Lejos del cielo, cerca del infierno

Tema: Lejos del cielo, cerca del infierno Lun 28 Mar 2011, 05:19

Pierre llevaba casi 3 días sin dormir, acababa de darse un baño y traía el cabello húmedo, los ojos rojos por la droga y un cansancio que comenzaba a disiparse por el efecto de su amada cocaína.

Bajó las escaleras del horrible departamento donde vivía solamente para recoger la correspondencia. Se suponía le avisarían si les había gustado su último cuadro. Debía de gustarles. Era hermoso.

Revisó los sobres con el cigarro pendiendo de los labios y frunció el ceño al notar que todavía no llegaba nada. Tal vez fuera buena idea eso de usar una computadora o hacerse un e-mail.

Tema: Re: Lejos del cielo, cerca del infierno Lun 28 Mar 2011, 07:52

-Acaso no recibió las noticias que esperaba?-

Se escucho de un momento al otro una voz resonar en el vestíbulo del edificio. En la puerta de éste mismo la silueta de un hombre alto se dejaba ver. El sobrio traje, confeccionado a la medida no parecía encajar en un lugar como ese del mismo modo que su dueño.

Hacía un par de días que Aleikos había visto aquel cuadro y quedó fascinado con él, no por la belleza y sutileza de éste sino, por lo que sus ojos podían ver mas allá, y en ese momento se dijo a si mismo que debía poseer no solo la pintura sino a aquel que la había creado. Con algo de influencia y bastante dinero ya tenía una de ellas y estaba ahí por la otra, claro que no esperó tener tanta suerte como para que esa persona terminara llegando a él.

-Es difícil imaginar a alguien como usted viviendo en un sitio así señor Lefevbre...-

Tema: Re: Lejos del cielo, cerca del infierno Lun 28 Mar 2011, 14:00

Una voz... una voz como esa, que prometía placeres sin siquiera dudarlo era capaz de estremecerlo, de hacerlo desear cosas que él jamás deseaba, porque le daban nauseas, era capaz de tener un ataque de pánico solamente de pensar en sexo. Y la voz de ese hombre le provocaba eso. Necesidad de sexo.

Volteo a verlo, recargándose en la pared, con los brazos cruzados, la mirada afilada y el cigarro pendiendo de sus labios, con una actitud coqueta y sensual que estaba lejos de ser lo que deseaba proyectar. En realidad estaba mareado, tenía nauseas y le dolía la cabeza.

-Al parecer no saben aprovechar mi talento-se encogio de hombros

Tiró la ceniza del cigarro al piso y exhaló el humo con los ojos entrecerrados.

-¿Difícil? No le veo ningun... "pero" a mi casa, es solamente un lugar para dormir-se encogio de hombros con una sonrisa rfía y desinteresada

Tema: Re: Lejos del cielo, cerca del infierno Lun 28 Mar 2011, 14:12

Arqueó levemente una de sus cejas al verlo y escucharlo.Si definitivamente no se equivocaba en querer reclamar al rubio como su propiedad, no se necesito mas que unas cuantas palabras de parte del otro para confirmarlo.

-O tal vez... es que alguien más vendría a darle noticias, quizá alguien como... yo-

Sobreponiéndose al desagrado que sentía por el olor del cigarrillo, se fue acercando a él, agradeciendo internamente que sus gafas oscuras no permitieran al otro darse cuenta de la mirada predadora que estaba instalada en sus pupilas.

-Me refiero a que, es extraño, alguien tan... creativo y talentoso viviendo en un lugar así... acaso no teme por su seguridad?....-

Porque debería...

Tema: Re: Lejos del cielo, cerca del infierno Mar 29 Mar 2011, 21:12

quizá alguien como... yo

-¿Noticias? ¿De que noticias habla?

Oh dioses. Deseaba a ese hombre, deseaba lo que su actitud era capaz de prometer. Tantas, tantas cosas que se estremecio, de miedo, de ansiedad, de pánico. No podía negarlo. Le daba pánico que él le hiciera desear sexo. Muhco, mucho sexo. Joder. Se paso la mano por los cabellos, cansado, hiperactivo y adormilado. Se termino el cigarro y lo tiro al piso para apagarlo. Y clavó la mirada en él.

