20 años en el infierno...

Estúpido Kaled, y estúpido el perro que había salvado de ahogarse en el río, a estas alturas habría sido mejor no haber parado para darle una mano… después de esa tarde la bola pulgosa le siguió hasta a casa sin que ella pudiera hacer nada por evitarlo, sencillamente lo hizo sin más y se había instalado a las afueras de su departamento a chillar lastimeramente durante toda la noche, hasta que harta del ruido la rubia abrió la puerta al fin, lo tomo del cuello con dos dedos y le lanzó dentro de su baño para que durmiese ahí… de eso ya un par de días… y para Liz eran como 20 años en el infierno… chillidos lastimeros, rasguños contra la puerta, olor a perro por todos lados; de verdad deseaba toparse con el rubio de nuevo y enterrarle su tacón en el cuello.

¡Y como si aquella tortura inmerecida no fuera suficiente, tuvo que ir a la escuela para entregar un trabajo a una compañera ya la dichosa compañera le había hecho esperar una hora completa!... no era su día, definitivamente no era su día.

Las clases habían terminado y ella se encontraba en una de las bancas de concreto de los jardines, aquellas que tenían integrada una mesa pequeña también de concreto en la que habían pintado un tablero de ajedrez, el lugar predilecto para la bola de freaks nerds que gustaban de aquello en sus tiempos libres.; estaba recostada entre sus brazos como si dormitase sobre la mesa sin ganas de volver a casa con ese animal invadiendo su sacrosanto espacio… necesitaba deshacerse de él y pronto… desgraciadamente no estaba tan segura de tener la sangre fría para lanzarlo al río de nuevo… ¿O si? ...Pensaba mientras seguía en el lugar… de pronto escuchó pasos, lo cual era raro a esas horas… quizás los vigilantes que iban a ver si seguía viva, o algún alumno rezagado.

- Por última vez, no!! no pueden hacer un proyecto de ecología que involucre hacer vestidos con pieles de animales, ¿que pasa por sus cabezas chicas? - Así, energicamente el profesor Dijken terminaba una acalorada discución con un par de alumnas de su clase que lo habian hostigado desde la puerta del aula de ciencias hasta uno de los andadores en los enormes jardines adornados con rosas de diversos colores que la escuela poseía. El argumento de las inteligentes pero necias alumnas era que el fin justifica los medios, - la moda deja mucho dinero, especialmente en Europa, ¿sabe cuanto capital proporciona la industria del vestido por modelos contemporaneos hechos a base de pieles? - Aquello era lo que rezaba la invalida justificación de las hermosas alumnas.

Dejo muy claro que no iba a aceptar un proyecto de esa naturaleza y mucho menos porque aquellas chicas no podían pensar en otra cosa que no fuera la moda y el dinero, casos como ese eran comunes, bien podia achacarselo a la zona donde estaba ubicada la escuela y la calidad de vida de los alumnos que a ella sistían, pero en el fondo el profesor sabia que podían hacer excelentes trabajos siempre y cuando no se alejaran de su valiosa instrucción.

Despues de un profundo suspiro, se sintió aliviado de poder continuar con su camino lejos del hostigamiento, aun así era felíz siendo profesor. Caminando a paso lento por aquel corredor rodeado de algunos árboles y rosales bastante robustos aludió a uno de sus principales defectos que era caminar mientras leía algo o escribia en su teléfono móvil, esta ocasión se trataba de un libro de bolsillo que ilustraba las principales especies de aves canoras de Europa Occidental, le parecia tan interesante lo que leía que en algun momento hasta se encontro silbando un poco como si quisiera imitar una de esas hermosas aves, bueno.. ni que pudiera hacerlo en realidad, cuando reparo en lo que estaba haciendo se detuvo de inmediato y verifico que nadie lo veia, temia parecer loco, al notar que nadie estaba cerca esbozo una pequeña risa y continuó caminando.

