Niñera

Pensaba reprenderlo, pero ni siquiera había motivo para eso y sus traidoras mejillas seguía sintiéndose caliente, y el beso dejada en ellas no le ayudo en nada menos aquella pregunta que radio mas el rubor. -¡¿Qué?!-, Era la segunda vez que le sacaba esa palabra tan intensa en esa noche y verlo de aquella manera tan escandalizado por tales comentario, como le decía eso ni que lo hubiera hecho apropósito. -No haría eso... Menos aquí...-

"Sshh,... tonto, vas a despertar al mocoso" susurró dejándole nuevos besos en la línea de la mandíbula, dejando que su mano bajara por el cuello y el pecho de su amigo, buscando sobre la ropa el que antes, con las cosquillas, había identificado como un punto débil: sus tetillas.

"No querrás que todos se enteren, exhibicionista"

Se mordió el labio no sabiendo si darle un zape o cubrirle la boca y regañarlo, sólo sabía que sus mejillas pedían un descanso, cuando su cuerpo se le daba por ser sincero era un tanto molesto, no le ayudaba a mostrar su fachada sería donde no destacaba ningún centímetro de inquietud, detuvo su mano antes de que continuara más su camino. -No tiene nada de lo que enterarse...-, Le menciono sin soltar aquella mano para que no avanzara. -Deja tus manos quietas...-

Sonrió contra su piel cuando sintió que detenía su mano. Por un momento se quedó quieto... pero a Yves no le iba a durar mucho el gusto, pues dejó que el beso que daba en su mandíbula se convirtiera en una pequeña lamida hasta su oreja, la que mordió suavemente después.

"Ok, no moveré mis manos"

Sintió un escalofrió cuando paso aquella lengua en ese pequeño camino, no precisamente de esa forma pero la sensación provoco erizar su piel. -Muy gracioso, eso tampoco es algo que deberías hacer.-, Le remarco, tenía esas manos quieta pero estaba claro que le faltaba movilizado de todo, la mejor salida sería salir de él, pero no podía detenerlo y bajarse del sillón sin deseo de caer.

"Dices mucho... pero tampoco parece que te moleste suficiente..."

Le dejó más besos en la mejilla, insistentes, está vez de forma más bien juguetona.

"Sólo quieres cariños"

-No es como si te fuera a atar para que te quedaras quieto.-, Le menciono ante sus palabras, bueno es decir sus manos ya estaban detenida, pero como diablos detienes una cabeza si tienes ocupadas tus manos, bueno ahora si le resultaba tentador dejarse caer en el suelo sólo para evitar aquellos besos que pasaba sobre su mejillas. -Diría que tu eres el que los deseas.-

"Sí... puede que sí..."

Le dejó un beso sobre los labios antes de separase apenas un poco.

"Te dejaré en paz si me das un beso de verdad"

-Estas bromeando ¿Verdad?-, Lo miró, esperaba que realmente no hablara enserio sobre ese asunto, bueno no era que fuera algo difícil de hacer, pero... Pero bueno era su amigo, los beso no entraban en la ecuación de los amigos, bueno no en la que el conocía en realidad, aunque también sólo podía darlo y verlo como si no fuera nada más que... Bueno un juego se podía decir. -¿Por qué un beso?-

"Porque he besado chicas, pero nunca había sentido curiosidad por besar bien a un chico. Por eso"

Básicamente, curiosidad, quería decir. Además de que le intrigaba saber cómo besaba Yves, o si había besado, aunque suponía que había la posibilidad de que sí, si no se había escandalizado con sus anteriores besos. Lo que es más, estaba seguro que Yves había besado más que a mujeres, a otros hombres.

"¿Me lo darás o tendré que obligarte?"

Lo escucho, en serio eso era la forma de actuar de un niño o al menos así le hacía pensar, pensándolo bien a final de cuenta si lo aceptaba se lo daría y podía terminar ese juego, si se negaba igual recibiría un beso y seguro el otro continuaría con su cosas así que terminaba perdiendo como fuera. -Bien, te daré un beso pero después de eso serás un buen niño.-

En realidad aunque no lo hiciera hacer notar, mejor dicho aunque no se diera cuenta lo estaba sumando como un niño más de los que cuidaba ese era el porque terminara por aceptar, pero más por el hecho de satisfacer su curiosidad. No era como si fuera a dar una introducción así que no espero mucho que dijera algo, sólo se acerco a sus labios para unirlo con los suyo y lentamente hacer la invitación a compartir el contacto.

No le importaba... no tanto, en ese momento por lo menos, que lo tratara como si fuera un niño si así obtendría lo que quería.

Sintió los labios de Yves sobre los suyos y cerró los ojos para corresponder el beso, disfrutarlo si era posible, explorar en su curiosidad y en la extraña suavidad de los labios de hombre, o de joven, ya le hallaría la diferencia. Pero quería conocer el beso más afondo, por lo que acarició los labios ajenos con la lengua, esperando entrada.

