[Pierre - Lemon] Conociéndose

Lemon

Pocos minutos después de abandonar la taberna-karaoke ya se encontraban delante de su bloque de apartamentos con el pintor, cruzando la puerta del lujoso edificio, intercambiando un breve saludo con el portero, sin importarle lo que aquel hombre pudiese pensar de él o de su compañía, al fin y al cabo sabía que lo único bueno de los altos estratos era la discreción, nunca nadie decía nada, consideraban la apariencia demasiado importante.

Condujo a su acompañante hasta el ascensor, pulsando el botón de la octava planta, siempre le habían gustado los pisos altos, más tranquilos y mejores vistas. En cuanto las puertas se cerraron acercó su cuerpo al de su acompañante, con una sonrisa depredadora antes de robarle un húmedo y candente beso, pidiendo permiso para explorar aquella cálida cavidad, internando su lengua para bailar con la ajena en cuanto el permiso le fue concedido, manteniendo sus caderas unidas gracias a sus manos que aferraron aquella estrecha cintura, disfrutando de aquel contacto y de la sensual lucha que acontecía en territorio ajeno. En cuanto el aparato se detuvo el beso llegó a su fin, con un último roce entre sus labios antes de guiar al mayor hasta su piso, abriendo la puerta con las llaves que luego se encargó de guardar en una cajita de madera que había en un mueble del mismo material de la entrada.

El piso estaba suavemente iluminado por las luces que entraban por el balcón del gran salón-comedor, dejando ver el contorno de los muebles y algunos marcos. A la derecha había dos puertas, la primera estaba abierta y dejaba entrever una cama matrimonial, indicando que aquella era la habitación, la segunda estaba cerrada y pertenecía a un estudio con mesa y estanterías de roble, las cuales estaban llenas de libros. A la izquierda había dos puertas más, la más cercana daba a una amplia y funcional cocina, y la segunda a un baño de suelo y mobiliario blanco, aunque la puerta a este también estaba torneada. La entrada en la que estaban se unía al salón-comedor por un corto pasillo de un par de metros, los suelos eran de parqué, las paredes de una tonalidad clara que no podía distinguirse a causa de la falta de luz, decorada con diversos marcos en los que podían apreciarse diversos paisajes, como por ejemplo la ciudad de NY de noche. También había un sofá negro de cuero, una mesita baja de cristal, un equipo de música, y algunos estantes con discos, libros y fotografías suyas con diversas personas, la mayoría de su época en la academia y en el departamento de policía de NY. ¿Las fotos con su hermano? Tenía una en su habitación, en la mesita de noche, las demás estaban en un álbum bajo llave en su estudio, igual que las de sus padres, aunque una de la familia completa se podía apreciar en un rincón de la habitación. La rectangular mesa del comedor, igual que las cuatro sillas que la rodeaban, era de una robusta madera.

A pesar de la apariencia cara del mobiliario se veía como un lugar cálido y acogedor, se notaba que era recién estrenado y que no vivía nadie más que su dueño, pero era confortable y práctico, todo lo que él buscaba y necesitaba.

Todo fue demasiado rápido, antes de siquiera poder notarlo ya estaba en la entrada del edificio, con aquella mirada perdida, curiosa, paciente y cautelosa. Observando cada detalle con evidente deleite y curiosidad, no porque no conociera nada asi, sino porque le soprendía lo lujoso y limpio que estaba todo.

Su sonrisa lo estremecio, su beso le erizo la piel y la manera en que se aferró a sus caderas, en que su cuerpo se pegó al propio despertó el placer en su cuerpo, jadeó besándolo apasionadamente, devorandose sus labios con sensualidad. Besaba tan bien que todas las dudas se disiparon de su mente sin siquiera poder evitarlo.

El departamento era simplemente sublime, nada más entrar se dedicó a ver sin disimulo todo lo que lo conformaba, curioso acercándose a cada cosa que tenía cerca. Era uno de aquellos departamentos que gritaban "soltero", de esos lugares que siempre soñó con tener y que nunca había hecho gran cosa para obtener.

