Entonces...

Entró con su pequeño acompañante, la taberna era mucho mas tranquila de día. El karaoke no estaba para usarse y la mayoria era gente que, como él venía de su trabajo a tomarse un trago antes de volver a su casa.

Fue con el menor hasta la barra y le sonrió a la señorita que estaba atendiendo en ese momento, una que reconocía a fuerza de haber ido en otras ocasiones.

-Hola, tenía tiempo de no verte, ¿qué tal va todo? -preguntó casual, como si hablara con una vieja amiga, a lo que la chica sólo le sonrió y negó suavemente con la cabeza, pensando que trataba de coquetearle. Él no se dio ni por enterado-. ¿Me puedes traer un refresco de punche...? Y lo que quiera mi amigo.

Estudió la facilidad de palabra de Derek, aún molesto por la burla de hacía un rato. Se sentó en la barra a lado del rubio y esperanzado que así se vería tal vez un poco más alto volteó rápidamente hacía él. Era una lastima que los altos, no importa donde estuvieran, siempre serán altos. Se volteó con la chica sonriendole tambien.

- Me contaron de cervezas famosas que podría probar en Inglaterra, ¿Tiene Lager, Pale ale, o stout? - Notó la duda en la cara de la chica- Si no, cerveza de barril. ¿O algo con ron?

La chica solo miró por un momento a Derek como preguntandose si el chico hablaba en serio, a lo que Derek sólo se encogió de hombros.

-Ok... -dijo sin más, seguramente la única palabra que le sacarían en esa noche, y se returó para traer lo que habían pedido... o algo así, dejándole un tarro con cerveza de barril al menor y una soda al mayor para retirarse sin tener idea de qué rayos con ese par... No era su asunto.

-Ni yo estoy familiarizado con esas cosas y soy varios años mayor que tú -comentó sin pensar mucho, mirando la bebida del chico-. Ah sí, me decias que... ¿vienes a bibir a Barnes?

Tal vez no fue su intención en ese momento, pero estaba tan sediento que tiró sus cosas a un lado sin importarle los golpes que producieron, tomó el tarro y volteó a Derek sonriente y, de nuevo, satisfecho.

-Si, soy de España- dijo- Me habían platicado de Inglaterra y más especificos de Barnes, que al no tener nada más que hacer allá decidí comenzar una nueva vida aqui. Pensé que sería divertido.

Le dio un sorbo al tarro dejandose algo de espuma en la boca, siguió hablando.

-Me topé a un trailero que me platicó de la cerveza de aqui.- se limpió la espuma- Luego otro me platicó del té y la comida, uno me habló de la música, y otro del arte. Fue un viaje largo, pero divertido... o bueno, en su mayoria. - señaló su mejilla algo hinchada- pero son los riesgos de estar en las calles solo. Sobre todo cuando eres tan pequeño... no digo que yo sea pequeño. Mmm... Deberías probarla.

Dejó el tarro vacío a un lado y llamó a la cantinera.

-Otro, por favor. -Y continuó - El problema es que no conozco a nadie que viva aqui. Aunque tu me recuerdas a uno de esos traileros que me transportó hace días.

Miró como lanzaba despreocupadabamente sus cosas y escuchó lo que le parecía el llanto de algna guitarra, haciendolo hacer una pequeña mueca, casi de dolor, por las cosas que había dejado por allí, pero que olvido luego al volver su vista al mocoso, quedando casi perplejo por su corto relato.

¿Quién se muda de ciudad sólo porque no tiene nada más que hacer?

Alzó una ceja ante aquello, pero no dijo nada, dejandolo continuar, mirandolo intrigado, y hasta algo preocupado por eso de que el niño anduviera por allí solo en lugares donde, evidentemente, había bravucones. y eso de cargar con todas sus pertenencias él solo con su alma... cómo que no.

-Paso -dijo casi en automático, sentandose completamente de lado y recargando un codo en la barra y su mejilla en el dorso de su mano-. Así que ni siquiera tienes dónde quedarte... Tsk.

Chistó los dientes, cerrando los ojos y dandole un pequeño trago a su bebida antes de dejarla nuevamente en la barra, sólo para darle un buen zape a la cosa naranja que tenía enfrente y señalarlo como si hablara con un niño... o un animalito.

-Muy mal.

