Carrera de patos

Estaba sentado en una banca cercana al río, donde había algunos árboles.

Llevaba sus lentes pues estaba leyendo Nada de la escuela, algo más tranquilo, una novela en la que no podía decir que tuviera demasiado interés, pues en alguna parte había perdido ese sabor agradable y se había vuelto predecible, pero seguía leyendo con la esperanza de que en algún punto lograra captar nuevamente su atención, que la historia diera un giro, ¡algo!

Pero, a escasas 20 páginas del final, no parecía que eso fuera a pasar.

Negó y dejó el libro a un lado, se quitó los lentes y oprimió ligeramente sus lagrimales en un intento de quitarles lo encandilado a sus ojos por causa del sol que se reflejaba en las páginas blancas. El pequeño detalle radicaba, en mayor medida, en no haberse fijado en dónde había puesto los lentes. Estando estos sobre el libro que levantó tan descuidadamente después, la próxima señal de su existencia que recibió fue la de esto cayendo frente a él... y a un pato.

Se quedó mirando por segundos al animal sin estar seguro de qué hacer, si esperar a que se fuera o qué, y el pato parecía en iguales condiciones, sin saber que hacer. Suspiró algo irritado y, en cuanto se levantó del asiento, el pato dio un par de pasos al frente.

-No... -sentenció bajito al animal, frunciendo el seño de sólo imaginar que... ¡El pato había cogido sus lentes!- ¡Oye...!

Oh, pero pensar en ir tras él había sido la peor de las ideas, pues sólo había ocasionado que el animalito se acobardara y, antes que soltar los lentes, sólo huyera con ellos al río... dejándolo boquiabierto.

-Oh, genial -renegó... ahora necesitaría comprar otros lentes.

Bufó molesto, negando antes de ver su reloj de pulso, notando que la vista cansada y los relojes análogos no se llevaban del todo bien.

-Oh, disculpe, señorita, ¿podría decirme qué hora es?

Spoiler:

--------------------------------------------------------------------------------

Se estaba levantando viendo, las nubes encapotaron el cielo y la lluvia seguramente llegarìa en breve.
La mañana estaba resultando tranquila, ya tenia algunas fotos, un pato pasaba delante suyo, y quiso sacarle una foto, pero iba demaciado rapido, cuando hizo un intento depararse acerco el zoom de su camara para verlo mas de cerca sus colores eran brillantes,tenia la boca media abierta y en ella transportaba algo, por mucho que quisiera no distinguia ver que era.
Empesaron a caer algunas gotas,el objetivo de la camara comenzò a llenarse de puntitos transparentes y el viento era mas fuerte.Se levanto y limpiò la camara
-Espero que no me estropee, murmurò, levanto la vista y un joven se acercaba hacìa ella, estaba algo despeinado por el viento, miraba continuamente su mano y parecìa algo enfadado,al acercarse le pregunto la hora y ella sonriendo mirò su muñeca, - Por supuesto son casi las 2 de la tarde.
Comprovò que el joven tenìa un reloj en su muñeca y no pudo evitar preguntarle - y su reloj.. ¿se le ha roto?.

Spoiler:

Agradeció, justo antes de notar que la mujer veía a su muñeca y notaba, como era de esperarse, su reloj, a lo que sólo suspiró bajo mientras se hacía el cabello para atrás en un intento de peinarlo.

-Mi reloj está bien, pero perdí mis lentes justo hace un momento y no tengo muy buena vista sin ellos, al menos no lo suficientemente buena como para leer las manecillas.

Sonrió como un gesto con el que esperaba más bien ser disculpado, volviendo su vista al lago.

-Parece que a uno de los patos le agradaron mis anteojos y decidió huir con ellos.

Los lentes los había dado ya por perdidos. Las aves y su gusto por las cosas brillantes siempre le habían provocado cierta desconfianza pero no pensó que tuviera que preocuparse realmente por eso, no hasta ese momento.

Había agradecido por que le dijeran la hora, quedándose un momento deliberando entre si debía o no ir de una vez a óptica, para que le tuvieran pronto algunos repuestos, después de todo, su trabajo le exigía leer, revisar los apuntes de los maestros y de algunos alumnos...

