Abasteciendo

Había sido una gran, ¡gran noche! Sus amigos y ella se habían pasado semanas preparando ese número y estuvieron por lo menos 8 horas consecutivas armando la escenografría, sin contar los ensayos, las caídas, el cansancio y todo lo demás y al fin habían podido presentar esa obra y había sido... ¡Espectacular! Todos se habían reído y aplaudido, ¡habían juntado tanto dinero! Los niños de la casa hogar estarían más que felices con sus esfuerzos, esperaban que tanto como habían estado al ver la obra.

Ahora sólo quedaba una cosa más por hacer.

¡Festejar, por supuesto! Y el karaone era el mejor lugar para eso, con un par de bebidas, claro y, ya bien entrados en copas, en el karaoke ya no importa ni la canción que toque, o si uno se la sabe o no, todas parecen sonar geniales, sobre todo para bailar sobre el escenario con una canción de cuando estaban... ¿en qué? Secundaria, tal vez.

Spoiler:

Entre Milliarde y Barbara, con los demás de coro, estaban haciendo su pequeño espectaculo, con la botella de vidrio de cerveza en mano y bailando con toda la sensualidad que una cancion así de movida y sus faldas cortas les permitían.

Terminaron riendo al final de la canción, y Milliarde en particular, con su baja resistencia al alcohol, necesitó que uno de sus amigos la ayudara a bajar del pequeño escenario y acompañara al a risueña rubia a una de las mesas casi al final de la taberna para tenerla un poco más "segura" al estar supuestamente oculta mientras las otras chicas iban en grupo al baño y los chicos se ponían a ordenar más bebidas para todos.

Se dejó caer en su silla y se echó aire con la mano, tratando de calmar sus mejillas que parecían arder entre por la bebida y la risa. Cruzó las piernas echándose para atrás en la silla y notando que no estaba del todo sola en esa parte de la taberna para sonreír a su "acompañante", saludándolo efusivamente, cual niña pequeña.

"Hey~, guapo, ¿qué te pareció el espectáculo? ¿Te divertiste?" su tono de voz era todo menos coqueto, más bien alegre y despreocupado, como si hablara con un amigo de toda la vida, alguien que, para quien conociera a Milli, sabía que era lo más común del mundo hablarle de esa forma a los extraños... Rara.

Se rió como si le hubiera contado una broma y no hubiera criticado su elección de canciones. Tal vez porque una parte de su inconsciente aun razonaba un poco y no esperaba que un hombre pensara siquiera en la canción cuando chicas en minifalda bailaban entre ellas. Pero medio intoxicada ni lo pensó.

"Jajaja, de hecho, pero era genial bailar eso cuando estabamos en secundaria"

Se movió en su asientó para quedar de lado y mirarlo a él de frente entonces, recargando uno de sus brazos en el respaldo de su silla.

"Soy Milliarde, o Milli, como prefieras... ¿Tienes nombre?"

"Pierre~ me agrada el nombre" comentó con una sonrisa feliz, sólo para oír el otro comentario que se tardó un poquito en procesar como sarcásmo, haciéndole cambiar esa sonrisa por un puchero. "Awww... no, de hecho no"

Torsió la boca y se volteó para dar un último trago a su cerveza, viendo que sus amigos se habían quedado platicando con otras chicas en la barra. Idiotas. Pero sonrió al tener una pequeña idea, su versión de un plan malvado.

"Hey, Pierre~ ¿alguna vez has cantado en el karaoke?"

Ni tiempo le dio de contestar, pues apenas terminó la pregunta se puso de pie para tomarlo del brazo y prácticamente jalarlo para que se levantara, arrastrándolo a donde estaba el pequeño libro con canciones.

"Vaaaaamos, es divertido~ así me enseñas tu buena música"

Sonrió llegando a la mesita donde estaba el tipo encargado de poner las canciones, sentado atrás de la típica carpeta negra con las hojitas con las claves y el nombre de los cds y canciones que tenían disponibles para el karaoke.

La abrió con rápidez en una letra al azar y leyó, o más bien "scaneo" con la mirada, las canciones disponibles para decir luego un sonoro y emocionado: "¡Esta!" sin importarle que el tipo o sus compañeros, no muy lejos de ella ahora, la vieran con una pequeña loquita.

Y, como no había soltado en todo ese tiempo a su acompañante, pudo terminar por jalarlo para hacerlo subirse con ella al escenario, dejando sin muchas opciones al encargado del karaoke que, encogiendose de hombros, decidió que... bueno, ¿por qué no?

Milliarde tomó el micrófono que era para el coro y le dio el micrófono principal a Pierre (o más bien casi se lo "estampó" en el pecho) y mostró una carita emocionada cuando la melodía empezó a sonar y la pantalla del karaoke anunció la canción:

Spoiler:

Si era franca, cuando escogió la canción no tenía ni la menor idea de qué había elegido, estaba en español, para empezar y ella sólo hablaba inglés, pero ¿a quién le importaba? El título sonaba genial y la carcajada de Pierre había sido, definitivamente, una excelente señal que no había hecho más que emocionarla.