-No tengo nada que algun ladron o asaltante pueda querer

"La persona que me preocupa está, afortunadamente muy lejos de mi"

-Mucho menos un violador, además, no tengo ninguna pintura en este lugar-se encogio de hombros-Todos me conocen, esto ya no es... peligroso para mi

Tema: Re: Lejos del cielo, cerca del infierno Miér 30 Mar 2011, 20:26

Se detuvo a escasos veinte centímetros del rubio y sonrio de lado de esa manera sensual pero que en el fondo ocultaba los deseos para nada santos que el otro despertaba en el. Despacio saco un pequeño papel del bolsillo de su saco y se lo tendió, con cada movimiento destilando elegancia.

-Simplemente quería tener el placer de decirle en persona que esta mañana muy temprano compré su pintura, me ha dejado... fascinado...- por no decir obsesionado.

Y es que cada trazo y pincelada de aquella obra dejaba plasmada el alma atormentada que Pierre tan celosamente ocultaba no solo a los demás sino tal parecía que a sí mismo. Aleikos lo sabía bien pues solo un alma que ya se ha descubierto igual de oscura y retorcida puede reconocer a otra.

-Tanto... que me gustaría que hiciera un trabajo especial para mí...-

Tema: Re: Lejos del cielo, cerca del infierno Miér 30 Mar 2011, 20:37

Tomó la tarjeta y la leyó apresuradamente. Su cercanía lo puso a temblar y su sonrisa le erizo la piel en una mexcla entre miedo y placer. Retrocedió por instinto y solamnte para calmar sus nervios volvió a encender otro cigarro. La droga lo hacía parecer alguien tranquilo, sereno e incluso amable.

-¿Fascinado?-preguntó sorprendido

Nada mas lejos de la realidad, no obstante con eso, se tomo el tiempo de pensar en lo que estaba diciendo y perderse un momento en sus pensamientos. Necesitaba verlo a los ojos o se volvería loco pensando que clase de mirada tenía. No podría soportar ver una mirada lujuriosa, por eso no pidio que se quiitara los lentes.

-¿A que se refiere exactamente? ¿Que trabajo especial?-levantó la mirada para verlo y entrecerró los ojos, Aleikos continuaba acercándose y él retrocediendo, en algún punto se terminaría el espacio-Yo no hago trabajos por encargo

Porque hacerlos significaba cercanía con el cliente y entonces notaría su adicción. Negó metiendose la tarjeta en el bolsillo trasero del pantalon y le dio una honda y larga calada al cigarro. Solamente necesitaba escapar de èl, regresar a la seguridad de su casa y olvidarse deaquellos espantosos escalofríos que le despertaba ese sujeto.

Tema: Re: Lejos del cielo, cerca del infierno Miér 30 Mar 2011, 21:10

-Bastante...-

Le divertía hasta cierto punto ese sutil e improvisado juego del gato y el ratón que surgió entre ellos, y más aun cuando se le acabo el espacio para huir al rubio. Sentía deseos de aprisionarlo entre sus brazos y ya no dejar ir a su presa pero no... eso le quitaría diversión a todo el asunto.

-Sinceramente me gustaría que hiciera una excepción... ese talento que tiene... lo deseo...-

Esa última frase brotó de sus labios bastante cerca del rostro ajeno, incluso le quitó el cigarrillo de la boca y cuando parecía que iba a besarlo terminó inclinándose sobre su oído para susurrar tan bajo que más parecía el siseo de una serpiente que otra cosa.

-Piénsalo...-

Tema: Re: Lejos del cielo, cerca del infierno Miér 30 Mar 2011, 21:20

ese talento que tiene... lo deseo

Esas palabras y su cercanía lo hicieron cerrar los ojos y estremecerse, no solo de miedo, de terror, de placer, de angustia. Estaba demasiado cerca y podía sentir sus intenciones a pesar de que tuviera los lentes puestos. Caundo susurrara a su oído él simplemente jadeo bajito, entre el miedo y la necesidad de rendirse a él.

-¿Que es lo que desea exactamente?-pregunto en un susuro ahogado

Huir, huir, por piedad, necesitaba huir, se le agitó la respiración por la ansiedad, de tenerlo demasiado cerca y saber que quería tenerlo más de esa forma. Que quería que él lo tomara e hiciera con su cuerpo lo que quisiera. Recuperó el cigarro controlando a sus manos temblorosas y le dio una calada nerviosa.

"¿Me regresa mi espacio personal? Gracias, no creo quiera matar de un infarto al objeto de su deleite... oh eso sono peor"

-¿Que quiere que haga?