-Mejor voy de una vez... -dijo para sí antes de empezar a andar en dirección contraria a donde se encontraba la otra joven, dando apenas unos pasos antes de recordar que él llevaba algo más en las manos esa mañana-. El libro...

Se giró sobre sus tobillos para regresar por él, esperando que estuviera aún allí, que nadie lo hubiera recogido o se lo hubiera llevado. El libro no era tan bueno, pero la idea de quedarse a sólo unas páginas del final no le agradaba en lo absoluto, ¡qué ta si tenía un final interesante!

Pero todo indicaba que no era su día de suerte, pues al volver y buscar en la banca en la que había estado el libro que buscaba brilló por su ausencia, algo que le hizo instintivamente llevarse una mano al cabello y despeinarlo con cierto desespero antes de gruñir bajito para decidir que molestarse no era la solución a nada, respirar hondo y ver a su alrededor, por si podía ver a alguien con él...

Notó a lo lejos (porque su problema de la vista era para ver de cerca) a la persona que antes de le había dado la hora, decidiendo que nada perdería preguntando, porque quizás ella había visto a quien pudiera haberse llevado el libro, decidiéndose a alcanzarla.

-Disculpa -llamó a cierta distancia, tratando de llamar su atención, aunque dudando si ella voltearía, (lo malo de no saber su nombre)-. Ah... ¿tienes un segundo, perdón que te esté molestando pero... ¿de casualidad no viste un libro en la banca de allá? ¿o si alguien se lo llevó?

Silvaba una melodìa de las que solìa tocar en su piano,eso la hacìa recordar que no lo tocaba desde que llegò a Wimbledon y ya era hora de ponerse a practicar.

Apenas habìa dado algunos pasos cuando creyò escuchar una voz, mirò a los lados y no parecìa que hubìera nadie,
pero al girarse se encontrò de nuevo con el chico que anteriormente le habìa pedido la hora.

-¿Un libro?....abriò la cremayera de su bolso y metiendo la mano saco algo.-¿Te refieres a estè?,no sabìa
que era tuyo,lo encontrè en el banco poco antes de irme, y como no habìa nadie por allì decidì llevarmelo.

Su cara se sonrojaba por momentos de la verguenza ,extendìo la mano que sostenìa el libro con la intenciòn de que el hombre quisiera recuperarlo .

-Toma...siento haberlo cogido

Asintió para confirmar sombre el libro, sonriendo al ver que ella lo tenía, respirando aliviado, feliz de haber decidido animarse a preguntar, tomando el libro con una sonrisa en los labios.

-Gracias, pensé que lo había perdido y ya me faltaba tan poco para terminarlo -se tomó un segundo para respirar tranquilo, contento con el resultado de las cosas... o tan contento como se podía estar después de haber perdido un par de lentes.

Bueno, al menos no debía preocuparse de haber perdido también un libro.

-Me llamo Frederick -extendiendo su mano en forma de presentación, ligeramente apenado-. Perdona que te haya estado molestando con cosas...

-Un placer -respondió con una sonrisa antes de escuchar también el graznido de los patos, volteando a verlos, sabiendo que, aunque lo deseara, no podría identificar al pequeño ladrón, pero al escuchar la risa ajena, se obligó a quitar ese ceño fruncido que el recuerdo del hurto de sus lentes le había provocado.

-No, -comentó algo apenado, aunque con una pequeña sonrisa resignada-. Creo que desde que los llevó al agua los dí por perdidos. Ya después iré a la óptica por otros, al menos tengo unos lentes de contacto en casa, aunque no me gustan mucho.

Por un momento se sintió más pensando en voz alta, a lo que se disculpó con una sonrisa.

-¿Eres fotógrafa? -preguntó haciendo referencia a la cámara que había visto que ella llevaba antes.

-Seguramente lo será en cuanto le platique a alguien de ella -comentó con una sonrisa más sincera porque, en definitiva, ya se imaginaba las reacciones de incredulidad de otros al respecto y los posibles comentarios de cierta personita.

