Primeros Pasos

Caía la tarde cuando el recién llegado dio sus primeros pasos en la ciudad. Venía caminando, con mochila en mano y su guitarra en la espalda, su ropa sucia y maltrecha indicaba que ya tenía varios días a pie.

Viajó desde España hasta Inglaterra guiado por los cientos de historias que su madre le contaba acerca de su ciudad natal y el barrio que era su hogar; sabía hablar ingles por lo que pedir indicaciones no fue un problema para él. Sin embargo, en su trayecto se encontró tanto a personas buenas que lo ayudaron en su camino, como personas malas que sólo lo perjudicaron.
Tenía un golpe en la mejilla, digno de un muchacho escandaloso que defendería lo suyo. Sus pocas pertenencias seguían en su lugar pero no le quedaba mucho dinero, lo suficiente para sobrevivir por unos días...pocos días.

Llegó a un barrio bajo, preguntando a los transeúntes donde se encontraba, al parecer finalmente había llegado a Barnes, por lo que pudo sentirse tranquilo, era el barrio donde vivió su mamá de joven.

Ya estaba ahí, tenía que empezar a moverse.

Sacó el poco dinero que había en sus bolsillos. Primero debía buscar donde vivir, tal vez primero un trabajo, ó tal vez primero comida… Trató de pensarlo mejor y tragó saliba, su garganta estaba seca, y sus prioridades se reordenaron .

- Un trago, sí, eso debería ser primero.-se dijo andioso.

Siguió caminando si rumbo fujo, y duró así unos minutos. Pero el joven no era bueno con las indicaciones así que debía admitirlo:

- Estoy perdido.

Iba ya de vuelta del trabajo, algo mugroso, manchado de aceite y eso.. pero bien. Había sido un buen día, le había ido bastante bien y estaba satisfecho con todo. Con el clima, con su trabajo, con la vida y... si, se sentía ligero y feliz.

Pero tan concentrado estaba en su felicidad que terminó chocando su brazo contra alguien que pasaba cerca de él.

-Oww.. ¿todo bien amiguito? -preguntó al verlo de espalda y suponer que se trataba de un chico de unos doce. Ni siquiera había tomado demasiada importancia a las proporciones de su cuerpo.

Sostuvo su mochila para evitar que esta se cayera de su brazo y miró al enorme sujeto que estaba a su lado, se quedó un poco sorprendido, era la primer persona con la que hablaba en el barrio y era emocionante para él, pero entonces "digirió" el comentario y algo no le "supo" bien.

-¿Amiguito? - resongó.

Respiró hondo haciendo el mapa a un lado y volvió a admirar al hombre. Lo recorrió de todo a todo, su ropa, su altura, pero lo que más le llamó la atención fue su largo cabello. No se veía un mal tipo.

- Estoy perdido. ¿Usted es de aqui? ¿Puede ayudarme?

Cuadno el otro contestó, algo en su voz le hizo recapitular y, entre por el tono de queja y el verlo bien, notó su error, pero prefirió no decir nada, aunque... ¡que bajito era! Como Loran, el reposterito de la otra vez... bueno, ese chico no era tan bajito como Loran, pero igual. Qué curioso.

-Ah, claro, ¿a dónde quieres llegar? -se acercó al ver el mapa que llevaba. Algo muy típico de los turistas pero... no estaban precisamente en la zona turística de Londres-. ¿Vas a visitar a alguien?

Notó la ligera sonrisa burlona que el sujeto hizo al examinarlo y pensó en ponerse a la defensiva. Pero necesitaba ayuda si es que quería conseguir, por lo menos, un lugar donde dormir esa noche.

-No, en verdad...-curvó los labios sonriendo triunfante, sería la primera vez que lo diría- Voy vivir aqui.

El simple hecho de decirlo lo hizo sentirse satisfecho y feliz. Pero lo primero:

-Pero acabo de llegar, y tengo sed... ¿Sabes de algún sitio donde pueda beber algo? En verdad no conozco para nada este lugar. ¡Y este maldito papel no me sirve! ¡Ni siquiera sé donde puedo comer, o dormir, o hacer algo!

Notó que se estaba quejando, y miró al sujeto de nuevo, no pudo evitar sonrojarse por su propia actitud infantil. Pero ya no era un niño, ya estaba "grande". Frunció las cejas molesto de si mismo, al tiempo que miraba hacía otro lado.

