica alegre, sin contar la sonrisa y la mirada que, en un momento lo tomò con la guardia algo baja.

Retrocedio levemente mirandola, no se habia puesto a pensar que la damisela en apuros le miraba de cierta forma, tenìa un cierto aire encantador que podìa desarmar a un hombre sin problemas, de un momento a otro le volviò a dar mas importancia al panorama para no caer en mirarla a los ojos demasiado tiempo, no querìa incomodarla. - No sabrìa tampoco si es buena idea o no darte algo de comer justo ahora, es ya muy noche, no es correcto cenar tan tarde... - le inventò.

Le sonriò a pesar de que miraba hacia enfrente, y brevemente le buscò el rostro para que ella lo notara - El frio es agradable... admito que yo tambien lo prefiero a los dìas calurosos... pero - alargò un brazo para rodearla de improviso atrayendola un poquito hacia el y frotando suave su brazo - si siente demasiado frio señorita no dude en avisarme... aun no la siento fria - agregò antes de dejar de tocar la piel de la señorita y colocando su mano en el hombro - Asi que... Arcuri... vaya que el nombre se me hace conocido... - susurrò mas bien, subiendo una mano hasta su barbilla para apretarla entre sus dedos, estaba pensativo por que no mentìa... estaba seguro que en algùnos minutos se acordarìa. -

-Oh, no, no, no… nunca cenar tan tarde… es malo para el cuerpo…-

Aunque por cuerpo claramente se refería a la línea, y aunque fuera una mujer segura de si misma de palmo a palmo, tenía sus ligeras manías, como toda actriz, que procuraba cumplir al pie de la letra… si no cenaba algo ligero y nutritivo, se limitaba a no cenar del todo… a menos claro que fuese una ocasión especial, el estreno de una obra maravillosa, o una cena costosa en un restaurante.

Entre las brumas de su ligera modorra producto del alcohol y los giros notó al fin que el chico evadía caballerosamente sus miradas y sus atenciones; por peculiar que resultase ese príncipe estaba comportándose como uno a toda regla, no estaba tratando de tocarla, ni estaba botándola a un lado… sonrió en esta ocasión mucho más sinceramente… ahora caía, ese muchacho era una buena persona… era una completa pena, por él.

-Ohh-

Musitó con delicadeza, su voz suave y dulce acariciando el viento cuando fue atraída por él de esa forma… bien, así le gustaba un poco más… improvisado y creando contacto…

-Te avisaré Gilbert…- Admiró por unos instantes el gesto dubitativo del castaño mientras seguían caminando lentamente-¿Serás acaso de Soho? Es la única forma en que mi nombre te suene…- irrumpió suavemente mientras entrecerraba los ojos y miraba el camino.

Estaba relfexionando sobre las posibles razónes de por que ese nombre le era familiar, y dado al contexto de su vida últimamente, era bastante lógico que lo mas obvio fuera el mundo del espectáculo. Incluso Arcuri era un apellido bello y fácil de recordar, tanto que podría ser un nombre artístico o una agradable y explotable coincidencia, pero fueron las palabras de Alessia las que le tomaron la adelantera para empezar a deducir su procendecia.

- ¿Um?... ¿debería ser ese un factor importante para que me sonaras conocida?... pues, de hecho madam, vivo en Soho desde hace unos años, cuando vine aquí a estudiar y empezar con mi actual vida y carrera... lo que me sorprende fue tu poder deductivo, supongo que o eres de aquí o viajas constantemente hasta aquí para que el nombre sea conocido por mas de una persona, lo que me dices, es que Soho entero podría conocerte cierto? - lo dijo todo con un tono amable y cordial pero con una nota divertida que no se preocupó en ocultar, la chica a cada palabra que decía era simplemente misteriosa - es una pena que mi nombre no tenga el mismo efecto en tí, ni siquiera conocido sueno - sonrió un poco mas, a su amigo eso le hubiera roto el corazón, pero para él el anonimato era oro - lo que me lleva a la conclusión de que tu no eres de Soho... dígame lo he hecho bien?, o debo volver a la escuela Holmes?