-Suena a un pasatiempo interesante -comentó sereno, hasta que un comentario de la persona frente a él casi lo hace reír-. Favor que me hace... No, no soy estudiante, pero si trabajo en una escuela. Soy profesor, subdirector.

La risa parecía contagiosa, porque más que molestarse por las reacciones ajenas, casi le provocan reaccionar de igual forma, aunque en su caso, más que reír, mostraba una de esas sonrisas que hacen que a uno le duelan las mejillas, claro que las de su acompañante debían doler aún más.

-Eso dicen -comentó en referencia a lo de paciencia, aun sonriendo-. Creo que es cosa de saber tratarlos, en mi caso, he tenido más dificultad controlando a algunos profesores que a los mismos alumnos.

Se encogió ligeramente de hombros.

-¿Es mucha indiscreción preguntar a qué te dedicas?

-Esta bien, todos necesitamos un pequeño tiempo de descanso de vez en cuando -comentó, un poco pensando en sus ocasionales salidas a darse un respiro.

La vio mirar su reloj y por reacción miró al cielo, como si quisiera corroborar que no fuera tan tarde, pero no tardando en volver la vista a su interlocutora, sonriendo ligeramente ante la pregunta.

-Más o menos, cuando necesito algo de aire fresco. ¿Tú? Vienes seguido

- Lo cierto es que no, es la primera vez que vengo por aquì,pero creo que volverè de nuevo, la compañia que se puede encontrar por aquì parece agradable.
Le contestò a su pregunta sonriendo, se quedò mirando al horizonte,el sol parecìa querer esconderse y sus rayos iluminaban parte del rio como si fuera una postal.

Cogiò de nuevo su camara y aprovechò la imagen para sacar una foto,en ese mismo instante el ùnico pato que quedaba, decidiò salir volando pasando delante del objetivo y quedando su silueta plasmada en aquella foto.

-¡Serà posible! parecè que hoy es el dià de estar fastidiando. Se quejò y frunciò las cejas como si esperarà que el animal le diera una contestaciòn,aunque este ya estaba demasìado lejos.

Girò su cabeza , hacìa el chico ya que le habià dado la espalda para sacar la foto.- ¿Has vistò? yo tambièn tengo quejas sobre el dichoso pato.Se tapò la cara con la mano que tenìa libre,sentià que acababa de hacer el ridìculo como si fuese una niña pequeña.

- Bueno....no quedo tan mal.Queriendo arreglarlo ,dirigìo la càmara hacia el hombre, como si esperara que èl opinarà ya que en ese momento se habìa quedado en blanco.

Se rió un poco al ver la reacción de la pelirroja, un pequeño arrebato que encontró de cierta forma encantador. Se acercó para ver la fotografía que había capturado, mostrando una sutil sonrisa por ella.

-Yo creo.... que de hecho se ve bastante bien -comentó tranquilo, sincero-. Tal vez no podría ser una postal, pero me agrada se ve, más viva, supongo.

Su cara cambiò de estar serìa a transformarse en una enorme sonrisa, al comprovar que el joven se reìa de su forma de actuar.

- Y que lo digas, vivo si que estaba el dichoso pato. Contestò con una risa al mirar la foto, cierto era que no habìa quedado tan mal,una anècdota màs de ese dìa.

- Te invito a tomar algo,asì podremos seguir hablando,si quieres...aunque tal vez... tengas cosas que hacer mas importantes.

Le dijo sin pensarselo dos veces, aunque temìa que su respuesta fuèse negativa,por què querrìa ir a tomar algo
con quièn apenas conocìa.

Hubo un momento de silèncio, mientras guardaba la camara en su bolso,esperando la respuesta del muchacho.

Se rió por lo bajo, asintiendo a la idea, del que el pato estaba bastante vivo, pues... estaba, realmente.

-No, está bien, no tengo mucho que hacer -comentó con tranquilidad, restándole importancia-. Quizás podrías hablarme más de lo que haces... estoy libre hoy y, bueno, una conversación con alguien agradable siempre ayuda a relajarse.