-Perdone.

Sonrió no muy convencido. Barnes no era tan mal lugar para vivir, es decir, el vivia allí pero, tampoco era la gran cosa. Bien por el chico si le agradaba, no diría nada, tampoco lo desencantaría. Era "lindo" de cierta forma su emoción... y luego empezaron las quejas que tanto le recordaron a su hermano.

Sólo faltaba un "y no tengo nada que ponerme y por eso le tuve que pedirles prestado a ellos y ¡tienes que ayudarme porque eres mi hermano!" Oh, pero ese "perdone" fue la cosa más, más encantadora que pudo haber hecho luego de su pequeña demostración de caracter, y no pudo evitarlo esta vez, tuvo que soltar una suave risa que, más que burlona, era una enternecida.

-Parece que has tenido un viaje difícil... ¿aceptarías la invitación de un buen samaritano para ir a comer algo? Conozco un lugar muy rico y barato. Si me cuentas un poco de ti, podemos pensar en algo sobre lo demás, tu sabes, "dormir y hacer".

Abrio los ojos sorprendido. ¡Que buena gente era la gente en Barnes!

-¡Me encantaría! No como mucho, así que no le haré gastar mucho dinero. Lo prometo. -lo pensó recordando los tipicos regaños de que su madre le daba cuando el niño no se contenía y bajó la cara- lo siento, yo... no quiero molestarlo. ¡Pero aún tengo algo poco de dinero! Tome, tome, pago mi parte.

Sonrió contento, ¡finalmente comería! Aunque lo que su estomago más buscaba no era la comida, si no el alcohol.

- ¿En ese lugar venden vino o algo así?

Y, emocionado, se acomodó sus cosas listo para ir a donde sea que le guiasen.

-Wow, wo.. calma -dijo algo risueño, encantado con el muchachito que, en definitiva, era igual en modos a su hermano-. Dejalo así, tal vez lo necesites después, además, ¿qué es una comida entre amigos? ´-preguntó guiñándole un ojo, hacienle una seña de que lo siguiera, aunque no muy seguro de si responder la pregunta que le siguió-. ¿Vino? Pues... venden algo de alcohol, pero no necesariamente vino. ¿Por?

¿Otro briago? Esos niños.

-Por cierto, ¿cómo te llamas, chico nuevo?

-Lo que sea que esté fuerte estará bien.

Lo siguió caminando muy rápido, todo lo contrario al hombre delante de él . Tenía que dar por lo menos dos pasos para alcanzar un sólo paso de él. Maldijo sus piernas cortas pero se olvido de ellas cuando finalmente lo alcanzó.

-Soy Lucky...-sacudió la cabeza- ¡No! Luck. Me llamo Luck.

Musitó un "maldición" entre dientes.

-¿Y tú? ¿O usted?... ¿Puedo llamarle de tú?

-¿No estas muy chico para andar tomando? -preguntó en un tono de hermano mayor que no se convencía del todo de dejar a su hermanito caer en vicios.

Negó levemente en una especie de "tú sabes", mientras seguía caminando y... escuchando su peculiar presentación, volviendole la sonrisa al rostro. Sí, justo como su hermano.

-Derek, y hablame de tú que no estoy tan viejo, mocoso -bromeó, revolviendole el cabello al menor antes de volver a ver al frente-. Aquí es... pequeño, acogedor, rico y barato.

Admiró lentamente el lugar un momento, dejó su mochila en el suelo, se peinó de nuevo el cabello sonriendo un poco, realmente le parecía un gran sujeto, Luego esas palabras se repitieron en su mente.

-¡¿Como que mocoso? ¿Y pequeño?! -Exclamó exaltado- No soy tan chico ¿sabes?... ¿Como cuantos años crees que tengo?

Tomó de nuevo su mochila y acomodó su guitarra, suspiró pesadamente.

-Ah~ Los viejos de estos días. -Contraatacó.- Vamos, entremos, muero de sed.

Spoiler:

Se rió abiertamente de su reacción, tan trasnparente e infantil que le parecía encantadora en verdad.

-Podría decir que unos 15 más o menos... por tu estatura, unos 12, por tu actitud... unos 10, más o menos -dijo haciendo un ademán con la mano donde "tanteataba" aquello, burlandose en una especie de juego, entretendo-. Pues apurate.

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