Tema: Re: Lejos del cielo, cerca del infierno Jue 31 Mar 2011, 17:03

-Quiero que vaya a mi casa...-

Fue la respuesta que le dio mientras su sonrisa se ampliaba, disfrutando de las reacciones que provocaba en el rubio, solo por eso, por la diversión que le ocasionaban era que toleraba el desagradable humo del cigarrillo.

-Un mural hecho por usted en mi biblioteca, eso es lo que deseo...-

Su voz seguía sonando en ese tono grave y sensual, casi hipnotizante cual siseo viperino a su presa, y para rematar bajo sus gafas un momento, dejando que sus pupilas grises se clavaran en el rostro ajeno, mirándole de manera por demás intensa, prácticamente atravesándole con la mirada.

No tenía idea de que hacer, de como demonios actuar, de como negarse o simplemente de como hacer para que su corazón retomara su ritmo normal. Estaba entrando en pánico, porque su cuerpo estaba casi literalmente apresándolo, estaba desesperandolo, porque necesitaba acercarse y tocarlo.

Pero no iba a hacer tal cosa.

-¿Qué temática le interesa? ¿Tendré via libre para pintar?

No. Si pintaba en su casa iba a verlo, iba a percatarse de su adicción, el pasón de la cocaina se le bajó de golpe y suspiró al reconocer que necesitaba otro más grasnde para enfrentarse a ese hombre. Aunque muriera, aunque pasara lo que pasara. Cuando el otro se bajo los lentes y pudo percatarse de su mirada, de ese mirar intenso, que parecía querer traspasarlo, tuvo ganas de huir, de negarse, pero no lo hizo, solo sintio a sus piernas temblar y a su cuerpo vibrar entero.

Dios... que mirada.

-Yo... n-no puedo hacerlo

Los gestos ajenos hablaban mucha mas que cualquier palabra que el rubio pudiera articular y era mediante estos que Aleikos hacia todos y cada uno de sus movimientos siguientes. Parecía titiritero con marioneta nueva, aprendiendo de que forma mover los hilos para conseguir que hiciera y se moviera según su voluntad.

-La temática es lo de menos... eres libre de pintar lo que te venga en gana, sólo deleitame con tu arte...-

No podía dejar de contemplar el rostro de Pierre, imaginando lo que pasaba por su mente en esos momentos, el verlo tan ensimismado en sus propios pensamientos. Fue eso mismo lo que terminó motivándolo a cruzar aún más esa delgada línea que desde un principio parecía haber ignorado.

Sacando algo de su bolsillo lo llevo a su boca para inmediatamente anular aquella mínima distancia que los separaba y sin importarle otra cosa, se apoderó de los labios ajenos en un beso bastante intenso, aprovechando el desconcierto del rubio para entrerabirlos con su lengua y no separarse hasta que consiguió hacerle tragar lo que tenía en la boca.

-Claro que puedes... y más después de este pequeño... "obsequio"...-

-¿Via libre? ¿De verdad?

Un beso como ese debería estar penado por todas las de la ley, gimio entreabriendo los labios, corrspondiendo el beso apesar de que sentia todo su cuerpo estremecerse de pánico, de placer, de desesperación, debatiéndose entre la rendición y la negación.

Y entonces... una pastilla en su cuerpo, una pastilla que lo hizo separarse y llevarse la mano a la boca. Los efectos fueron demasiado rápidos y él tuvo que sostenerse de Aleikos para conservar la compostura. Sentía su corazón later demasiado deprisa y la adrenalina recorrerlo.

-¿Que me ha dado?-susurró jadeante

Si... se sentía bien. Se sentía de maravilla, su cuerpo se estremecio y él entrecerró los ojos, dejándose llevar por la exquisita sensación de una nueva droga en el sistema. ¿Si trabajaba para él le daría más de eso?

-Aham...-

Fue toda su respuesta pues estaba mas concentrado en sostenerlo ahora que Pierre se había aferrado a él, pasó uno de sus brazos por la cintura ajena y con la otra le tenía sujeto por el mentón para no romper ese contacto visual con él.

-En verdad quieres saberlo?... mejor solo disfrútalo, es un regalo de cortesía, ahora que si aceptas venir a trabajar para mí...-

Dejó el resto de la frase al aire, no era necesario completarla, su mirada dejaba ver perfectamente a lo que se refería, después de todo su buen trabajo le había costado averiguar el punto débil del rubio para poder sacarle todo el provecho posible.

Tener la certeza de que Aleikos sabía de su adicción debió de hablero preocupado. Debió de al menos encender una alarma en su cabeza. Pero no lo hizo, lo observó con los ojos nublados y ausentes, ligeramente perdido y alegre.