Y luego su voz... ¡sexy! uno podría chiflarle sólo con escucharlo, y vaya que con los de teatro había escuchado voces profesionales, este tipo amenazaba con causarle unos escalofríos de lo más agradable si seguía cantando así de sensual.

Ella, por su parte, se movia bailando ligeramente al ritmo de la música, tratando de captar el ritmo para seguirlo luego con su voz, al principio como un sólo tarateo suave, similar a un "mmmhhh..." que pronto, como buena actriz que a veces le tocaba ser, se adaptó al "actor príncipal" y le siguió en la letra dejando sonar su voz ligeramente más baja y más sensual, sólo para no desentonar con la cosa de voz orgásmica que tenía el otro micrófono.

"...que me está esperando y cuando aparece es para decirme lo que la otra noche tanto me extraño"

No podía negar que le encantaba, de cierta forma, la atención que estaba recibiendo, hasta sus compañeros en el público parecían estar animados, algunos de ellos, igual de faramallosos, decidiendo ir a sacar a gente a lazar a bailar.

¡Oh! Y Pierre vaya que sabía animar el ambiente, incluso tuvo que apartarse un poco el micrófono para evitar que se escuchara una ligera risa en su voz al verlo acomodarse la camisa. ¡De verdad que tenía buen ojo para la gente divertida!

"Dejame entrar, hasta el fondo tocar, ya no dejo de pensar, mi cuerpo se pone mal si no estás~"

Ni a ella se le hubiera ocurrido soltar un sonidito así para esa parte de la canción, esa sugestiva parte de la canción. Tenía que recordar, si el alcohol lo permitía, invitarlo a los ensayos de teatro.

Sonrió coqueta acercándose a donde Pierre, echandose el cabello para atrás antes de dejar reposar su mano en el hombro del mayor antes de bajarla lentamente como una especie de caricia por su hombro, mirándolo mientras cantaba su parte, haciéndole una pequeña seña con el índice para acercarse como parte del acto.

"Que siga queriendo, deseando que de ella una nueva religión, cada noche una sola oración"

Sonrió prestándoles su oído, soltando soniditos suaves como ronroneos ante esa voz que podía derretir a basicamente cualquiera que se decidiera a cerrar los ojos y sólo escuchar. Incluso se había movido el cabello para dejarlo cantar para ella, acariciando su rostro un segundo antes de responder en la misma canción, como si su cuerpo entero estuviera interpretando la letra que apenas y entendía:

"Dejame entrar, hasta el fondo tocar, ya no dejo de pensar, mi cuerpo se pone mal si no estás"

Su mano bajo lentamente por el borde de la camisa ajena que parecía ya algo dearreglada por causa de las veces que el más alto se las había arreglado para medio jalarla, por el calor, suponía ella, porque estaba sudando. Ni siquiera hacía tanto calor pero, ni siquiera lo pensó, y mucho menos le importó, no estaba ella en sus cinco sentidos tampoco.

"Dejame entrar, hasta el fondo tocar, ya no dejo de pensar, mi cuerpo se pone mal si no estás..."

En la última frases, su aliento rozó el de él y una sonrisa de formó en sus labios, juguetona y descuidadamente coqueta, algo que no era siquiera intencional, sólo parte de su personalidad y que a veces le traía problemas, pero ahora, ¿qué interesaba?

La canción terminó y la gente parecía complacida con la forma en la que había resultado, algunos aplausos y unas invitaciones de bebida la hicieron reir quedamente mientras se hacía de distancia con Pierre y hacía una reverencia similar a las que hacían al final de sus obras de teatro, siendo nuevamente asistida por sus dos amigos para bajar del escenario mientras reír contenta y recibía una cerveza de las manos de una de sus compañares.

"Gracias, gracias" decía como toda una pequeña diva, inmersa en su porpio juego aún, alzando la botella como si se tratara de un brindis por su éxito. "¡Todo se lo debemos a la voz sexy de Pierre!"

Volteó a buscarlo, como para ofrecele unirse al festejo improvisado, pero su sonrisa se trasformó en una expresión de genuina sorpresa al no verlo, inclinando su rostro ligeramente, como en duda infantil.

"¿Y Pierre?"

Por un momento se había sentido algo contrariada al no verlo, pero entre la atención recibida, la cerveza y los comentarios de sus amigos, se distrajo por completo del asunto y hasta lo olvido, estaba risueña por quién sabe qué cosa que le decía su roomie y despistada, como era su costumbre, por lo que ni sintió cuando cierto rubio se acercó a su espalda.

Sintió inevitables escalofríos al reconocer la voz sexy del chico que hablaba a su oído y terminó pegando su hombro a su cuello al sentir un pequeño hormigueo por ésta misma.

Se volteó y le pasó los brazos por el cuello, teniendo que ponerse de puntitas, atrayéndolo ligeramente al balancearse en sus tobillos antes de volver a ponerse de puntitas, como si se tratara de una niña pequeña.

"Pensé que habías huído, guapo~" admitió, aunque no había ni pisca de reclamo ni en su voz ni en su expresión corporal, pues pronto se recargó en el torso del otro para jugar con la solapa de su camisa "¿Qué tal... It's my life?"