Miró al rededor, como tratando de ubicar algún lugar que llamara su atención, sin estar muy seguro de haber encontrado alguno.

-Mmh... ¿dónde te gustaría?

Sonriò al ver que el hombre habìa aceptado su invitaciòn y que le interesara saber algo mas de ella,ya que su compañia le agradaba cada vez mas.
Comprovò como el sonreia muy levemente, recordando al pato sin duda.

- No tengo ni idea,llevo muy poco viviendo en este lugar y apenas conozco mucho este sitìo, pero si no me equivoco.... cuando venià hacìa aquì, me parecìo ver una cafeteria con una terraza.

Dijo mientras miraba de lado a lado intentando hubicar el lugar donde se encontraba el cafe.

- Pero si tu sabes a algun otro....

-Descuida, creo que sé que cafetería me dices -comentó luego de hacer algo de memoria, dando un par de pasos invitando a Isabella a hacer igual antes de continuar-. Si mal no recuerdo, esta por aquí.

Espero hasta que ella se acercara para poder seguir andando, en el camino ubicándose cada vez más, igual, si no hallaba ese lugar específico, siempre había otros sitios a los que pudieran llegar de paso.

-Entonces, ¿te mudaste hace poco? ¿por dónde vives?

Aceleró su paso hasta ponerse justo al lado de Frederick, y asintió con la cabeza antes de responder a la pregunta que este le había hecho.

- Si muy poco, estoy viviendo en Wimbledon,parece una zona bastante tranquila.

Hablaba sin dejar de mirar hacía el rio, ya no quedaba nádie por allí, ni patos ni gente que paseara y empezaba a refrescar. -
La verdad es que necesitaba un gran cambí...¡ aatchiss!, se tapó la cara con las manos para evitar volver a estornudar terminando la frase que había comenzado.

-Lo siento, pués eso que necesitaba un cámbio radical en mi vida y aquí estoy. Sonrìo al terminar la frase arqueando las cejas hacía arriba, para acabar haciendo una especíe de mueca simpática.

- ¿Y tú.. vives cerca de aquí ? como me dijistes que solías venir a menudo por este lugar..¡ aatchiss !

Sonrió ligeramente, aunque sus cejas se curvaron en sutil preocupación.

-Esperemos que no te hayas resfriado -comentó buscando un pañuelo para ofrecérselo antes de contestar-. En realidad vivo en Greenwich, a unos minutos en auto, pero trabajo por aquí, así que a veces vengo del trabajo aquí.

Era una charla casual, de las que le agradaba llevar y estaba bien mientras caminaba al local que recordaba.

-Y... ¿puedo preguntar por qué la necesidad de un cambio tan radical? ¿O es algo muy personal?

-- Gracias, yo también espero que no lo sea,no me gustarìa nada,tener que estar resguardada en casa esperando que se me pasase. Contestó a la vez que estiraba la mano para cojer el pañuelo que le estaba ofreciendo y contestar a su pregunta.

- Eso es algo largo de contar.. pero intentaré resumírtelo lo más breve posible.

Hizo una pausa antes de continuar,dudaba si debería contárselo o sería mejor que no, al fin y al cabo, no era álguien que conocíera de hace mucho tiempo,pero algo la hacía confiar en él.

-Por donde empiezo...digamos que mi trabajo y mis proyectos estando en Itália, no iban como me hubiése gustado, eso me causó muchos problemas,junto con una relación de pareja que no iba a ningún sitió y que acabó mal.

Se mantuvo unos seguntos callada y frotandose los brazos,sin dejar de caminar junto a Frederick,resopló como si sintiéra que lo que iba a decir a continuación haría que se viniése abajo recordando lo sucedido.

- Y por último el fallecimiento de mi madre en un accidente muy feo,eso fué la gota que colmó el vaso. Se paró en seco y mirando al cielo con los ojos asomando una lágrima ,cogió el suficiente aire como para continuar.

- ¡ Uuff !, eso fué demacíado para mi... y el seguir viviendo en ese mismo lugar,me hacía revivir lo mismo todos los días, y decidí irme y dejarlo todo atrás... y aqui estoy.