¿Dirección equivocada?

Se quedó en la tina encantado por el aroma y hasta dormitando un poco, justo cuando empezaba a resbalar por la orilla de la misma escuchó la voz ajena cerca, abrió los ojos y se hundió en el agua para sacar la cabeza un par de segundos después goteando el cabello por el agua y mirando al muchacho casi con suplica; en lo personal aún no estaba seguro del todo de querer salir de la tina o terminar con la tercera parte de aquel servicio.

-Relajado- susurró mientras le miraba con la toalla seca en las manos, el agua estaba realmente rica –¿El tercer paso es del todo necesario?- preguntó suavemente esbozando una sonrisa y estirando la mano para tomar la toalla.

Notó como salía de entre el agua dejando ver la húmeda de sus cabellos, dio un paso hacía atrás cuando le paso la toalla para que tuviera espació para salir escuchando sus palabras. -Si, con eso terminara de sentirse relajado, además de que ese paso es necesario para relajar sus nervios, ahora hemos terminando con el cuerpo.-, Le comento ya que englobaba el masaje y el baño.

-No debe preocuparse, todos los pasos hechos son los marcados por la pauta del contrato.-, Le menciono para brindarle confianza y dejarle en la tranquilidad que podía generar la duda de no saber de que se trataba ese ultimo paso.

-Ahhhh…-

Aceptó mientras salía de la tina y se arreglaba para envolverse en la toalla encantado de la sensación de las gotas de agua que se escurrían de su cabello, estaba tan tranquilo que no sentía pena ya de que el muchacho le viese de cierta forma, en situaciones que no eran del todo usuales, en toalla o mojado entraban en esa clasificación, pero ahora no le causaba tanto conflicto, culpa quizá del baño y el masaje.

-Está bien, confío en ti-

Aceptó al fin mientras buscaba otra toalla pequeña para secarse un poco el cabello dispuesto a seguir las indicaciones del jovencito, después de todo y pese a sus primeras dudas eso no había ido nada mal hasta el momento.

Se le escapo una sonrisa pues se sintió feliz en que le permitía continuar, eso significaba que lo estaba haciendo bien y le alegraba ello, permitió que se secara el cabello, le invito a volver de nuevo a la habitación donde todo inicio, aquella "camilla" que había usado ya no estaba ahora se encontraba doblada y nuevamente guardas, se había encargado de dejar todo limpio para prepara lo que seguía el ultimo paso.

Dos veladoras se encontraba en aquella habitación, una blanca y otra ligeramente amarilla más en un color crema, descansaba en cada lado de la cama, le invito a recostarse. -Cierre sus ojos por favor.-, Le indico antes de acercarse también a la cama, se sentó a orilla de esta dejando algo en el buró. -Por favor sólo escuche y no habrá los ojos.-, Le indico como para evitar que hiciera trampa, encendió una pequeña grabadora, mejor dicho reproductor dejando escuchar de pronto el sonido de la marea.

Al salir a la habitación, lo que antes hubiera usado ya no estaba, se había encargado de arreglar todo nuevamente de forma rápida, ni siquiera había escuchado un solo ruido cuando estuvo en la bañera, pero bueno… bien podría ser más que nada porque estaba disfrutando tanto aquello que ignoro en automático lo que le rodeaba, no podría asegurarlo del todo.

Sonrió al ver las veladoras y obedeció al punto recostándose en la cama y cerrando los ojos, si eso iba tan relajado como esperaba terminaría completamente dormido sin la menor duda… encontrón la cama mucho más cómoda que de costumbre, pero eso podía ser quizá porque los nudos de su espalda ya no estaban… el chico era bueno, quizá consideraría pedirle al duque sus datos, los del lugar…

El sonido de las olas era encantador, sus dedos se deslizaron suavemente en las cobijas mientras inclinaba el rostro a un lado de la cama.

Saber que lo había hecho bien le dio más confianza para continuar de aquella forma, espero unos segundos antes de hablar como si de un susurro se tratara, era como si no hablara con él y en teoría lo hacía, pero era más bien que hablaba con su subconsciente, pero había tenido que esperar un poco porque debía de permitirle sumergirse lentamente a aquel ambiente.

Ahora lo guiaba por aquel mar para que el sonido pudiera relajarlo mucho más, le estaba dando un espació para que dejara fluir todo aquello que lo presionaba hacia afuera para que con la veladora blanca se fuera todo aquellos males y ahora estuviera mucho mas tranquilo era como si hubieran hecho un viaje y el fuera la guia.

Se dejó llevar, algo que en todos sus sentidos, e incluso en la mitad de ellos no permitía con facilidad, a nadie… pero hay momentos para todo, y ese parecía ser un buen momento para intentar eso nuevo de forma completa, así que se dejo guiar, ¿Cómo le llamaban a eso? ¿Fantasía guiada o algo así? No alcanzaba a recordarlo y trataba de no enfrascarse demasiado en pensamientos o sabía que todo aquello se iría al diablo.

Era un proceso realmente relajante, muy completo; cayo en un estado de sopor tan cómodo, suave y agradable que el único asidero al momento presente era la voz del joven.