Lucky se llevó la mano a la cabeza con una expresión entre desconcertada e indignada, pero más desconcertada, se acarició el golpe acomodando su cabello. Miró su tarro pensativo, ahora que se lo habían dicho de frente comprendió que sí estaba mal lo que había hecho.

- Yo… bueno, ¿Qué puedo decir? Tenía tanta urgencia en irme que no pensé en nada mas -Parecía un cachorro regañado, y se sentía como tal. Continúo en voz baja- Tengo que buscar donde vivir...

Dio una vuelta en su banco para admirar la taberna, seguro por las noches se volvería una verdadera fiesta, el sólo pensarlo le hacía sonreír. Volteó de nuevo hacía el rubio.

- Pero basta de mí. –Le dijo- Háblame de ti. ¿Tienes mucho viviendo aquí? Cuéntame, ¿Qué es lo que haces en la vida para ser feliz?

Se escuchó a si mismo y sintiendose avergonzado. Había hecho una pregunta muy cursi.

Su expresión se ablando un poco cuando lo vio de cierta forma arrepentido, sino, al menos más conciente de su error, como lo que era, un chico en problemas, y soltó un suspiro. Necesitaba buscarle donde vivir y... ¡Oh! Podía...

Antes que abriera la boca para ofrecer algo, el otro se le adelanto, preguntando pequeñas cosas que lo hacían sonreír, y reir poco después.

-Tengo mucho viviendo aquí, como... toda la vida. La casa de mis padres esta en esta zona y aunque hace un tiempo que no vivo con ellos, soy muy apegado a mi familia, así que me busqué una casa cerca de su casa. Y... de hacer.

Se quedó pensativo un momento, mirando al techo de la taberna, la pregunta, expresada así, era difícil de contestar, pero trataría de hacerlo lo mejor posible.

-Soy mécanico, pero hago también otras cosas, reparo cosas, cuido de mis hermanos... o algo así, les llevo antojos a mis padres y a veces alimento animales callejeros -luego sonrió y miró al pelirojo a su lado-, también rescato niños perdidos en mi tiempo libre.

Entre más escuchaba al muchacho más se convencía de lo buen tipo que era, y eso lo hacía sentirse tranquilo. Fue hasta que el rubio terminó de hablar que Lucky sintió el sonrojo apoderarse de sus mejillas, era iluso sí, pero al menos sabía a lo que se refería. Jaló lo mechones del flequillo de su cabello tratando de ocultarse detrás de ellos.

- No estaba perdido - refunfuñó- Sólo no sabía a dónde ir.

Y realmente no tenía a donde ir.

No perdió la sonrisa del rostro, pero un poco de ternura se reflejó en sus ojos para el niño.

Él técnicamente no tenía los recursos para mantenerlo, pero tenía un lugar con suficiente espacio para ambos, tal vez no con dos camas, mas estaba seguro que un sillón era mejor que el piso, y un techo, mejor que un puente, o algo similar. ¿Qué daño podía hacer?

-Si quieres puedes quedarte conmigo -dijo con cuidado, para no ofenderlo, de alguna forma-. Tengo un graaan sillón en el que cabrías muy bien.

Aunque no es que necesitara un sillón tan grande para eso... Y no es que lo fuera a decir en voz alta.

La propuesta le agradó completamente. En realidad no esperaba que en su primer día en Barnes consiguiera un lugar donde dormir, por lo que se sintió feliz.
Pero Lucky era demasiado orgulloso para aceptar así nada más. No le gustaba mucho la idea de depender de alguien, aunque era demasiado bobo como para valerse por si mismo. Tal vez no sólo quedarse sin más, podía dar algo a cambio para pagar su estancia en la casa de ese buen hombre.
Lo pensaba demasiado.

- Podría... - decía meditandolo- Digo, acepto... ¡Pero puedo hacer algo a cambio!

Se mordió los labios retractandose, siempre que decía algo así terminaba haciendo "trabajos" no muy agradables para él, prefirió explicarse antes de causar malentendidos.

- Sé cocinar y limpiar. Seré ordenado, no te causaré molestias. Lo prometo.

Y volvió a sonreír mientras extendía la mano.

El mocosito le agradaba, así como sus reacciones que parecían tan, pero tan sinceras, así como la cantidad enorme de expresiones que parecieron pasar por ese rostro en una nada de tiempo.