-Tienes un departamento hermoso-comento con una sonrisa coqueta

Dejó el celular y la cartera en el mueble donde había dejado las llaves, pero no se deshizo de la droga que traía en el pantalón. Se acercó a él sin pensarlo demasiado y acaricio su pecho y sus brazos sugestivamente antes de buscar otro beso, paso ambas manos por su cuello para pegarlo a su cuerpo.

Spoiler:

Sintió como el mayor se derritió en aquel beso en el ascensor, quedándose deseoso de más, deleitándose por el cálido contacto entre sus cuerpos, disfrutando hasta del más mínimo rozo. Su mirada se deleitó con la curiosidad que el francés mostraba al entrar en su hogar, permitiéndole que mirase tanto como desease, al fin y al cabo no tenía nada que ocultar. Dejó que su acompañante abandonara sus pertenencias en el mueble de la entrada, y entonces disfruto de su cándida voz y de sus deliciosas caricias, además del tan esperado beso, al que correspondió con fervor mientras sus manos se colaban entre la ropa ajena, acariciando la suave y blanca espalda del artista, a la vez que una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro. Su lengua exploró pacientemente, pero no con menos pasión la húmeda cavidad por segunda vez en aquella noche, deleitándose con su dulce sabor mientras sus manos se volvían algo más atrevidas y sus piernas guiaban al joven francés hacia su recámara, sin dejar de atenderle ni por un solo instante, deshaciéndose de su calzado por el camino, antes de tumbar el cuerpo ajeno sobre el blando colchón de blancas sábanas, separándose jadeante de aquellos tentadores labios.

-Me alegra que te guste...

Su voz fue queda, sensual, íntima, como era su dueño en aquellos momentos que rozaba sus labios con los ajenos tentadoramente, mientras sus manos comenzaban a desabrochar la camisa ajena, permitiéndole a su vista apreciar el apetecible torso del de largos cabellos.

-Tu eres... Realmente hermoso...

Spoiler:

Sus manos le erizaban la piel, suspir al sentirlas sobre su espalda, acariciando tan suavemente. Todo él lo disfrutaba demasiado. Su voz, sus caricias, el escalofrío que le causaba y la manera en que le nublaba la mente. Todo él... era placer. Con el cabello desparramado en la cama, se dejo desnudar, su lampiña piel mostraba viejas y casi difuminadas cicatrices por todas partes, de ahí en fuera nada más que opacara la belleza de su piel.

Sonrio ante sus palabras y deslizo la mano por su pecho, desabrochando su camisa con lentitud, solamente para seguir bajando y desabrochar el pantalón, pero sin colar la mano dentro, solamente tanteando el área con las manos puestas en él. Su cuerpo pedía a gritos ser maltratado un poco, aunque sinceramente él solamente quería placer.

-Vamos... tómame-susurró ladeando una sonrisa coqueta

Sintió las manos ajenas desabrochando sus prendas, tanteando el terreno, acariciándole de aquella forma que no hacía más que aumentar su excitación, al igual que las palabras de mayor, que no pudieron más que hacer centellear sus luceros tormenta, pero él no era de los que hacían las cosas rápidas, no, a él le encantaba torturar, torturar de puro placer, y eso era lo que pensaba demostrarle al francés, indicándolo de alguna forma al dibujarse una sonrisa maliciosa en su rostro, pero engañando sutilmente a su acompañante al desnudarse lenta y sensualmente para él, deshaciéndose de todas sus prendas que dejó caer despreocupadamente en el suelo, antes de dedicarse a eliminar todas las prendar del de lacios cabellos, pero parando al llegar a los boxers, dejándolos allí, aprisionando aún la erección ajena.