Al fondo del corredor habia una sección de mesas y bancos de piedra al cual se aproximaba y no pudo dejar de notar a una joven rubia que yacía recostada sobre sus brazós, algo raro le pareció al profesor ya que a esa hora de la tarde la escuela comenzaba a quedarse vacía pues las clases habian terminado, temiendo que se hubiese quedado dormida se encamino hacia ella con su pequeño libro bajo el brazo..

Al final esos pasos sólo terminaron acercándose más… suspiró contra la piedra gris, para luego aspirar su aroma a piedra húmeda, quizás habían regado un par de horas atrás y terminaron salpicado el sitio… pero bueno, los pasos estaban ya muy cerca y por sorprendente que fuera le estaban sacando de quicio… el sonido de aquellas pisadas fuerte sobre el camino.

Cuando aquel sonido se detuvo a casi un metro de ella elevó el rostro con una cara de cansancio que distaba mucho de ser amigable… parecía gritar con los ojos un ¿¡Qué carajos quieres!?, lamentaba al pobre ser que se le hubiera pasado la brillante idea de acercársele, esperaba muchachos de su edad, alguna chiquilla curiosa, un mugroso conserje… menos lo que vio… un adulto libro en mano de un cabello de un rubio mucho más impresionante que el suyo… Shit… un profesor sin duda… bastaba ver la postura, adivinarle la edad, el trajecillo.

-….-

No supo bien que decir, y aunque cambio levemente su mirada por una menos agresiva y más curiosa esperó que él hablase… ¿Qué quería? Ahora más que ira, le estaba entrando la curiosidad, ¿Quién era ese después de todo? Nunca antes le había visto… aunque bueno, no le importaba mucho la escuela, ni los profesores, ni nada de eso.

- Buenas tardes señorita,- se dirigió a aquella chica con un tono amistoso pero seco, mirada severa, despues de todo queria serciorarse que se encontraba bien, - por un momento pense que se habia quedado dormida - al mirar de cerca a aquella rubia quedó impresionado por su belleza, no estaba seguro de que fuera alumna pues no lograba identificarla, además era seguro que recordaría aquella mirada penetrante y tan expresiva enmarcada en un rostro casi de procelana de finas facciónes.

Como profesor tenía una ética muy marcada en cuanto a la relación con los alumnos, jamás había tenido ningún pensamiento que rebasara los límites de esa ética, pero la figura que ahora estaba frente a sus ojos desató en él una casacada de sensaciónes, como si estuviera apreciando "La playa de Pourville" de Monet. Normalmente Arjen era seguro de si mismo y pocas cosas lo intimidaban, pero aquella mujercita lo hizo sudar y enmudeció por completo por unos segundos hasta que al tragar saliva reparo en que estaba perdiendo el objetivo del por que se habia acercado a ella.

Con un ligero titubeo en sus palabras pero sin inmutar su mirada severa continuó diciendo; - disculpe mi intromisión pero ya es un poco tarde, ¿espera a alguién? - mientras observaba la hora en su Calvin Klein y no tanto por saber la hora exacta, fue más como un moviemiento de nerviosismo, esperando respuesta de la bella joven.

Y si, al parecer si que era un profesor, frunció el ceño mientras enderezaba un poco más el cuerpo y seguía mirándolo, no le gustaba en particular la forma en que los profesores solían expresarse, con autoridad, le fastidiaba… pero conocedora como era pudo percibir el ligero brillo de interés que despertó en el otro y gracias a eso fue ligeramente más considerada de lo que usualmente sería.

-Por un momento lo estuve, pero ya no…-

Declaró dulcemente pero con la apabullante seguridad que le caracterizaba, se giró levemente hacia donde estaba el mayor ahora quedando de frente, aunque seguía sentada, era alto, aunque no demasiado y parecía nefastamente serio, como del tipo aburrido.

-Pero claro… a ti…-

Sonrió levemente antes de que una risa tintineante escapara por su garganta y se cubría con su mano la boca mientras al fin se ponía de pie.

