Rezando

Ella no era una mujer religiosa, ni siquiera se consideraba alguien que pudiera creer en esas cosas inmateriales del alama o del karma, pero conocía el poder de la imagen religiosa y lo que colaborar en un evento para instituciones como orfanatos podía hacer a la imagen de una empresa, por decidió que ella misma daría un vistazo al lugar y, como el regalo de su empresa a la iglesia y al orfanato, quizás donara algunas cosas para que pudieran tener el lugar más decente a la hora del evento.

Así que allí estaba, con sus botas altas negras con tacón alto y de aguja, una falda negra hasta las rodillas algo suelta y una blusa blanca de la que había dejado a propósito abierto el primer botón, con manga tres cuartos y su saco en su brazo, mirando la iglesia, haciendo notas mentales de las cosas que podía donar, que iban desde bancas hasta equipo de sonido y pantallas, pero faltaba ver que tan conservadores resultaban ser los sacerdotes y monjas de aquella iglesia.

Para su suerte, parecía que de hecho había por allí una monja a la que reconocía por el hábito, o como fuera que le llamaran a su ropa. ¿Sería demasiado rudo interrumpirla? ¿si quiera era interrumpir cuando para ella lo que la monja hacía era, bueno, básicamente nada?

Suspiró suavemente, apenas sonoro, y decidió limitarse a sentarse en la misma banca que ella, suficientemente lejos como para invadir espacio personal, suficientemente cerca para que no pudiera ignorarla.

Las monjas se tomaban, al parecer, siempre su tiempo para esas cosas.

Cuando al fin pareció que la monja de la que no había adivinado del todo la edad por el ángulo en que la veía y las ropas había terminado, pudo notar, al tenerla dándole el frente, que era más bien joven, como de su edad, se atrevía a pensar... Y dudaba que hubiera tenido la mitad de la diversión que ella tuvo en la escuela elemental, pero ese no era su asunto.

Se descruzó de piernas y se puso de pie.

"Buenos días."

Extendió su mano como un saludo, su voz en volumen normal, porque si no habían nadie más que ellas dos, no veía razones para susurrar ni mucho menos. Era incómodo y sin sentido.

"Soy Zina Faber, supe que pronto celebrarían el aniversario de esta iglesia y el orfanato Paraíso Azul, y mi empresa está interesada en hacer una donación como regalo, ¿podría decirme con quién puedo hablar para discutir esto?"

Reprimió el impuso a alzar una ceja... eso de que las dos personas de más autoridad se ausentaran y no dejaran a alguien que pudiera hacer ese trabajo mientras no estaban. Bueno, qué podía esperar, no era una empresa per se, era una institución religiosa, suponía que las cosas se manejarían diferentes. Pero podía ser educada y mostrar una cordial sonrisa al asentir.

"Si no es aprovecharme de su amabilidad, me encantaría"

Hubiera dicho de su tiempo... pero no creía que eso fuera un problema. No era fanática de las iglesias, pero tampoco era algo que debiera hacer notorio.

"¿Hay algún área que le parezca que requiere especial atención?"

“Supongo que se refiere al orfanato en sí, ¿o a alguna área en específico del orfanato?”

La seguía y conversaba mientras miraba a su al rededor, evuluando las cosas cosas que notaba, qué tenían, qué no, qué podía servir... quizás dar algo para el orfanato sería mejor. Quizás no todos eran partidarios de la religión pero a la mayoría les gustaban los niños... o algo así.

“¿Qué tal el área de juegos? ¿Considera que está bien adecuada para ellos? ¿Hasta que edades reciben a niños aquí, por cierto?”

"Ya veo, supongo que tienen algunas opciones de trabajo para ellos, como si se tratara de una especie de servicio social, pero con alguna paga" que sería lo más efectivo y, en cuyo caso, le funcionaría a ella para quedar bien con aquellos que ofrecieran un lugar a los chicos que estaban allí. "Creo que hay puestos en mi empresa que podría ofrecer como vacantes, en caso de que tengan chicos de esa edad. Cosas realmente simples que no requieren de mucho conocimiento, o si acaso una capacitación de una semana y la paga tampoco sería del todo mala"

La seguía con calma, tratando de no perder detalle de su alrededor.