Miraba alrededor, notando si veía sombras extrañas, era muy agradable esa voz adormilada y suave de la joven, básicamente sensual, aun cuando quizas fuera un talento natural bajo la influencia del alcohol, por eso a veces prefería no mirarla demasiado a ella y estar bien atento a cualquier indicio de asalto, pero eso mismo le permitió detenerse un momento al notar algo entre la bruma de la noche, por el rio unas luces como fantasmales iban acercándose, un barco nocturno que sigiloso como una sombra lo recorría venido de quiensabe donde.

-Jajajaja al menos la parte de Soho que vale la pena…- hablaba claro de los artistas de bajo mundo, bohemios y talentosos miserables que vivían en los teatros técnicamente, cuya vida era el arte, el arte puro de las calles, de los vestidores, de tras bambalinas muchas veces, pero el arte en si mismo; aunque bueno, también la conocían muchos ricos a fuerza de uso, es decir… de que ella los usara, claro; era joven, talentosa, hermosa y por sobre todo, una reina desdeñosa… muchos querían sus favores.

-No soy de Soho mi querido Watson, pero técnicamente me la vivo en estas calles, en estos teatros… en estas andanzas… así que tu deducción es buena… muy buena…- lo jaló para dejarle un sonoro beso en la mejilla, marcándolo un poco con su carmín –Tu premio-

Se detuvo a mirar lo que él miraba, pero sin hacerlo… muchas veces pasaba inadvertidos los detalles que a otros les eran evidentes, porque su interés solía ser reducido, al momento o a lo que buscaba en el momento.

-¿Qué miras?-

Vaya... entonces no soy tan malo con... - se interrumpió con el besillo en la mejilla, ya después de eso no tuvo ningún argumento para dudar... bueno, nada. Sentía el carmín de su mejilla pero solo atinó a sonreír entre apenado y un poco incómodo, no le disgustaba, al contrario, ser besado por una preciosa dama, pero no se sentía del todo bien que lo recibiera si esta estaba algo... digamos pasadita, no sabía que tanto debía estar tomada una chica como ella para acercarse a darle un beso. Ese era un pensamiento algo tonto que pasaba por su mente, inseguro por así decirlo, pero es que tampoco quería que ella pensara que él podría intentar "aprovecharse" de ella...

Bueno fue que esos pensamientos no se cristalizaron demasiado, ya que ver esas luces en la neblina lo hicieron distraerse y llamaron su atención, cuando ella le preguntó qué veía el se acercó un poco mas a la orilla del barandal que daba al río - no lo se... parece muy tarde para que un barco de pasajeros vaya navegando por Soho... - murmuró, y sabía que era de pasajeros debido a que desde las nebulosas sombras grises se escuchaba música y voces, miró a la chica de reojo - ¿no lo consideras extraño?... o... quizas tu has visto cosas aún mas fuera de lo común - le dijo mientras sonreía un poco, parecía tranquila, como si nada, pero tenía un brillo interesante en los ojos, le quitó un pequeño mechoncito desordenado que le caía por la frente, un interesante tono de cabello sin duda. - tu rostro se me hace familiar también... - unas risotadas venidas del barco le llamaron la atención - parece que van a detenerse cerca...

Seguía mirando ahí a lo que fuera que llamase la atención del castaño, caminó hacia el barandal sosteniéndose de el y forzándose en mirar, en distinguir algo… no creía necesitar lente, pero era una noche oscura… sólo cuando el hablo notó el barco que navegaba tranquilamente, coincidió al pensar que no era una hora adecuada para eso… de hecho llegó a pensar que si bien ella estaba tomada, seguramente el castaño también lo estaría por mirar semejante aparición tan incoherente.