-Bromeo… ¿Me acompaña a la salida?-

Preguntó estirándose un poco parándose en las puntas de sus zapatos de tacón y a ojos cerrados, realmente no esperaba que accediera, pero nunca dejaba de jugar con las personas, y ese profesor no era la excepción.

- Sera un placer acompañarla señorita - Tomo su librito y lo metió en un pequeña maleta de piel color café, algo le decía que ya no iba a leerlo más por lo menos en los siguientes momentos. - Y si no es indiscreción.. puedo saber que hacia una chica tan linda aquí sola y al parecer aburrida? - Esperaba que ella no se ofendiera por el nivel de confianza con el que Arjen se dirigía, pero siendo tan joven *al menos eso le parecía* pensaba que no se molestaría, en todo caso si notaba algun signo de incomodidad tomaria otra actitud, no pretendia hacer evidente la impresión que había dejado en él esa belleza.

Ahora mientras se disponian a caminar por el sendero rumbo a la salida, Arjen analizaba a aquella chica, zapatos de tacón de marca, cabello de un lacio increible y uñas impecables.. solo podia pensar que esta chica además de ser muy vanidosa gozaba de una buena posicion socioeconomica, estaba ansioso por escuchar lo que ella tenia que decir..

-Ehh?...-

Susurró mientras lo miraba entre sorprendida y divertida, que hubiera aceptado era raro pero no lo iba a dejar escapar, por decir de algún modo, se lanzó entonces a tomar sus cosas que se reducían a un bolso pequeño de color rosáceo claro que se echó al hombro antes de ir hacia el mayor quedándose a su lado, quizás más cerca de lo que debería… ¿Y porque se había acercado a él para empezar si bien podría haberlo ignorado como era su costumbre? Porque quien quiera que fuese, tuvo la inteligencia y buen tino de hablarle respetuosamente y además decirle linda… y no sólo linda, sino un “taaaaan linda” era un hombre listo… se había ganado unos minutos de su presencia.

-Esperándote, ¿Qué más?...- susurró divertida negada rotundamente a confesar que había ido a entregar una jodida tarea de una jodida materia que le importaba un soberano rábano.

Caminó a su lado sonriente y grácil como bailarina, eso si, resonando a todo gusto sus pasos firmes y constantes contra el piso, miró de reojo al mayor sorprendiéndolo contemplándola y se sonrió encantada de la atención.

-¿Y… tu nombre es?, ¿Qué haces?...-

- Arjen Dijken es mi nombre, y soy profesor de ecología en esta escuela.. justamente hace poco que termine mis labores y cuando me estaba retirando fue que la encontre. - Ahora que esa chica tan linda habia mostrado algunos signos de confianza a pesar de que caminase junto a un extraño, Arjen comenzo a librarse de la tensión que momentos atras había logrado que sus musculos se tensaran y su comportamiento fuera algo torpe, cosa que casi nunca le pasaba dada su seguridad, pero bueno, a quien no iba a poner nervioso una mujer cuyo estandarte de presentación es la belleza y la coqueteria con que su cabello liso y persumado se mueve entre el viento.

- ¿Estudias aquí? - prosiguió - porque no recuerdo haberte visto, o bueno tampoco es que lleve un registro de todos los alumnos o algo por el estilo, pero te recordaria si te hubiese visto en algun momento, es decir, no olvidaria unos ojos como los tuyos..- al momento de terminar aquello que decia se percato que estaba coqueteando si es que a eso se le pudiese llamar así. más bien parecia un ligero ataque de nerviosismo que intentaba controlar, las mujeres bonitas provocaban ese efecto en el profesor Dijken, casi pudo sentir su rostro ruborizado aunque también podia ser su imaginación, Arjen era bueno ocultando sus emociones, solo que esta vez algo no andaba bien con eso, - ¿Que me pasa? - se preguntaba mientras se aflojaba aun más su corbata de doble nudo...