Al contrario de lo esperado por el otro sus labios se dedicaron a poseer los ajenos en un candente pero corto beso, antes de dedicarse a recorrer el cuello ajeno, besando, succionando, mordiendo con suavidad, no dejando ningún rincón por atender, descendiendo por su clavícula hasta que llegó a los rosáceos botones ajenos, atrapando uno de ellos con sus labios, mientras él otro era torturado por sus expertos dedos, tortura que duró unos largos minutos en los que les ofreció a ambos el mismo trato antes de que sus labios y sus manos descendieran por el abdomen ajeno, jugando allí un rato con su lengua mientras ambas manos se dedicaban a acariciar las piernas ajenas, deteniéndose un rato a acariciar los glúteos ajenos. Finalmente, su boca descendió hasta el excitado sexo del pintor, dedicándole besos, lamidas, succiones y suaves mordiscos por encima de la húmeda tela, que él se había encargado de dejar en aquel estado, pero negándose aún a seguir más adelante, esperando desesperar a su acompañante con sus atenciones.

Fue su mirada, su sonrisa o la combinación de ambas, fue la manera en que se desnudaba para él, antojandole cada pedazo de su cuerpo que no estaba a su alcance. Su cuerpo se estremecio de anticipación al sentirlo simplemente desnudarlo, con aquella sensualidad, con esa tranquilidad.

Y sus caricias comenzaron a arrancarle eróticos gemidos que no hacía nada por contener. Era tan lento, taan realmente lento que solamente sentía su exictación crecer. Se aferró a la cama cuando acariciara su trasero y sus caderas se movieron hacia él, necesitando más contacto.

-¡¡AHH!!

Se removio en la cama, jadeando agitado, desesperado y ansioso. Su cuerpo pedía más, sus caderas se movían hacia él, buscando le quitara esa estorbosa prenda, buscando desnudarse y que él terminara por tocarlo. Dioses... iba a olverse loco.

-Ah~ por favor... por favor...

Disfrutaba de aquel cuerpo se se estremecía bajo su toque, gimiendo descaradamente, llenado con aquel dulce sonido toda la habitación, retumbando en sus oídos. Ante la súplica que fue lanzada no pudo más que sonreír malicioso y ligeramente ansioso, sabía perfectamente lo que el mayor deseaba, y puede que en otras circunstancias le hubiera hecho suplicar un poco más, ser más específico en su pedido, pero no podía ignorar aquella voz tan sensual y erótica que hacía parecer que su dueño estuviera rayando la locura, por lo que con lentitud y parsimonia se deshizo de los molestos slips de su acompañante, dejando que se perdiesen en el suelo de la habitación junto con el resto de prendas.

Frente a la completa desnudez ajena no pudo más que admirar aquel bello cuerpo, aún cubierto por pequeñas cicatrices, con sus espejos tormenta, a la vez que su cálido aliento rozaba la sensible piel de la erección ajena. Sus orbes quedaron fijas en las ajenas, desesperando al artista por unos segundos más, antes de que su lengua recorriera personalmente la masculinidad del de largos cabellos, lamiéndola dedicadamente hasta que finalmente acabó engulliéndola, lamiéndola, succionándola, atendiéndola con toda su boca, asegurándose de desesperar al mayor de puro placer, arrebatándole aquel mar de sensaciones con una última succión a la punta de aquella magnífica erección, dedicándose a besar las piernas ajenas entre las que estaba posicionado, alzando ligeramente las caderas de su acompañante entre dulces y excitantes besos a aquella sensible piel, acabando por profanar con su lengua el rosáceo templo que deseaba profanar y ser profanado.

Sintio su corazón detenerse y un ronco y sensual gemido resonar entre las paredes, sus caderas se movieron hacia él, ansioso, sintiendose derretir en su boca. Arqueo la espalda y gimio desaforado.

-¡Ah~!

Era tan bueno.

Gimoteo desesperado cuando dejara de ocuparse de él, pero no pudo menos que estremecerse ante aquella acción, su cuerpo entero vibraba de placer, su cuerpo necesitaba más de eso. Sentía su entrada palpitar ansiosa.