Sonrió para "robar" un poco de la cerveza del otro, un trago antes de regresarle la botella y correr a donde el encargado del karaoke para pedir la canción y luego llamar Pierre con un gesto con la mano para indicarle subir al escenario con ella antes de que la canción empezara.

Spoiler:

Definitivamente esa era una canción para moverse, para querer saltar emocionado y gritar y cantar a todo pulmón:

"IT'S MY LIFE, IT'S NOW OR NEVER! AIN'T GONNA LIVE FOR EVER! I JUST GONNA LIVE WHILE I'M ALIVE... IT'S MY LIFE. My heart it's like a open highway. Like Frankie said I did it my way. I just wanna live while I'm alive. IT'S - MY - LIFE!"

Movía los hombros y las caderas al son del punte músical y bajaba lentamente con esa misma cadencia, doblando las rodillas y jugando un poco con le micrófono, mordiendo ligeramente el cable de este antes de subir para cantar nuevamente el coro cuando Pierre hubiera terminado su parte:

"IT'S MY LIFE, IT'S NOW OR NEVER! AIN'T GONNA LIVE FOR EVER! I JUST GONNA LIVE WHILE I'M ALIVE... IT'S MY LIFE. My heart it's like a open highway. Like Frankie said I did it my way. I just wanna live while I'm alive. IT'S - MY - LIFE!"

La gente en la taberna seguro los veía como un par de borrachos en medio de un éxtasis casi sexual donde quisiera hacerle el amor al micrófono, al escenario o entre ellos. Fuera lo que fuera, había cierta emoción en el ambiente que se había vuelto contagiosa, y hasta los más serios parecían mover al menos un pie, o los dedos sobre la mesa al ritmo de la música.

No había faltado quién sacara el celular para grabar mientras se reía y cantaba pedacitos de la canción, algunos de ellos, sin sabersela del todo bien y desatinando, pero estando ya algo borrachos todos, ¿a quién le importaba? Los que apenas llegaban, los sobrios y "los conductores designados" debían estar viéndolos a todos como una partida de locos que se creían en su propio concierto, pero rezando justo como decía la canción, era su vida y era ahora o nunca.

"Better stand tall when they're calling you out"

De un salto se bajó del escenario, que igual no era muy alto, pero para su equilibrio que ya parecía algo comprometido por el alcohol había sido casi una azaña, y todo para que se fuera caminando con la mirada fija a donde uno de los chicos con celular en mano para seguir cantando el solo sin soltar el micrófono cuyo cable se le había pasado ya entre las piernas.

Apoyó una rodilla entre las piernas del otro haciéndolo tragar duro y reír nerviosamente ante las acciones de la rubiecita a la que no dejaba de grabar.

"Don't bleand, don't break, baby don't back down..."

Y cuando el tipo apreció animarse a echarle mano...

"IT'S MY LIFE!"

Practicamente gritó, euforica, donde ni siquiera se había percatado de las acciones ajenas, separándose a tiempo antes de que pudieran darle una nalgada, de nuevo sin enterarse siquiera, caminando coqueta hasta el escenario una vez más.

"IT'S NOW OR NEVER! AIN'T GONNA LIVE FOR EVER! I JUST GONNA LIVE WHILE I'M ALIVE... IT'S MY LIFE."

Canto canciones que ni se sabía pero que dejó al otro elegir, se quedaron hasta bien entrada la madrugada y si se fueron fue más que porque los corrieran (porque basicamente lo habían tenido que hacer), porque se quedaron si voz los dos luego de un rato y sus roomies, por tolerantes que fueran y todo, habían decidido que todos tenían que dormir.

En cuanto a Milliarde, en algún punto se había quedado dormida. Dónde, cómo o cuándo eran preguntas a las que seguramente no encontraría respuesta esa noche... y seguramente en la mañana tampoco.

Fue el sonido de una cámara y la luz del flash fastidiando a través de sus párpados lo que la despertó realmente, haciéndola gruñir y tratar de rodar un poco en... donde fuera que estuviera y cubrirse la cara con la tela que tenía en las manos, tela que no parecía querer ceder. Y estaban también las risas muy mal contenidas de sus amigos las que la practicamente obligaron a abrir los ojos y preguntar con voz molesta y modorra: "¿Qué es tan gracioso?"

Una de sus compañeras, la que tenía la mano en la boca, le señalo con la otra hacía abajo de ella, detalle que la hizo parpadear, encandilada, apenas terminando de reconocer la sala de la casa donde se quedaba, ¿estaba en el sillón? ¿y eso que ten-...?

Apenas miró hacía abajo, gritó espantada, dando un brinco hacía atrás, casi cayéndose del sillón, para la diversión de sus roomies, al reconocer a la persona (¡persona!) sobre la que se había quedado dormida, y le tomó otros segundos fruncir el seño para tomar el cojín más cercano, moviendo a su no tan pequeño "invitado" sin querer al hacer, todo porque la niña pensó buena idea intentar lanzarles en venganza el dichoso cojín a sus compañeros.

"¡Idiotas!" se quejó, haciendo pucheros porque ni el cojinazo logró mermar las risas ajenas.