Profesor, ahora se pregunto que tan viejo sería, no demasiado sin duda… unos buenos veintitantos si llevaría, pero no llegaría a los treintaipocos; en automático y sin proponérselo conscientemente, su mente empezó a buscar las posibles ventajas de congraciarse a su modo con esa persona ¿Qué tenía para ella? ¿Qué le podía ofrecer? Un profesor no gana mucho, pero gana… ecología nada tenía que ver con su carrera… pero un profesor siempre resultaba ser un salvoconducto que se puede usar de muchas formas… si lo sabía usar, podía ser como una de esas ligas mágicas que pueden ser cinturón, adorno de cabello y pulsera.

Sonrió para él premiándole el elogió con un sutil pestañeo.

-Si, soy estudiante… pero de moda y arte visual…- era un decir, a duras penas entraba o ponía atención, estar ahí era mero requisito para seguir recibiendo apoyo de su familia…

Con su ojo de águila entrenado y mejorado atrapó el ligero carraspeo, el tono de voz, el imperceptible inicio de sonrojo y el acto de aflojarse la corbata… si, presa perfecta; estaba interesado en ella por una u otra razón… Nada mal, vamos a ver qué tienes para mí… sonrió de nuevo mientras pasaban por la puerta de la universidad al fin, dejando atrás ese horrible lugar.

-Uhm… al fin fuera…- sonrió esperando mientras le miraba con un interés tranquilo… como si esperase que dijera algo.

- Con que estudiante de moda eh! ahora veo que tiene sentido, luces muy bien, aunque yo no se casi nada de modas, pero si debo decir que realzas más tu belleza con ese toque... pero bueno,- Ahora ya recuperado el aliento después del sobresalto interior que había pasado por los primeros minutos cerca de la chica del hermoso cabello, se sintio más liberado y comenzó a comportarse como de costumbre, sério pero agradable, para no perder el toque de hombre interesante que por primera vez le estaba costando hacer, tal vez porque ahora era consiente de que así quería que fuese.

- Si.. por fin fuera, - acomodandose su maletin que llevaba al hombro respondió con una sonrisa como cuando en el poker se tiene una buena mano pero se quiere disimular, - ¿vives cerca de aquí?.. perdón, puedo saber tu nombre?..-

Después de notar que tenia la antención de la chica sabía que no debia dejar pasar la oportunidad para conocerla mejor, y se disponía a despertar aun más el interes que ella parecía mostrar aunque también notó que debía moverse con cuidado, no pretendia que ella se sintiera incomoda o molesta, porque a juzgar por su manera de conducirse era alguien de caracter explícito y no se debe molestar a esas personas si no pretendes alejarlas de tí.

-No del todo cerca, pero si…-

Miró sobre su hombro a sus espaldas, a estas horas ya casi no había estudiantes, ni que decir de profesores o parecido, no le apetecía volver pronto a casa, además… aún estaba la posibilidad de que ese hombre le sirviese para algo… sonrió lindamente regresando a verlo.

-Si me invitas a tomar algo… te lo diré…-

Dijo alegremente mientras ponía una de sus manos en su cintura y la otra se movía suavemente de formas gráciles cerca de su rostro haciendo gestitos pequeños y delicados, enredándose el cabello en sus dedos y tocándose la mejilla mientras esperaba la respuesta ajena… no podía decirle que no, estaba segura.

Llevó su mano a su barbilla pensando a donde podria llevarla.. unos segundos despues dijo: - Ya se a donde vamos a ir, (como negarse a un rostro tan lindo y tan decidido también) iremos a un cafe que conozco cerca de aquí.. ¿que te parece? (le ofreció su brazo para que comenzaran a caminar rumbo al cafecito)..

Había algo en ésta chica que le atraía bastante, y ahora queria saber más sobre ella, y ya que ella había dado pauta para eso pues Arjen no desperdició la oportunidad.

Para éste momento era casi necesario para Dijken fumar uno de sus cigarrillos, pero no quería causar una mala impresión con ese mal hábito, así que para mantenerse relajado jugaba con su encendedor plateado dentro de su bolsillo mientras caminaban, aunque nadie sabía cuanto más aguantaría antes de fumar un poco.