"¿Cómo ve la posibilidad de crear un espacio especial para los chicos más grandes? digamos, adolescentes y jóvenes, con un ambiente que vaya más a sus necesidades"

"Si usted pudiera ser la encargada del proyecto, ¿cuántos jóvenes considera que podrían manejar? Dejando del lado el espacio, pensando en el personal..." se detuvo para considerar números, para hacer algunas estimaciones. Si hacían eso iban a necesitar un nuevo espacio.

"No, mejor lo hablo con los encargados, van a necesitar nuevos espacios, otro tipo de personal..."

Miró a su al rededor, creía tener una muy buena idea de lo que necesitaban ahora.

"Creo que recibirán una visita de algunos de mis empleados pronto. ¿Hay algo que le gustaría decirme, en general?"

"Bueno... en ese caso creo que no hay mucho que pueda hacerse..."

Miró su reloj, tampoco pretendía esperarlo más, aunque tampoco es que estuviera ansiosa de ir a su oficina.

"¿Le gustaría ir a almorzar aquí cerca?"

"Descuide, no es necesariamente su trabajo"

No reaccionó mucho con la pequeña reverencia, ni para bien ni para mal, estaba medio a costumbrada a ese tipo de cosas con sus empleados, los nuevos, generalmente, los que creían que eso les ayudaría a obtener un ascenso.

La invitación... se la pensó. No estaba segura de que tuvieran algo que pudiera complacer su necesidades.... más que nada porque era vegetariana y dudaba que de eso hubiera mucho allí, además de lo quisquillosa que podía ser con la comida que no sabía de donde venía.

"¿Qué le parece si llamo a un amigo para que me consiga algunos ingredientes y les preparo algo? Sólo necesitaría saber para cuántas personas cocinaría"

Sabía que era una cosa inusual que una empresaria les propusiera cocinar ella misma pero era matar dos pájaros de un tiro. Comería algo agradable para ella y beneficiaría su imagen de cierta forma.

"Dieciséis... ¿contando a los niños y al personal?"

Quizás de verdad debía considerar hacer una ampliación al espacio, aunque quizás sólo era cosa de que los niños menores comían otras cosas y eran de los que más habían.

"Espero que no les moleste una comida vegetariana, descuide, me encargaré de que tenga las proteínas necesarias"

Sacó su celular para buscar un número al que llamar.

"¿A qué hora tienen normalmente su comida?"

"Entonces hay tiempo... si me permite un segundo"

Se llevó el móvil a la oreja y se alejó un par de pasos para dar algunas indicaciones para a la persona al otro lado del teléfono, porque quería ciertos ingredientes que estaba segura que no tendrían en ese lugar.

Colgó y volvió al lado de la... ¿monja? Lo que fuera.

"Todo listo, me traerán un encargo en unos minutos.. ¿Me muestra la cocina?"

Inspeccionó con la vista la cocina, a simple vista podía pasar su evaluación sobre limpieza, por ese momento y por falta de tiempo, mejor sólo supondría que también pasaría el examen exhaustivo, pero quizás ya se encargaría de eso luego.

"¿Podrías mostrarme donde están las cosas? Uno de mis asistentes vendrá pronto con los ingredientes, pero podemos ir empezando a arreglar"

Cuando había cosas que hacer, al menos de las que a ella le importaban y quería hacer, no era posible que Zina estuviera mucho tiempo quieta o sin hacerlo, podía ser altamente eficiente y, además, disfrutaba de cocinar, aunque no muchos la imaginaran así.

"¿Usualmente ayudas en la cocina?"

"Supongo que es normal, aunque tener un cocinero asignado y un asistente es lo mejor"

Tener empleados con tareas bien asignadas era algo que para Zina se traducía en eficiencia, cada quien sabe qué debe hacer y cómo lo hace, el caso es que al final quede todo bien hecho.

Revisó los sartenes y, aunque no tenían la variedad que ella, pensó que con eso podía trabajar. Tomó una de las caserolas y la lleno hasta la mitad de agua una pasta estaría bien para empezar, espagueti al pesto. Quizás algo más para acompañar. Crepas saladas con espinacas, champiñones, quizás con queso de soya... Algo fácil de digerir y libre de toxinas.

"¿Suelen tener algún menú asignado al día de la semana?"

Le causaba curiosidad como trabajaban esos sitios. Lo que iba a preparar era quizás algo caro, pero estaba bien que comieran algo así de vez en cuando. O algo.