Los gemidos del mayor penetraban todo su ser, haciendo que sus atenciones a aquel dulce cuerpo aumentaran más y más. Su lengua, traviesa e inquieta, seguía preparando la entrada de su acompañante, asegurándose de dejarla bien humedecida y más ansiosa de lo que ya se encontraba. Finalmente, se separó de aquel dulce templo, humedeciendo sus dedos con el lubricante que extrajo de uno de los cajones de su mesita de noche, antes de internar el primero de ellos en aquella estrecha entrada, dejando que el cuerpo ajeno se acostumbrase a la intromisión antes de comenzar a moverlo lentamente, dilatando, hasta que al fin, escasos minutos después, un segundo dedo se internó en aquel interior. Sus labios ahora atendían las tetillas del pintor, antes de subir lentamente hacia aquel torturado cuello que se dedicó a mimar incansablemente, distrayendo de aquel modo a su amante de cualquier dolor que pudiera llegar a sentir antes de introducir al fin el tercer y último dedo, acabando de preparar aquella estrecha entrada, quedándose a jugar más tiempo del necesario, rozando la próstata ajena, esperando que de entre aquellos gimientes labios surgiera algún pedido, alguna súplica, antes de dignarse a continuar, a unirlos definitivamente.

La asuencia de ese apéndice en su cuerpo lo llenó de desesperación, de ansiedad y aumentó su necesidad considerablemente. Su cuerpo entero sentía arder por dentro, quemarlo debido al placer que lo recorría. Gimio de forma ronca y arqueo la espalda abriendo bien las piernas cuando ese dedo entró a su cuerpo.

Había gemido de placer, pero solamente porque dolía demasiado, hacía muchísimos años que no tenía sexo, ni nada que se le pareciera. Algo dentro de él le dijo que no debía hacerlo, que no necesitaba sexo, que era malo y que dolía demasiado, dolía realmente, pero eso únicamente lo hacía sentir mejor. El sexo siempre debía doler.

-¡¡Mgh!!-se quejó en voz alta al sentir el segundo dedo-

Pro sus atenciones lo hicieron perder la concentración en el dolor, se sentía dividido entre sentirse bien por ello y terriblemente mal al respecto. Dioses... dioses... iba a morir de dolor. Gimoteo cuando tocara su próstata y se le erizaron tdosos los cabellos del cuerpo, suplicó en medio de gemidos que lo tomara, que realmente no podía más y abrió los ojos para verlo cuando comenzara a hacerlo.

Supo de inmediato que sus acciones de algún modo, aunque llenas de toda la delicadeza que sus ansias le permitían, habían causado dolorosos estragos en el cuerpo de su acompañante, pero aún así se las había ingeniado perfectamente para aumentar el placer que el otro sentía e incrementar el deseo que su ser y sus acciones originaban.

Ante las súplicas del mayor no pudo más que rendirse a ellas, sacando del mismo cajón que había abierto anteriormente un condón que colocó rápida y eficazmente en su necesitada erección, antes de acabar de posicionarse entre aquellas piernas para comenzar a internarse en el templo ajeno con lentitud y certeza, parando una vez que estuvo por completo acogido por la entrada del pintor, sin dejar de mirar aquellas profundas y expresivas orbes ni por un momento, esperando a que el mayor se acostumbrara por completo a su intrusión, siendo consciente del ronco gemido que se había escapado de entre sus labios ante la maravillosa estrechez que su amante le brindaba.

-No me moveré... hasta que estés listo...

Su voz salió ronca, apenas conteniendo la terrible necesidad que su ser sentía, el enorme deseo que recorría todo su cuerpo pidiéndole que se moviera en aquel interior, pero él siempre había sido de los que esperaban, de los que se negaban a infringir dolor innecesario, de los que cumplían cada uno de los deseos de sus compañeros de cama, temporales o no, hasta que el placer los volviera completamente locos.

Apretó las sábanas con fuerza cuando lo sintio entrar, su rostro no mostró ninguna expresión de dolor aunque de sus labios salieron varios quejidos inconscientes. Desvió el rostro de él, sabiendo que sus ojos gritarían todo lo que le pasaba por la mente. Se relamio los labios para no gritar, para destensarse y buscar el placer olvidado.

Minutos después, sentía el calor regresar a su cuerpo, jadeó relajandose entero y sus cadeas se movieron solas, buscando más placer, más contacto. Abrio los ojos, sin saber en que momento los habia cerrado y su rostro se transformo ante la primera envestida.