-¿Tendre mas? ¿Tendre todo lo que quiera?

Ya era suyo. No podía, ni quería evitarlo. Aleikos le iba a dar droga, le iba a dar dinero y él... él necesitaba ambas cosas. No, solamente la primera. Asintio suspirando, relamiendose los labios ladeo una sonrisa coqueta y divertida, por saber que de otra forma tal vez él no hubiera aceptado en lo absoluto.

-De acuerdo... trabajare para usted-murmuro-Pero... tiene que jurarme que nadie se enterará de esto... tiene que prometerlo, nadie debe saber que yo...

Soy un asqueroso adicto

A fin de cuentas fue Pierre quien terminó completando la frase que el había dejado a medias y eso sólo le hizo esbozar una sonrisa mas amplia y mucho menos inocente si es que en algún momento se había visto de ese modo.

-Tú lo has dicho... compláceme... entrégame tus talentos y no solo tendrás toda la que desees, sino también mi silencio...- y no se refería únicamente a los talentos artísticos que el otro poseía, sino que estaba bastante seguro que tenía varios más bastante bien ocultos.

Ante esa sonrisa y el como se relamió los labios dejó escapar una leve carcajada, tenía al rubio bien sujeto por la cintura y completamente pegado a él y de ahí no pensaba soltarlo... no mientras le causara diversión y entretenimiento y algo le decía que de eso, obtendría bastante con él.

compláceme...

compláceme...

Aquellas palabras resonaron en su mente varias veces. Casi se pierde el resto y es que si no hubiera sido por la droga, estaba seguro de que se habría vuelto loco, esas mismas palabras, con una mirada lujuriosa y una sonrisa socarrona eran el preludio para su desgracia. Su abuelo las decía antes de violarlo.

"compláceme... y perdonaré tus faltas"

toda la que desees, también mi silencio...

Fue esa promesa la que lo hizo olvidarse de todo. Puso las manos entre ambos para separarse un poco y asintio completamente obediente. Iba a complacerlo, iba a pintar lo que quisiera, todo por obtener esa droga cuyos efectos eran mejores a los de la cocaína ¿Como se llamaría?

Al ver que de un momento a otro Pierre parecía perdido en sus pensamientos, se preguntó que podría estar pasando por su mente en esos instantes, bueno… ya se encargaría de averiguarlo de un modo o de otro, así como había conseguido la información sobre el que ya tenia en sus manos. Por ahora lo mejor era aprovechar su más reciente adquisición.

Tomó una de esas manos que se posaron en su pecho y la acercó a sus labios dejando unos cuantos besos en ella, era un gesto casi galante o al menos eso parecía, pero para él, eran las primeras marcas de propiedad que dejaba en la piel ajena.

-Entonces ven… te mostraré de una vez donde será que... trabajarás para mí…-

Sin soltar esa mano que había tomado entre las suyas empezó a caminar hacia la salida, jalando levemente al rubio detrás de él… casi como una mascota.

Y lo siguió obediente, pero no llevaba encima nada más que el celular, las llaves y los cigarros. Por un momento no importó nada, porque aquella mano sosteniendo la suya se sentía genial. Pero necesitaba su droga, no podía dejarla en casa.

-¿Asi nada más? ¿No puedo ir por nada? Ni siquiera traigo dinero

Por no mencionar la droga

Ah, pero él había dicho que le proporcionaría todo lo que necesitara. Se detuo esperando casi su permiso para regresar por dinero y por la droga. No salía de casa sin dinero suficiente para abastecerse y droga suficiente para pasar el día.

Es más, ni siquiera estaba vestido decente o al menos de forma presentable. Se había bañado solamente porque era lo primero que hacía nada más despertaba.

Apenas había avanzado lo suficiente como para estar en el umbral de la puerta con Pierre detrás de él cuando le sintió detenerse y ante la pregunta formulada por el menor él mismo paró y se giró levemente para así poder mirarle de reojo al tiempo que sonreía.

-No necesitarás nada, créeme... todo está preparado...-

Y en verdad así era, él mismo se había encargado de tener a la mano todo lo que el rubio pudiera llegar a necesitar, y no solamente en lo que se refería a su trabajo artístico sino al "pequeño" asunto de su adicción.

Inclusive una de las habitaciones de su amplia residencia había sido acondicionada como estudio de arte. Toda una jaula de oro personal para Pierre... camuflada como el paraíso de cualquier artista.

