Evento de dos

Tema: Re: Evento de dos Miér 29 Feb 2012, 10:27

Sentía a su corazón acelerado martillear en su pecho, sus labios temblorosos y enrojecidos suplicar por más placer, sus mejillas ardientes del fuego que consumía sus cuerpos, devorándolo cada vez más fuerte, más rápido, igual que las fogosas embestidas que el moreno le daba y las constantes atenciones que su virilidad estaba recibiendo, llevándole al límite.

Sus orbes ambarinas, que permanecían entrecerradas y nubladas de puro deseo, se cerraron repentinamente, dejando que sus largas pestañas acariciaran sus sonrojados pómulos, a la vez que tras sus párpados le parecía ver nubes de múltiples colores, y su cuerpo entero se tensaba y se arqueaba como un arco, haciendo que su entrada se contrajera palpitante, a la vez que de su masculinidad se escapaba su semilla manchando su cuerpo y el de su amante, y de entre sus temblorosos y rojizos labios se escapaba un sonoro gemido teñido del nombre de su amante, marcando la culminación de aquel acto, el orgasmo que recorrió su cuerpo, haciendo que alcanzase el paraíso con sus dedos.

Sus manos se aferraron a la espalda ajena en aquella cúspide de placer, manteniendo aún las placenteras embestidas mientras su acompañante llegaba también a la culminación de su unión.

Logró su perverso objetivo, le sintió tensarse y soltarse, le sintió ondular contra su cuerpo, temblando y entregado por completo al gozo carnal, al sudor, al sexo; el cuerpo del albino llegó entre ambos manchándolos con su esencia, el duque sonrió encantado mientras saboreaba de sus dedos el néctar de ese angelito.

Aferrado a sus caderas disfrutó de embestirlo un poco más en medio de sus contracciones, de sus espasmos y gemidos coronados con su nombre; su nombre en aquella boca resultaba deleitante; se vino dentro sintiéndose dueño de aquel cuerpo, de aquel pedazo de cielo, lo abrazó confiadamente terminando de llegar y besándole los lóbulos húmedos de sudor.

-Quédate así-

Quería sentirse dentro de su cuerpo hasta que el calor menguara entre ambos… después lamería de su torso los rescoldos de sudor y semen lentamente, a todas luces el duque no saldría de ese cuarto en un buen rato… a menos que fuera al lado del albino.

El moreno había sabido hacerle delirar de placer con cada uno de sus roces, de sus caricias, de sus besos y de sus embestidas, haciendo que todo a su alrededor explotase y que nada más a parte de su unión importase en aquel instante, provocando que se sintiera como en una montaña rusa y que aún y cuando el orgasmo había pasado una reconfortante tranquilidad llenó su espacio, cálida y perfecta, mientras el duque le rodeaba con sus brazos haciéndole sentir protegido.

Sus dedos se habían enredado en el azabache cabello, acariciándolo con absoluta parsimonia y placer, a la vez que su otra mano se dedicaban a acariciar la suave piel de su acompañante, dibujando figuras sin sentido por toda la dermis que eran capaces de alcanzar.

De entre sus labios se escapó un suave suspiro que expresaba el confort que el empresario le hacía sentir, y la poca prisa que tenía por separarse de él cumpliendo sin queja alguna con el pedido de su acompañante, permitiéndoles disfrutar de su cercanía, del calor de sus cuerpos y la sensación de plenitud que su unión había dejado tras de si.

Spoiler:

Registraba el sonido de la respiración confortable del ángel a su oído, el aroma almizclado del sudor mezclado, del semen derramado, de la piel que se fricciona, apoyando el rostro en la cuna de su cuello probó con su lengua el sabor fuerte de aquella piel desde su hombro hasta su oreja culminando con una mordida breve en el lóbulo de la misma.

Salió de él solo para tirarse en aquel improvisado lecho llevándoselo entre los brazos, el descanso, el confort… se quedo de ese modo apenas un momento, unos escasos segundos en que se dio el lujo de respirar lento, de abrazar aquel cuerpo de forma tierna; le recostó en el sillón de espaldas al mismo mientras apoyado en sus manos se posicionó encima… la obra era excelsa… su torso blanco con ligeras manchitas de su semilla, tal como se había prometido se deslizó a lamidas pro su cuerpo limpiando aquel néctar dulce.

Subió hasta su rostro una vez satisfecho, ofreciéndole los labios en un beso, y en el mismo el sabor de su propio semen.

No extrañaba la fiesta, se regalaba con aquella compañía, el cuerpo y su dueño, los ojos dulces, la boca rosácea.

Spoiler:

Todo en aquel instante le parecía perfecto, no deseaba cambiar nada de aquel momento compartido que le hacía sentir tan pleno, sentimiento que percibía que era compartido por el noble, aumentando así la sensación de calidez que inundaba su pecho, perdiéndose en el calor ajeno, en el suave roce de sus pieles y en el dulce olor a sexo que inundaba el aire que respiraban.

Sentía la cálida y relajada respiración de su amante contra su cuello, siendo repentinamente acompañada por la caricia de la húmeda lengua del moreno, arrancándole un suave ronroneó al sentir aquella dulce tortura. Segundos después un pequeño jadeo se escapó de entre sus labios al salirse la masculinidad ajena de su interior, extrañándola desde el primer movimiento de salida que realizó.

El repentino cambio de posición estaba siendo apenas procesado cuando la lengua ajena recorría su piel en afán de limpiar todo rastro de su simiente, volviendo a enfocarse en él en cuanto encontró que su labor había sido completada. Aquella posición le permitió al mayor vislumbras sus pálidas mejillas teñidas de un suave color rojizo, sus labios enrojecidos y ligeramente hinchados entreabiertos y sus finas y largas pestañas enmarcando sus orbes doradas, que se encontraban prendidas de los zafiros ajenos llenas de una mezcla de emociones y sentimientos que desprendía calidez por si misma.

Los labios ajenos fueron ofrecidos sin limitaciones ni condiciones, arrancando un suave destello de sus ambarinos luceros, antes de que sus manos se alzaran hasta el rostro del más alto, acariciándolo con dulzura y lentitud, permitiendo que sus dedos se enredaran en las hebras azabaches antes de juntar sus rostros, comenzando con un suave roce entre pieles, permitiendo segundos después que su lengua acariciara los pétalos ajenos, recorriéndolos detenidamente antes de unir finalmente sus labios en un dulce beso, invitando a la lengua ajena a participar en aquel enlace.

Spoiler:

Se fue depositando confortablemente sobre el cuerpo del albino, encontró que la curva de su cintura, el vientre plano se amoldaba magníficamente a su cuerpo, acomodándose con una pierna entre los muslos blancos y el torso despegado de su piel sólo lo necesario para tener una vista más amplia de aquella boca suculenta, de los ojos nublados y las mejillas pintadas.

Besó y chupó su boca, dejando en ese beso su esencia y haciéndose de su saliva dulce, de su lengua juguetona y deliciosa… se perdió en aquel beso, o se dejó simplemente anclar en él… lo mantuvo largo durante un buen rato sin ser consciente de ello, las manos del ángel revolvían su cabello, tocaban su rostro… las propias se deslizaban por su costado, por el huesito de la cadera que sobresalía deliciosamente, piel tensa y suave, como crema…

Abandonó aquel puerto para rozar delicadamente sus pezones, duros y rosáceos, jugó con ellos en sus dedos… hasta que por fin dejó en paz aquella boca, mucho antes de hacerla sangrar por los roces… pero si lo bastante rojiza y un tanto hinchada por las atenciones constantes de su boca.

-Hermoso ángel… blanco… muy blanco-

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