-Cocinar y limpiar -repitió con una gran, amable y contenta sonrisa-. Suena bien para mí, sobre todo porque no tengo tanto tiempo libre. Bien, puedes quedarte, pero habrá algunas reglas, ¿de acuerdo?

Y no es que fuera a dejarle todo lo de la limpieza y cocina al chiquillo, pero eso ya lo verían sobre la marcha, había cosillas más interesantes y, aparentemente, indispensables, que aclarar antes.

Lucky reaccionó. ¿Reglas? No es como si la palabra le gustara demasiado, pero era de esperarse, mientras no le pidiera -u obligara- a hacer algo extraño, aceptaría cualquier cosa.

- Estoy de acuerdo, eres el jefe. ¿Cuales serían?

"Por favor, que no sea nada dificil" Suplicó mentalmente.

-Regla número uno: No acabarse el agua caliente. Soy fan de las duchas largas. Dos: Los comics no se tiran, aunque parezca que se estén deshaciendo y... Tres: los domingos son de caricaturas, sin excepción.

Sonrió, porque no eran realmente reglas las que estaba diciendo, eran más como datos de sus costumbres, de como manejaba su día y cosas que, pese a compartir su casa, no quería tener que cambiar. No eran difíciles del todo, así que no debía ser tan difícil...

-¡Oh! Y algo más, indiscutible si vas a vivir en mi casa. Jugarás video juegos conmigo.

Lucky sonrió relajado, realmente era afortunado de haber encontrado a alguien como Derek, y agradecía infinitamente a quien sea que lo hubiese puesto en su camino.

- ¡Me parece perfecto! Pero tendrás que enseñarme, jamás he usado una consola, pero en casa veía las caricaturas con mi mamá y me gustaban mucho. - hizo una pausa- Si prometo ser cuidadoso con tus comics, ¿me dejarías leerlos? Aunque se me dificulta leer en ingles, pero podrías enseñarme.

-Claro, de todas formas sólo tengo un joystick -admitió con una sonrisa, casi burlándose de sí mismo-. Luego compró otro. Y sí, puedes ver mis comic, son viejos, la verdad, pero... de los viejos que no tienen valor ni son de colección ni nada. Pero son entretenidos, igual, no parece que tengas muchos problemas con el idioma... hasta ahora.

Se puso a buscar entre sus cosas su cartera para pagar la cuenta, mientras continuaba hablando.

-¿Qué te parece si vamos de una vez a la casa, para que la conozcas? No esperes la gran mansión, pero... bueno, es agradable.

- ¡me encantaría!

El pequeño se levantó de un brinco, no sin antes dejar unas monedas en la mesa.

- No cuento con mucho, pero dejame aunque sea darte un poco, no me hace sentir bien que me presten dinero. Cuando consiga un trabajo pagaré mis gastos.

Cantaba para si mismo en español lo feliz que era por ya no dormir en la calle, bailoteando hasta tomar sus cosas. Se detuvo y miró al hombre con una gran sonrisa espectante. Parecía un perrito moviendo la cola de alegría.

Sonrió ante las reacciones del menor, tan cristalinas que podían hacerlo reír, ponerlo contento, era extraño, le dejaba cierta satisfacción el saber que podía ayudarlo, porque él lo apreciaba, porque lo necesitaba y... ¡Ah, como le encantaba la gente feliz!

Pagó la cuenta y se puso de pie, invitando al menor a seguirlo.

-No te preocupes por eso ahora, debes empezar por adaptarte un poco, luego ya veremos como arreglar lo de un trabajo. ¿Necesitas ayuda para cargar algo?

Debía admitir que aunque no traía tantas cosas, si eran un poco pesadas para un cuerpo tan pequeño como el suyo, y para el rubio no sería un problema cargar con una de sus mochilas, pero no, era pequeño pero no debilucho.

- Yo puedo, ya he abusado mucho de tu hospitalidad.

Sonrió triunfante por su ligera muestra de gallardía, que no vio por donde caminaba y chocó con una de las mesas tropezandose con una de las patas de una silla dejando un rastro de golpes y tropezones hasta que el suelo lo paró de su accidentado trayecto a la salida.

- Lo siento -lloriqueó desde el suelo a la mesera, a Derek y a quien sea que lo estuviera viendo.

-Bueno...-respondió, aunque no muy convencido, viéndolo cargando todo eso, empezando a caminar fuera cuando escuchó el sonido de golpe a su espalda y sólo cerró los ojos ante los sonidos que llegaron después a sus oídos, volteando poco después para encontrarse con el pequeño en el suelo y sus cosas por allí también.