-Mmmm… ya veremos que me parece, al llegar…-

Sentencio mientras se echaba el cabello detrás de su hombro y tomaba el brazo del profesor, le dejo guiar mientras miraba distraida para otros lados, como si se encontrase muy divertida conociendo el lugar por donde caminaban; eso en realidad era una muy bien ensayada pantalla para parecer ingenuamente entretenida mientras su mente volaba a las posibilidades…

¿Para qué me sirves? ¿Para que me sirves? Sólo un café sería un desperdicio total… miró al mayor y le sonrió con coquetería… Debe haber algo, algo se me está pasando… pero supongo que primero hay que conocerte Arjen… primero hay que ver qué tengo en manos…

-¿Hace cuanto eres profesor? No pareces tan viejo…-

- Vaya, parece que tienes una caracteristica condición inquisidora - rio levemente, le habìa parecido algo gracioso su comentario al respecto del lugar a donde se dirigìan..

Normalmente cuando Arjen invitava a alguna chica a salir o a tomar algo las respuestas eran acertivas sin condicionar nada al respecto, pero esta pequeña rubia hacia todo lo contrario y al prefesor le resultaban ampliamente entretenidas y retadoras sus respuestas, era una chica con caracter o tal vez podria deberse a su edad, todo sobre esta chica era una incognita para Arjen, pero estaba dispuesto y motivado a ir escudriñando en la personalidad tan peculiar de ella, bueno, siempre y cuando la pequeña rubia lo permitiera, Arjen como todo caballero jamás iba a entrar en terrenos en los cuales una mujer no le permitiera el acceso..

- Soy profesor apenas hace unos meses, estoy aquí por una beca de trabajo mientras hago una maestria, entonces la condición es ser profesor durante mi estancia aquí (explico ampliamente) pero no me molesta en absoluto, ser profesor es algo muy gratificante para mí, quiero decir, trasmitir conocimiento es el principal objetivo de un científico..- ( sonrio de manera orgullosa, pero siempre sin presunción)-

-en cuanto a mi edad.. te la dire en cuanto me digas tu nombre - comento con un rostro severo pero siempre apelando a su humor característico..

-Sólo soy una chica especial…- respondió al comentario sin realmente responder, eso lo podía interpretar el rubio como le diera la gana, generalmente los hombres interpretaban esos comentarios suyos a favor de ellos… eran realmente divertidos, tan sencillos la mayor parte del tiempo, tan lindos…

-Ehhhhhh, vaya…-

Lo dijo en un tono admirado tan natural, que nadie podía notar que le importaba un vil poro lo que era una beca de trabajo y las condiciones para tenerla… así como le importaba todavía menos el principal objetivo de los científicos… Liz era sencillamente un ser muchísimo más terrenal y a la vez etéreo… pero en los extremos… cuestión mera de placeres, gustos y vivir el momento… a la porra con la trascendencia más allá del instante donde te encuentras… brillaba en el teatro, resplandecía en sus tomas y grabaciones… pero sus ideas no trascendían más allá de la satisfacción inmediata… el interés temporal… permanencia cero…

-Tendrás unos veintymuchos o teintaypocos… pero esta bien, lo dirás cuando lleguemos allá… y dime… de dónde te trajeron?-

- Ahh pues me "trajeron" (tomo con humor aquel verbo) de Holanda, allá naci y me crie, pero mejor hablame de ti.. ¿que haces? ¿tienes pasatiempos?..

Arjen sentia cierto placer egocentrista cuando hablaba de si mismo, sobre su profesion o pasatiempos, pero esta ocasion era diferente, lo único que quería saber en ese momento era todo sobre la pequeña rubia, sabía que le iba a ser difícil pero estaba empecinado y tiempo era lo que les sobraba..