No gimio escandaloso, porque aún dolía un poco, pero pronto se sintio recuperado por completo. Eso era bueno, eso se sentía demasiado bien...

Sentía la tensión de aquel cuerpo, y como esta iba disminuyendo con el paso del tiempo, a la vez que sus manos atendían la suave piel ajena con dulces caricias, intentando ayudarle a pasar el mal trago. Los gestos que aquel artista realizaba no hacían más que aumentar la lujuria que su ser sentía hacia aquel cuerpo que respondía tan favorablemente a sus atenciones.

Inesperadamente sintió como las caderas ajenas se movieron, incitantes y tentadoras, indicándole que ya podía moverse, arrancándole un ronco gemido que fue prontamente acallado al robarle un beso más a los deliciosos y dulces labios de su amante. Segundos después, dispuesto a complacer al de largos cabellos, comenzó a embestir el templo ajeno con firmes y certeras estocadas que prontamente llegaron a tocar el punto G del pintor, a la vez que miles de corrientes eléctricas recorrían su cuerpo ante cada embestida, pero sin olvidarse en ningún momento de atender el resto del cuerpo ajeno, ya fuera con sus manos o con sus labios.

Su punto P fue estimulado, su próstata golpeada sin piedad y él emitió un ronco gemido erótico lleno de placer. Porque el dolor, el placer, todas aquellas contradictorias sensaciones se combinaron sin que pudiera evitarlo. Respondió el beso a duras penas, mucho más preocupado por no gemir demasiado o por no hacer mucho ruido. Porque su mente estaba nublada y su cuerpo idiotizado por el placer.

-¡AH!-se estremeció entero

Movió las caderas hacia él y tensó su entrada para darle más placer. Su cuerpo reaccionaba solo, ni siquiera estaba pensando en lo que hacía. Estiró las manos para acariciar su pecho y rasguñarlo un poco, porque la sensación repentinamente era demasiado intensa. Arqueo la espalda, jadeando entre dientes, con el cuerpo tenso y completamente a merced del otro.

-Mgh... si, más... más... ¡Ah!

Última edición por Shinkawa el Dom 01 Mayo 2011, 06:07, editado 1 vez

Sentía aquella torturante estrechez que se volvía más deliciosa a causa de las acciones del mayor, arrancándole roncos gemidos contra la piel del cuello que se había dedicado a atacar, cerca del oído ajeno, mientras sus manos ahora se aferraban a las caderas y glúteos ajenos, haciendo que el sexo del de largos cabellos rozara con su abdomen de lo pegadas que estaban aquellas partes de su anatomía.

No le importó ser arañado por su amante, porque los gemidos y las posteriores peticiones que sus oídos captaron le confirmaba que todo era a causa del enorme placer que le estaba recorriendo, el mismo que nublaba sus eléctricos luceros, que entrecerrados disfrutaban de las diferentes expresiones que lograban captar del rostro del artista.

Haciendo caso a las súplicas recién recibidas aumentó el ritmo y la fuerza de sus embestidas, sin dejar nunca de golpear la próstata ajena. mientras sus labios se dedicaban a robar un beso más del francés, deleitándose con su dulce sabor, acallando los gemidos de ambos por unos segundos, antes de que sus inquietas manos volvieran a accionarse, dirigiéndose una de ellas a la virilidad que se apretaba contra su abdomen, poseyéndola y torturándola al mismo tiempo al que sus cuerpos danzantes estaban sometidos.

El aumento a la velocidad le arrancó un jadeo entrecortado y que su espalda se arqueara por completo. Se sentía delirar de placer, hacia demasiado que no disfrutaba del placer de esa manera, tanto, tanto tiempo que casi parecía la primera vez que lo hacía, como si lo estuviera redescubriendo.

Abrió más las piernas para darle mejor espacio, para que llegara más hondo y se aferró a él, necesitado de que algo lo mantuviera anclado a la tierra o moriría. Literalmente. El beso fue electrizante y perderse en su mirada casi lo lleva al orgasmo. Pero logró aguantar.