El roce entre sus labios sólo fue el preámbulo de aquel encuentro, se cedió el camino a esa intrusa, le daba pase a seguir aquel leve juego en el que se encontraba, fue recibida por la dueña de esa casa la cual la sedujo con un contacto que era la guía a un danzar, el contacto que ahora llevaba iba haciendo más profundo aquel beso cediendo a los capricho de su compañero a mostrarle esa nueva sensación

Había prometido mantener sus manos quietas y lo estaba logrando, pese a las persistentes ansias de tomar su cabello y enredárselo en los dedos, sólo para agregarle algo de realismo a la situación.

Pero era bueno, se sentía realmente agradable y, también, se hacía obvio que no era el primer beso de Yves, que alguna práctica había tenido antes. Se sintió siendo guiado y lo permitió, abriendo levemente los ojos... Una parte de él también deseaba pedir ser tocado, aunque no hubiera emoción en eso, aunque Yves no sintiera nada por él. Un poco solamente y estaría bien.

Siempre sólo un poco.

Terminó el beso con un suspiro y lo miró, en un intento inútil de reflejar indiferencia, más parecía una profunda soledad que lo otro... y las palabras se le quedaron en los labios sin salir: "Tócame."

¿Por qué siempre en momentos así le venían con más fuerzas las ganas de morir? Por patético, tal vez, lo patético que era pedir, pensar pedir, esa clase de cosas... Sólo una más de sus muchas conductas autodestructivas que, para sus padres, era sólo un intento de llamar la atención. Una que igual no le daban.

Aquel beso se rompió permitiéndole recuperar su aliento que fue atraído con casi un medio jadeo, miró a Stein notando aquella mirada, si estuvieran en una relación estaría recibiendo más que un bofetón, salio de arriba suyo cuando por fin encontró soporte de equilibrio para lograrlo, normalmente no era de expresar algún gesto que dejara en claro un lado... Bueno se resumía en uno que no era muy suyo.

Le dio un golpe con uno de su dedos a pasar este contra el pulgar como tomando fuerza en esa fricción golpeando su frente. -Levántate y ver a lavarte la cara.-, Dijo antes de decir algo sobre aquel sentimiento que notaba, no mejor dicho, dijo en lugar de decirle algo. -Necesitas que se enfrié tu cabeza si pasas a tener una expresión como esa después de un beso.-

Aunque… Bueno al parecer hoy… En realidad no era el día era más bien el instante, ese segundo donde su hermano seguía con su buen deseo de aparecer y he allí su participación del día. -Normalmente uno esperaría otro tipo de reacciones y participación.-, Cerró sus ojos a desear golpearse por permitir que algo así saliera de su boca por culpa del debate con su gemelo.

Se quejó del golpe, cerrando los ojos por reacción, sentándose también, con una mueca un poco molesta ahora, aunque al escuchar al otra, entendió mejor la reacción. Casi podía sentirse culpable por ello...

No, sí se sentía culpable y mucho.

Se movió en el sillón y le pasó los brazos por los hombros a Yves par atraerlo después y poder besar su mejilla y susurrar a su oído.

"Quiero sentirte más... pero te había prometido dejar de molestar"

Lo mejor era dejar eso antes de que su gemelo decidiera continuar con lo suyo, pero no logro avanzar por verse atraído de nuevo al sillón, más específicamente más cerca de Stein, sintió aquel roce sobre su mejilla antes de las palabras. -Cierto, pero es una pena no aprovechar la oportunidad, aunque lo es mas que no se repetirá de nuevo.-, Al diablos con su gemelo de nuevo se había adelantado a sus acciones dejando primero sus palabras.

Una pausa, necesitaba una para dejar de nuevo fuera de eso a su hermano antes de que terminara por ganar terreno. -...Eso... Es hora de que los niños vayan a dormir.-, Si, eso era lo mejor volver a tratarlo como niño, aunque más pareciera una muy terrible forma de escapar de lo dicho, y un peligroso cambio de actitud. Bueno no importaba casi nadie se daba cuenta de su cambio con su gemelo, espero que siguiera así, se levanto cuando paso a oírse un ruido.

Regresó algo cansado, sintiéndose afortunado de no haberse topado con su hermano. No quería preguntas, no quería problemas. Quería dormir solamente, igual que había llegado a hacer Orel a su casa.

Cuando entró, vio las luces encendidas aún y a los adolescentes en el sillón y, al decir verdad, les restó importancia.

"Ya volví" anunció lo obvio, avanzando a la sala "ahora les doy unas almohadas y colchones, pueden usar el sofá-cama, Yohann sabe como usarlo. Si eso no te incomoda, Yves"

Siguió caminando mientras pensaba en qué otra solución podría dar a ese detalle en caso de que Yves prefiriera no compartir el sofá-cama con Yohann.

No. No tenía ganas de pensar, y sólo llamó a su sobrino para que fuera por las cosas que le entregaria para que se pusiera a arreglar el sitio en el que dormirían él y su amigo.

"Si necesitas algo, Yves, puedes pedírselo a Yohann... voy a descansar un rato"

La respuesta de Yves... no se la había esperado en absoluto.