Escuchaba la suave respiración, volvió su vista a él notando que se estaba relajando perfectamente eso era bueno, le permitió seguir escuchando para que terminara su recorrido o mejor dicho iniciar porque parecía que terminaría dormido lo cual en parte era bueno porque significaba que se le había quitado toda la tensión, en parte no porque... Bueno en ese segundo no encontraba una excusa, pero tal vez una de ella seria bueno para no sentirse de todo perdido en aquel paseo que le daba.

Apoyo su mano en la cama para estar mucho más cómodos así que le siguió mientras pensaba que era lo que pasaría, decidió ignorar cualquier comentario ya que si lo hacia seguro terminaba mareado de nuevo se sentía tan bien.

No pensaba en nada, perdido a medias en una tranquilidad nada usual en él se limitaba a los sentidos, lo básico, la música que percibía, las sensaciones de calor en su rostro o piel a causa de las cobijas, los aromas de las velas… y también reaccionaba suavemente a los reflejos táctiles… en este caso a todo movimiento en la tensión de la cama.

Dormitaba con el pensamiento en las nubes, o en algún principio de ensueño, entonces sintió el peso extra en una parte de la cama, por instinto su mano se deslizo hasta aquello que se apoyaba cerca de ella, se cerró sobre el brazo ajeno lenta y suavemente; mientras guiada completamente por instinto lo haló un poco tumbándolo a su lado en la cama; así el peso de nuevo estaba distribuido de forma uniforme… otro instinto dominó, el rodearle con los brazos como solía hacerlo con sus almohadas cuando dormía…

Lentamente fue apagando su voz conforme veía que al parecer el ajeno se sumergía en un segundo sueño, iba a levantarse pero no pudo hacerlo porque alguien lo detuvo volteo a ver notando que estaba aferrándose a su brazo. -...-, Iba a decirle algo, pero eso no le ayudaría así que trató de abrir el brazo ajeno ayudándose de su mano libre antes de caer de golpe.

-Señor Telesca...-, Dijo bajo para que se moviera aunque eso fue peor idea porque ahora lo abrazaba, sentía que ahora tenia un koala sobre él, cerro los ojos pensando en como huir, se mordió el labio a tener ese peso extra y no hallar salida más que despertarlo, pero eso sería un golpe para el otro, escuchó a su hermano que le decía que lo golpeara lo cual estaba peor su ideas.

Los instintos se borraron de golpe cuando su cerebro medio dormido recibió aquel sonido y lo interpretó como su nombre en la voz de otra persona, alguien que apenas había entrado a su casa ese mismo día… un muchachito… eso lo despertó de golpe regresando de las nublosas ensoñaciones, un solo azote seco en el pecho seguido de escalofríos… Pero que estupidez estaba haciendo… se reprochó con violencia mientras soltaba al chico como si el tacto lo quemara y se levantaba de la cama al punto.

-Disculpa, empecé a dormirme, demasiada relajación para mí…-

Musitó firmemente, con un tono de voz más bien duro sin perder el aire de amabilidad con la que trataba a todos los que no conocía; con ese comentario hizo de cuenta que no era consciente de lo que había pasado esos segundos, tan eficientemente que un par de horas después lo olvidaría del todo.

Sintió que el otro se levanto de golpe, era difícil no sentirlo cuando casi lo tiró por ese acto rápido apenas logro sostenerse de aquella cabecera para evitar la caída, aunque medio cuerpo casi estaba en el suelo pero por suerte no termino de caer en un impacto sólo se fue soltando de poco cuando pudo atraer su pie para sostenerse mientras el otro se movía para apoyarse de todo al suelo.

-...No se preocupe...-, Dijo tras un segundo donde recupero su corazón que iba a huir por el susto de una posible caída, mirándolo cuando ya estuvo de pie. -...Es momento que me vaya...-, Dijo para acercase a sus cosas y poner en orden todo. -Me alegro que se encuentre relajado fue un placer... Atenderlo.-, Dijo pues no era como si fuera a salir corriendo por la puerta había personas que tenia mañas raras a dormir.

-Si gracias-

Cerrado completamente a pensamientos se limitó a asentir mientras rebuscaba en su armario y se echaba encima un albornoz de color azul marino para poder desprenderse al fin de la toalla y sentirse mucho más vestido que antes, no conocía el protocolo de aquel servicio pero se ocupó de guardar en uno de los sobres que siempre tenía en sus escritorios una cantidad de dinero que si bien no era cuantiosa, era al menos razonable a su parecer.

Le acompaño a la puerta una vez que todo estuvo listo, agradeciéndole de nuevo de forma amable para despedirlo, al momento le tendió el sobre dejándolo en su mano acompañado de una sonrisa breve pero amable, sabía que estaba pagado pero su orgullo no le permitía aceptar algo sin dar una retribución de modo que impidió que se negase a aceptarlo; una vez que lo despidió cerró la puerta suavemente para dar por terminado aquello, tomaría una ducha nuevamente a ver si así volvía a relajarse, o se pondría a trabajar, seguro sería más sencillo hacerlo sin aquellos viejos nudos en los hombros.

-De nada.-, Declaro terminando de ordenar teniendo ya todo en la maleta pasando a cargarla antes de encaminarse hacia la salida, se vio detenido por el mayor que le entregaba aquel sobre al cual se negó porque ya estaba pagado todo, pero debido al argumento de este no concluyo de esa manera todo así que no le quedo más que quedárselo despidiéndose tras verse la puerta cerrar ahora era tiempo del volver.