Suspiró, disculpándose también, arreglando la silla que el otro había tirado y ofreciéndole su mano para levantarse.

-¿Sabes? para ser alguien que se llama Luck, no tiene mucha suerte que digamos.

Tomó la mano del rubio y lo siguió.

- Esto no es nada comparado a caerte de un autobus o a ser perseguido por perros bravos. - Dijo suspirando - el haber llegado vivo aqui ya es suficiente suerte para mi... - Llevó una mano a la cabeza para sobarse el golpe- ¡Auch! ... Por lo menos soy optimista.

Ni siquiera se permitió a sí mismo imaginarse ninguno de los dos escenario. Por el bien de su corazón, mejor no hacerlo.

Sólo negó y caminó un poco más, esta vez detrás del menor, guíandolo poniendo sus manos en sus hombros y "empujándolo" suavemente para mostrarle por donde ir.

-Lo que necesitas es un largo baño caliente, ropa limpia y comida. Unas ricas magdalenas y chocolate caliente, eso necesitas.

Se imaginó el sabor de las magdalenas y del chocolate y se le hizo agua la boca, ya estaba ansioso de llegar.

- Vale. De nuevo muchas gracias.

Y siguió así, alegre y sonriente.

Sonrió y sólo lo siguió guiando hasta su casa, pequeña, pero funcional para un solo habitante... quizás hasta dos y con algunos problemas, hasta para tres. Pero siendo dos, debían estar bien.

Todo estaba arreglado y limpio, porque Derek se encargaba de mantenerlo así. Sólo había una recámara con una cama matrimonial que alguien le había regalado, la base al menos, el colchón lo había comprado él, por su puesto. había algunas cajas de herramientas en el suelo, cerca de la puerta y bajo una mesita, una modesta salacomedor, una televisión mediana y una consola de Nintendo 64 en el piso con el control en rollado a su lado.

Una cocina casi al fondo, una pequeña alacena, un cuarto de baño y nada más. Al menos eso era lo que destacaba a la vista.

"Mmh.. Ven, vamos a ver si mi hermano dejo algo de ropa para que te cambies"

La modesta casa lo hacía sentirse muy cómodo. Sus experiencias en casas ajenas no siempre fueron bastante gratas como para ser recordadas. Pero esta vez era diferente, podía sentirse la serenidad en todos lados, supuso que podría confiar en Derek.

Dejó sus cosas en la entrada y se acercó a cada cosa para verla con emoción, la tele, la cocina, el baño, todo era mucho mejor de lo que se había imaginado en su camino a Scarlet.

Siguió a Derek contento. ¡Hasta le prestaría ropa! Tenía que encontrar una forma de agradecerle.

- Muchas gracias, prometo no darte muchas molestias -dijo agarrando su playera y arrugandola de forma nerviosa- Eres tan bueno conmigo, si quieres que te lo compense de alguna forma puedes pedirmelo.

Normalmente esa frase era el pie a una situación incomoda para el pequeño, pero confiaba en que Derek fuera diferente a los otros hombres con los que se había topado anteriormente.

Y cerró los ojos preocupado por la respuesta.

Lo vio nervioso mientras él hurgaba en sus cosas buscando ropa de su hermano, que igual era seguramente algo más alto que Lucky, al menos con los cálculos que hacía al verlo.

Era tierno de cierta forma, y pensarlo así le daba algo d confianza para tenerlo en casa... que si lo pensaba, quizás si era algo peligroso meter a un extraño a su casa, pero, si e verdad no tenía un lugar a dónde ir, ¿no sería muy tonto desperdiciar la oportunidad de quedarse en un lugar fijo por algo de dinero?

Pero le estaba dando muchas vueltas a la idea.

-No te preocupes... con que me ayudes con la limpieza de vez en cuando, mientras encuentras trabajo, creo que estaré bien. Sólo no vayas a robarme o algo -comentó medio en broma al encontrar un conjunto de su hermano, unos pantalones que quizás a Lucky le quedarían holgados, no sólo por ser algo más largos que sus piernas, sino porque su hermano era... bueno, más llenito, y una camisa blanca con rayas horizontales rojas a la altura del pecho... Nada especial.

-A ver, ¿crees que esto te quede?