Y gimoteó lleno de necesidad, ansiedad y lujuria, porque era un muy buen amante, porque le encantaba y todo su cuerpo se sentía desbaratar entre sus brazos. Dioses... ese sujeto sabía lo que hacía.

-Mgh.. eres... muy bueno

Tema: Re: [Pierre - Lemon] Conociéndose Dom 01 Mayo 2011, 06:32

Sintió como las piernas del mayor se abrían ante sus habilidades en aquel placentero campo, haciendo que la mano que le ayudaba a embestir en aquel templo recorriera por unos segundos una de aquellas piernas tan tentadoras y hermosas, la que tenía a mejor alcance, antes de volver a su posición anterior cuando el demandante y ardiente beso fue cortado por la necesidad de recibir más aire en sus pulmones, a la vez que sus orbes también se perdían en las ajenas, descubriendo lo cerca del límite que el francés se encontraba, disfrutando de saberse él el ser que causaba aquellas eróticas expresiones y todas aquellas sensaciones que recorrían ambos cuerpos.

La voz del pintor salió entre aquel bello cántico de gemidos que salían de entre aquellos deliciosos labios que se había encargado de enrojecer e hinchar ligeramente con sus expertas atenciones, recibiendo los halagos del de orbes esmeraldas con una maliciosa, lujurioso y orgullosa sonrisa realmente prometedora.

-Te lo prometí...

Su voz sonó ronca contra el oído ajeno, antes de que se dedicara a torturar el lóbulo de su acompañante, mordisqueándolo y succionándolo a su antojo, antes de que sus labios se dirigieran al cuello ajeno, concretamente a un punto tras la oída ajena, besándolo, lamiéndolo, succionándolo, sin poder evitar dejar una pequeña marca rojiza en aquella deseable piel.

Era cierto que no le había prometido nada al artista con palabras, pero lo había hecho con su mirada desde que el coqueteo comenzó entre ellos en la taberna. Además, la habilidad no era algo que se pudiera ocultar. ¿El orgasmo? Se encargaría de aguantar hasta que su amante alcanzara el paraíso.

Tema: Re: [Pierre - Lemon] Conociéndose Lun 02 Mayo 2011, 00:01

Saberse marcado le traía malos recuerdos, le hubiera traído malos recuerdos si no estuviera idiotizado por el placer. Porque las manos de su abuelo siempre dejaban marcas en su cuerpo, proclamándolo como suyo, como de su entera propiedad...

Se relamió los labios, acariciando aquellos brazos, aquella mirada de ensueño con la propia, con la lujuria patente y el cuerpo electrizado, deseoso y necesitado. Solo bastaron un par de envestidas de parte de Shinkawa para que su propio orgasmo lo alcanzara. Se removio en la cama gimoteando bajo, ronco y contenido.

Sensual, erótico y provocador. Como nunca se mostraba, dejando ver que sí podía ser más que un adicto, que podía ser y actuar como alguien "normal". Abrió los ojos para verlo llegar al orgasmo y aquella expresion inundó todo su cuerpo. Shinkawa era sexy.

Tema: Re: [Pierre - Lemon] Conociéndose Lun 02 Mayo 2011, 06:34

Desconocía que sus actos en algún momento podrían haber hecho o hacer daño al pintor que le acompañaba, pero aunque lo hubiera sabido no podría tener la certeza de no haberle dejado aquella rojiza marca que desaparecería en un par de días, no podía evitarlo, le gustaba besar, succionar y por consiguiente marcar, aunque era algo que evitaba hacer cuando no tenía una relación con alguien, pero el placer y el erotismo que el artista le proporcionaba era tanto que se olvidó de ello sin llegar a percatarse.

Repentinamente, sintió como la entrada del mayor se estrechaba "dolorosamente", apresando aún más su sexo en aquel interior, indicándole que el orgasmo había llegado al cuerpo de su amante, deleitándose con los sonidos y las expresiones tan sensuales que sus orbes y sus oídos eran capaces de captar. Un par de embestidas más tarde fue él el que llegó al orgasmo, soltando un ronco gemido de entre sus labios, mientras sus orbes, completamente nubladas por el placer, permanecía ligeramente entreabiertas, destellando en aquella sutil oscuridad, permaneciendo aún conectadas con las de su amante.