Joder. Joder. Esa sonrisa, una sonrisa que ni siquiera pretendía ser nada y él ya se sentía derretir nada más verla. Aleikos le pedia abandonarse a sus brazos... no. Momento. No abandonarse a sus brazos. Solo era una situación laboral.

-¿Y que hubiera pasado si no hubiera aceptado?-preguntó en voz alta, siguiéndolo curioso

Todo dispuesto... ese todo le causaba demasiada curiosidad. Simplemente demasiada, por eso ni siquiera protestó por su droga. Había comprado demasiada e iba a quedarse en casa. Pero no importaba, porque Aleikos seguramente le daría más.

¿Y yo porque demonios confío en este sujeto?

Esa pregunta de parte del menor le hizo sonreir de nuevo y ahora que tenia los lentes abajo dejando ver sus ojos se dio el lujo de guiñarle uno de ellos sin abandonar esa sonrisa de suficiencia que era tan característica en él

-Pues... en caso de que hubieras declinado mi oferta, hubiera tenido que insistir, e insistir, una y otra... y otra vez... hasta conseguir que me dijeras que sí...- susurró contra su oído y peligrosamente cerca de la piel de su cuello, la cual a fin de cuentas se dio el guisto de probar por unos instantesantes de volver a fijar su mirada en el más bajo.

Claro que Pierre no tenía porque saber que de recibir una negativa, hubiera usado métodos... poco ortodoxos a fin de hacerlo cambiar de opinión o en el último de los casos se lo habría llevado a la fuerza, después de todo la palabra NO, carecía de sentido para Aleikos, de un modo o de otro, siempre conseguía lo que deseaba.

Pierre jadeó suavemente y sintio que las piernas no podrían sostenerlo más tiempo. Su cuerpo, sus labios, sus ojos, todo demostraba cuanto deseaba a Aleikos, cuanto estaba muriéndose de miedo por la sensación, la cercanía, sus acciones... Se sentía propiedad de ese sujet.

-Entonces eso no habla bien de mi ¿Verdad?

Había aceptado demasiado rápido, sentía el cuerpo embotado, torpe y lento, pero no lo suficiente como para dejarse llevar por las sensación de placer. Tenía miedo, asco y repulsión de sus propias necesidades. Pero no lo dio a notar... no demasiado.

Solo caminó como un fiel corderito detrás de Aleikos y deó que él lo llevara a casa.

Tema: Re: Lejos del cielo, cerca del infierno Dom 12 Jun 2011, 15:32

Ante las reacciones que seguía provocando en Pierre, la sonrisa en sus labios solo podía ampliarse cada vez mas, y al escuchar lo que le dijo no puedo evitar responder para sus adentros que de hecho le había vuelto las cosas un tanto mas fáciles y así le evitaba perder tiempo, pero claro, eso no fue lo que broto de sus labios.

-En lo absoluto, mas bien eso habla de que es alguien que sabe lo que quiere y puede distinguir a quien es capaz de proporcionárselo, y eso me gusta... es lo que busco en las personas que me interesa mantener cerca...-

Y solo para demostrarle su real "interés" en el fue que le concedió el volver a su apartamento por lo que fuera que el rubio creyera necesitar aparte de las drogas que al parecer se rehusaba a dejar "abandonadas a su suerte", ademas de que claro esta, ver donde vivía el rubio hasta el momento le daba una mejor idea de como era el.

Tema: Re: Lejos del cielo, cerca del infierno Dom 12 Jun 2011, 22:37

La puerta tenía un extraño mecanismo para abrirse, tenía que ser levantada y empujada al mismo tiempo porque la madera vieja ya no cedía con tanta facilidad, hinchada y maltratada, casi se caía a pedazos, como todo en ese edificio. Pateó un par de cosas al entrar a la casa e inmediatamente tomó el portafolio donde guardaría sus mejores pinturas, esas que no quería que nadie viera o exhibiera.

Y con mochila en mano fue metiendo todo lo que creía necesitaría, su gran paquete de drogas fue primero y realmente no le importó ocutarlo, no habí lugar donde sentarse, tampoco un orden en todo ese caos, la cama se mantenía deshecha y llena de cosas y el suelo lleno de botes de pinturas, acuarelas y pinceles que ya no servían.

De la misma orma y sin prestarle atención, metio algo de ropa, no demasiada porque en relidad casi no tenía pertenencias y revisó el lugar cuando terminó.

-Creo que es todo.