-Es extraño…- susurró mirándole a su vez –Quizás un barco fantasma, he escuchado de muchos que han visto apariciones así…- susurró esta vez esbozando una sonrisa breve y encantadora mientras se aferraba aun más a él, dejó que le acomodara el cabello incluso trató de inclinar su rostro hacia la mano del chico… -Es porque soy actriz…- miró nuevamente hacia el barco.

-No quiero verlo, si bajan aquí… quizás son espíritus sin paz… no quiero verlo… vayámonos!...- comentaba entre risas mientras jugaba a tirar de él sin fuerza, no creía en cosas así como fantasmas o similares.

Sonrió con el actuar de la chica... no le parecía una muchachita asustadiza... si lo fuera no se habría ido a colgar de el cuando apenas habia chocado en contra suya, ni habría aceptado ser llevada por ahí del brazo de un desconocido... era temeraria, quizas por la bebida, quizas no, pero por ahora ella estaría bajo su cuidado, al menos por esa noche, además, era agradable estar cerca de una chica bonita, quizas le parecía bonita por que la imagen de ella le era familiar de alguna forma, y eso en su subconciente le bajaba la guardia.

- Es muy tarde - dijo moviendose apenas en un vaivén, de ser medio jalado de las ropas - ... al parecer la noche ya termina y yo, debo volver con los mios... creo que han venido por mi - dijo con una voz lenta y que al final tenía un tono fantasmal mientras alzaba la mano hacia el barco, como añorando tocarlo, guardando solo una minúscula sonrisa como reaccion a las risas de la chica, obviamente el jugaba tanto como la chica actuaba convincentemente, excepto por las risas.

Luego volteó a verla como si recordara que estaba allá - o no... bien, creo que esperan que les lleve un presente... - dijo y sin mas, sin saber bien que lo impulsó a hacerlo la tomó en brazos, mano en hombro, mano tras las rodillas, cargándola y haciendo que el vestido rojo ondulara al viento como una flor carmesí - un sacrificio de una frágil doncella virgen - dijo sonriéndose y acercándose al barandál del barco con paso lento.

Un triste destino para una linda joven perdida en la noche - recitó con voz suavemente cantarina, una voz suave con un tono vibrante en la que se entreveía su estudio musical.

El chico tenía que ser actor, decía las cosas tan bien entonadas que Liz sintió correr por su cuello la sensación escalofriante que sienten los niños cuando les están contando un buen cuento de terror frente a la chimenea, agradable sensación de escalofríos… de sentir un poquitito de miedo, cuando sabes que estas completamente a salvo.

-Nooooo pero qué dices!! Jajaa no Gilbert… venga marchémonos!...- se quejaba de lo más divertida mientras trataba de realmente sonar asustada, sin lograrlo del todo, no porque no pudiera hacerlo, si no porque en serio se estaba divirtiendo de lo lindo y era difícil ocultarlo al oído experto.

-¿Ehh?-

Aquello le tomó por sorpresa completamente, el grito que escapo de sus labios, delicadamente agudo como el de toda chica joven inundó el ambiente de la noche mientras ella se sujetaba por impulso al cuello de su príncipe para no caer, el vuelo de la falda poco le importaba, gustaba de dejar a la vista por algunos segundos, generosas porciones de sus torneadas piernas… se aferró al cuello del muchacho, ocultando su rostro con su risa brillante contra su camisa mientras se mareaba un poco por el movimiento, encontrándolo todo sumamente encantador.

-Noo! Has dicho que me cuidarías…. Eres mi caballero! No puedes entregarme a ellos… quiero quedarme contigo!!- decía haciendo una entonación perfecta, la queja tierna de una doncella enamorada sin creer que será traicionada… lo único que no iba con la escena era su risa que trataba de perderse en el cuello de Gilbert, amplia y larga… como de gato complacido… aquel chico era genial, tan genial que sin duda era de Soho, le tomó el rostro entre las manos y le plantó un beso en la mejilla, muy cerca de la comisura de los labios.