Lentamente, sus labios robaron un dulce, húmedo y pausado beso al de orbes esmeralda. Él adoraba besar y ser besado, era lo que le encendía y lo que le relajaba, lo que le podía idiotizar si era víctima de uno de ellos. Segundos o minutos después, no podía estar seguro, cuando el aire se hizo extremadamente necesario cesó el baile de sus lenguas, aquella lucha sin fin, acabando por salir del interior del mayor de la forma más lenta y cuidadosa de la que fue capaz, tumbándose con un leve suspiro de satisfacción al lado del restaurador antes de deshacerse del usado condón y comenzar a limpiar con su lengua su mano manchada de la esencia ajena, viéndose realmente sensual, sin borrar la penetrante mirada que dirigía a los espejos del artista.

Tema: Re: [Pierre - Lemon] Conociéndose Lun 02 Mayo 2011, 12:01

Su cuerpo se estremecía con una mirada como esa, con unos ojos así y una actitud tan... deliciosamente sensual, medida y trabajada para volverlo loco. Ese sujeto iba a volverlo loco de placer. Le paso las manos por el cuello al momento en que inició el beso, que respondió, cabe decir, como si la vida se le fuera en ello.

Y el sonido que escapó a él cuando salio de su cuerpo fue extraño, una mezcla de gemido y sollozzo. Sintiendose abandonado al sentirlo fuera. Pero la sensación duro poco, rodo sobre su cuerpo para quedar bocabajo, cerca de él y observó con lujuria esa actitud, esa acción en particular.

Y esta vez, fue él quien inicio un nuevo beso, con el cuerpo semirecostado sobre el suyo, permitiendose sentir de nueva cuenta que eso estaba bien, que era solamente una noche y que Shinkawa no lo querría para toda la vida. Lo besó, con la respiración agitada y el rostro sonrojado por el reciente y delicioso orgasmo.

Tema: Re: [Pierre - Lemon] Conociéndose Miér 04 Mayo 2011, 16:17

Si ya se había deleitado con el beso que minutos antes habían compartido y él había iniciado, cuando el pintor de orbes esmeraldas fue el que inició el beso esa placentera sensación se vio en aumento mientras sus brazos se encargaban de rodear la cintura ajena, pegando sus cuerpos como si fueran una segunda piel el uno del otro, intentando compensar con él, en cierto modo, la sensación de vacío que había recorrido el cuerpo ajeno en cuanto abandonó aquel cálido interior, que incluso él había odiado dejar atrás. Sus dedos se deslizaron por la tersa piel de la espalda ajena, disfrutando de su suave toque, permitiéndose mimar un poco aquel cálido y placentero cuerpo, contrastando con la agitación que recorría sus cuerpos, por lo ardiente y fogosa que resultaba su beso, permitiéndole por esta vez a Pierre decidir que pasaría a continuación, pero sin que ello evitase que su cuerpo se agitara ante el contacto entre sus pieles.

Tema: Re: [Pierre - Lemon] Conociéndose Lun 16 Mayo 2011, 02:53

Pierre en el sexo y como tantas cosas en su vida, no era una persona para dejarla decidir, no sbaía que hacer en momentos como esos y es que después de haber sido controlado toda su vida debido a las ideas desquiciadas de su abuelo, era completamente entendible, que ni siquiera follando, supiera que hacer a continuación.

Peor aún así hizo un esfuerzo, paso la mano por su pecho, diciendo un silencioso "quiero más" pero sin saber exactamente como iniciarlo, estaba demasiado acostumbrado a ser forzado. Eso ya no era bueno, literalmente nunca lo fue pero...

Se separó del beso con un suspiro deleitado, fascinado y expectante.

Tema: Re: [Pierre - Lemon] Conociéndose Sáb 21 Mayo 2011, 07:25

Se perdía dentro de aquel beso a la vez que sus manos seguían mimando aquella suave piel, cuando se le escapó un quedo suspiro complacido cuando escuchó la silenciosa petición que el cuerpo ajeno y, luego, aquellos penetrantes luceros de brillantes esmeraldas le hacían, comprendiendo que debería llevar el control una vez más, de momento.