Igual, no tuvo tiempo de reaccionar cuando la puerta se abrió y su tío entró. Ni siquiera se sintió libre del shock por completo, no se dio tiempo tampoco de maldecirlo por espantar la que parecía sería su última oportunidad.

Pero se calló, obediente por falta de opciones, y fue a tomar las mantas y las almohadas que le dejó el mayor y las puso en el sillón antes de hacerle seña a Yves para que se levantara y poder convertir el mueble en una especie de cama amplia donde, sin problemas, podrían dormir ambos sin tener que estar demasiado cerca, cosa de elegir lado.

Dejó que el viejo se fuera a dormir y supuso que él podía arreglar solo la cama.

Se sentía... ¿humillado era la palabra?

Agradeció sinceramente que el mayor hubiera llegado por fin, era una perfecta pauta para olvidar lo que había pasado momentos atrás, escuchando lo que comentaba que en realidad no había dado pautar para decir que regresaría, no, mejor dicho que iría a dormir donde un amigo, de hecho dos calles más abajo que de eso se dio cuenta hasta que llego allí, el había calculado que era más lejos, pero la única casa alrededor en esa zona que conocía, aunque de hecho Iamin sólo seria el interesado en salir y buscar una aventura de noche para distraerse hasta ahora de volver.

-No me molesta, esta bien, gracias.-, Sólo contesto, bueno no era importante en realidad donde descansara, seguro que su hermano podía aceptar eso como que era obligado completamente a dormir y dejar de zumbar en su oído como una abeja o un mosquito molesto. Se levanto cuando Stein se lo indico, lo miró. -¿Deseas ayuda?-, Cuestiono porque eso de dejarlo todo no le iba.

"Puedes ponerle la funda a las almohadas"

Le arrojó una de ellas, quizás con más fuerza de la necesaria, no demasiada pero suficiente para parecer algo agresivo. Estaba molesto con la situación.

Y realmente no es que tuviera mucho que decir mientras arreglaba las sabanas con apenas ganas de hacerlo.

-Bien.-, Acepto hacer eso, era mejor que esta viendo, pero como fue pasada la almohada no fue de lo más feliz, le regresaría la agresión, pero no, no era un niño para esta cayendo en eso, en serio que Stein nunca era fácil de comprender, era de los más difíciles de manejar en realidad, pero no podía hacer nada con eso por ahora. -Mm... Sería más fácil si dijeras lo que piensas.-

"¿Y de qué serviría?" preguntó de vuelta.

Realmente esperaba una especie de respuesta, porque no veía utilidad a intentar decir lo que pensaba, lo que sentía. ¿Qué iba a hacer Yves si le decía que estaba casado de vivir y de tener que lidiar con todas esas cosas? Que sólo quería cerrar los ojos y no abrirlos nunca y le molestaba sentir que no había alivio a su ansiedad constante.

Seguro sería lo mismo que cuando se lo confeso a su tío mientras lloraba. ¿Qué importaba? Sólo lo regañaría, le diría que no debía pensar así, quizás, que era un egoista y no pensaba en nadie... ¿Y quién pensaba en él!

Apretó las sabanas en sus manos y bajó la mirada para terminar su tarea de mala gana. Quiera a la persona frete a él, lo apreciaba, pero no había nada que él pudiera hacer por él. No había nada que alguien pudiera hacer salvo ayudarle a terminar con esa profunda desesperación en su pecho y... Casi se sentía al borde de las lágrimas.

¿Por qué no podía dejar de pensar!

-Posiblemente para nada.-, Declaro sin más, bueno un pequeño fallo de calculo a golpear con esa sinceridad a veces, pero no servia de nada mentir en realidad, él y su hermano pensaba lo mismo, aunque a veces también creyera que ayudaba, pero eso... Bueno, en realidad todo dependía de que humor se encontrara y una sutil mezcla de él y su gemelo no era la mejor opción para dar apoyo. -Pero al menos conocería tus pensamientos.-

Lo miró notándolo entre molesto y triste, parecía que Stein ahora fuera un mar de emociones a flor de pie. -…No soy de lo que se entromete en los pensamientos ajenos, pero en este caso deseo saber aquello que pasa por tu cabeza, Mm supongo que es una forma de dar señal de que te apreció, no soy muy buenos con estos asuntos en realidad.-

No se atrevió a alzar la vista, sentía esa calidez líquida en su nariz y labios, igual que en los ojos que le hacía saber que querría romper en llanto y no estaba del todo seguro de querer permitir que Yves viera eso, o que nadie lo hiciera...

Se le escapó un gemido suave y sus labios se contorcionaron en una mueca de dolor.

"Quie..." suspiró sintiendo un dolor en el pecho, donde el aire, así como todas las palabras, se agolpaban y eran incapaces de salir y lo ahogan y lo hacían querer despedazarse, con la esperanza de encontrar algún alivio, pero... ¿lo merecía?

Se llevó las manos al rostro en un gesto más bien infantil, cubriéndose los ojos antes de sentarse en la cama que acababan de arreglar, dando la espalda a Yves mientras le temblaban los hombros... Había empezado a llorar sin poder evitarlo.