Dijken no podia evitar pensar que cosa era lo que le atraia de ella, y se debatía en si debía averiguarlo o solo dejarse llevar, despues de un repaso rápido a sus ideas terminó decidiendo que se dejaria llevar por el momento y despues averiguaria que era eso que lo tenia tan entretenido y fascinado, que cabe mencionar, era algo muy raro cuando de otras personas se trataba, normalmente solo algun fenomeno natural o un bicho raro o hermoso eran capaces de atraer tal grado de atencion por parte del profesor..

Así que Holanda eh?... un extranjero, bueno bien mirado así tenía algo de exótico el hombre, aunque fuese la nacionalidad… Holanda, Holanda… nunca había estado ahí y ponía tan poca atención a sus clases que difícilmente la ubicaría en un mapa, pero sonaba… a Helado, por alguna razón… quizá por la dichosa marca que andaba por todos lados…

-Soy actriz, modelo… mis pasatiempos son esos principalmente; si te das una vuelta en los teatros de Soho por las noches podrás verme muy a menudo…-

Decía divertida mientras seguía caminando mirando sin mirar las cosas que les rodeaban o hasta las personas a ver si capturaba a alguien más interesante en el camino… pero no, nada… estudiantes desgarbados, perdedores sin brillo… bueno, mirándolo así, un hombre maduro, profesor extranjero que se mantenía a si mismo y le invitaría a tomar algo era mucho mejor.

-¿Qué tan lejos está?-

Preguntó impaciente, después de todo, sus zapatos eran caros, odiaría arruinarlos… aunque bueno, si aquello resultaba entretenido, le importaría un comino los zapatos.

- Asi que modelo y actriz eh.. es bastante razonable siendo tan hermosa y no dudo que talentosa también. - Una vez más Arjen se sorprendio a si mismo coqueteando de manera involuntaria, era un caso perdido, estaba sucumbiendo a cada minuto a la belleza de la pequeña rubia.

- Ya, hemos acabado con tu impaciencia (dijo con tono bromista) es en aquel lugar cruzando la calle, ¿lo ves? no caminamos mucho..-

El lugar era un típico cafe, mesas redondas de madera barnizada ubicadas tanto dentro del inmueble como en la amplia acera, éstas últimas estaban acompañadas por elegantes sombrillas verdes que protegian a los clientes del tímido sol que apenas desataba unos rayos por culpa de las nubes que se aglomeraban en el cielo de Wimbledon..
El cafe y los postres del lugar eran conocidos en el rumbo por su calidad y hasta cierto punto su cualidad de ser un tanto exóticos, pero lo que realmente era atractivo, era la decoración... pequeñas esculturas por aqui y por allá, pinturas que colgaban de los muros estilo barroco, y la deliciosa musica clasica que creaba una atmosfera muy agradable..

En algún momento Arjen penso que ese tipo de lugares podria no ser muy atractivo para chicas como la pequeña rubia, pero en un momento lo descubriría..

-Increíblemente talentosa debo decirlo, pero si tienes suficiente valor contemplativo ya buscarás el modo de verme en acción…-

Declaro ella de lo más segura mientras sonreía divertida y apoyaba su índice derecho en el pecho del mayor deteniéndose unos segundos para disfrutar de lo hermoso de sus uñas y la nueva manicura que se había hecho.

Giró para ver el dichoso lugar provocando que de la cercanía las puntas de su cabello rozaran el rostro de Arjen, si hubiera estado más cerca su cabello literalmente le habría golpeado el rostro… miró el café…

-Uhm…- sus manos se colocaron en automático en su cintura mientras pasaba el peso de su cuerpo a la otra pierna provocando un movimiento encantador en su falda –Aceptable- declaró de golpe mientras se tomaba nuevamente del brazo ajeno para atravesar la calle; entraron al lugar y tomaron una de las mesas, ella recargó los codos en la misma y su rostro se apoyó en sus manos sonriendo dulcemente y mirando al profesor.

-Adivina mi sabor favorito…- dijo ella disparando de pronto –Y no falles…-