Una de sus manos aferró suavemente la que el pintor había dejado reposando en su pecho, guiándola hasta sus labios para darle un dulce beso antes de centrar su apasionada y prometedora mirada en los ojos ajenos, haciendo que con un sutil movimiento el artista volviera a quedar bajo su cuerpo y soltando la mano que había aferrado antes de comenzar a recorrer aquel cuerpo con sus labios. Primero volvió a robarle un apasionado beso al restaurador antes de descender por su mentón y su cuello, dejando leves succiones, besos, lamidas y pequeños mordiscos por la pálida piel, llegando lentamente hasta los rosáceos botones de su acompañante que se dedicó a torturar con sus labios, sus dientes y su lengua con deleite. El húmedo camino siguió descendiendo por el torso ajeno, entreteniéndose con el abdomen durante un tiempo, torturando especialmente el ombligo del mayor antes de seguir el sendero descendiente hasta la virilidad ajena, besándola y lamiéndola sin llegar a introducírsela en la boca, acabando por poseer solamente el glande, succionándolo con pura lujuria mientras sus dedos acariciaban superficialmente el resto del falo ajeno para al fin acabar por introducirlo en su húmeda cavidad, atendiéndole con su lengua mientras lo sacaba y metía de nuevo en su boca, impidiendo con sus manos que las caderas ajenas se movieran, y acariciando con una de ellas los testículos del francés.

Spoiler:

Tema: Re: [Pierre - Lemon] Conociéndose Lun 23 Mayo 2011, 15:29

De nuevo su mirada. Esa mirada... Se estremecio de pies a cabeza cuando lo observvó de aquella manera, porque no era una mala mirada, era una mirada exquisita. Y aunque odiaba las miradas lujuriosas, ebrio como estaba, drogado por completo, le parecía fascinante. Se sentía totalmente excitado. Correspondió el beso y le hizo espacio en su cuello, jadeando desde ya por sus atenciones, porque sus besos sobre su piel, se sentían como la gloria.

El ombligo tenía varias terminaciones nerviosas, muchas importantes y otras no tanto. Lo interesante del asunto era la forma en que hanía reaccionado. Arqueo la espalda, jadeó y se aferró a las sábanas, porque se sentía demasiado intenso.

Y él quería moverse, quería gemir, deshacerse en esa boca que de nuevo lo acercaba al paraíso, gimio escandaloso por un momento, aferradoa las sábanas, murmurando su nombre una y otra vez, como si fuera un mantra que tuviera que decir o su mundo se terminaría en ese instante.

-Shin...-jadeo

Spoiler:

Tema: Re: [Pierre - Lemon] Conociéndose Dom 29 Mayo 2011, 11:30

Sentir todas aquellas electrizantes reacciones que tenían lugar en el cuerpo ajeno no hacían más que excitarle y que sus atenciones para aquel cuerpo se volvieran más intensas y dedicadas de lo que ya eran, si es que eso era posible. Se deleitaba con el mantra que el artista dejaba escapar de entre sus labios, como si estuviera exponiendo todos sus deseos con sólo llamarle, pidiendo por más atenciones, por que le diera mucho más y le hiciera llegar hasta el cielo. Contestando a la muda petición del de mares esmeralda dirigió sus dedos hasta la entrada del mayor, tanteándola sutilmente, sin llegar a internarse aún en ella, torturando al pintor por unos momentos, deseando desesperarlo, hasta que finalmente internó una de sus falanges en aquella entrada, dejando que se acostumbrara a ella antes de comenzar a moverla en círculos, internando un segundo dedo pocos minutos después, y luego un tercero, preparando la ya dilatada entrada, explorando aquel interior, simulando una penetración que llegaba hasta la próstata de su amante, sin dejar ni por un momento de atender la virilidad de su amante con su boca, esperando a ver si el restaurador era capaz de manejar aquella situación por si mismo, si tomaría el control aunque fuera con una simple orden.

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