Edgard

Nombre: Edgard Dabonneville /Apodo: Eiyi

Edad: 24

Zona de residencia: Greenwich

Ocupación: Espía /Tapadera: Dependiente de una floristería.

Descripción física:

Edgard es un chico esbelto y de complexión atlética, mas bien del tipo delgado y no demasiado fibroso. Alto, casi rozando el metro ochenta tan solo por unos míseros centímetros.

De piel amelocotonada y apiñonada, destacan sus mejillas sonrosadas ,labios finos, una seductora sonrisa a la francesa y unos preciosos ojos azul cobalto, rasgados a la par que vivarachos. Todo ello oculto bajo una maraña de pelos agrisados, tan indomables como su dueño. A meditado varias veces como es que se lo podría dejar crecer, pero es tan revelde que resulta un caos intentar acomodarlo, y para estar a base de gomina toda la vida, lo prefiere despuntado y corto.

Descripción psicológica:

Orgulloso libertino, oculto y extremadamente Bohemio, nada es lo que parece o lo que se dice ser con Edgard, es una montaña rusa de sensaciones. Por un lado es frío, maquinador, intuitivo y envolvente, aunque mas al fondo es una persona de valores bien asentados, ideas firmes y un valor de la justicia, basicamente propio.

No discute a sus superiores, de hecho es un buen perro de caza en su trabajo, uno de los mejores en definitiva. Temerario, apasionado y amante de su trabajo, no mucho más que decir. Sabe guardar un secreto a costa de su propia vida y para él es vital, saber mentir incluso en las peores situaciones o simplemente mantener el pico cerrado.

Es un buen amigo aunque poco sincero de sí mismo, sabe escuchar y es protector de la gente que aprecia. Siempre saldrá a defender a quien lo necesite sin importarlo lo arriesgado de la situación, después de todo forma parte de su trabajo y su forma de ser. Su vida está en constante peligro y su simple presencia, es para temer.

Gustos:

Lo que para él significa, exclusivo, un día libre y sin contratiempos, eso sería su mejor regalo. Una buena y costosa bebida alcohólica en un antro de reputación dudosa, le gusta el sexo con las mujeres como buen vividor, conoce trucos inconfesables para seducir y discrimina los valores más mundanos de mil maneras. Simplemente no tiene tiempo para el amor.

Adora coleccionar monedas de diferentes paises y gracias a sus continuos viajes, ha tenido suerte de poder llevarlo a cabo.

Desagrada:

Que le den calabazas, no le gusta perder algo si pone empeño en ello y todos los encantos necesarios que es capaz de desplegar. Las mafias, son la pesadilla de su profesión pero justo los que le da el pan de cada día y lo que hoy día le dan todo. Le hace ascos a pocas cosas, lo que la gente normal. Se ha acostumbrado a casi todo, pero le sigue sin gustar los cobardes que apuntan su arma a personas inocentes, odia sobre todo el sonido de los disparos o las torturas a inocentes y a veces se lo toma como algo personal.

Historia:

Su padre, de origen francés viajó como estudiante de intercambio a Nueva York y allí conoció un tímida chica que era la hermana menor del chico con el que había hecho el intercambio. Con el tiempo floreció una relación entre ellos y nació una hermosa historia de amor estudiantil. Su padre era bastante apreciado entre las féminas por su buen ver, mientras que su madre era una chica sencilla a la que simplemente el destino le había traído aquel hombre.

Al final él renunció a su pais y simplemente se adaptó a las costumbres neoyorkinas. Aquel mismo día en el aeropuerto mientras se despedían él simplemente sintió un deseo inmenso de no perderla y le pidió matrimonio allí mismo.

De esa relación nació Edgar junto a tres hermanos más, un niño si bien con rasgos americanos se parecía mucho más a su padre y a medida que crecía, el parecido se incrementó. Tantó en físico como en carácter. De clase media, era el segundo hermano en el orden familiar tomó de referencia al mayor, al que le seguía por tres años. A tal punto de convertirse en su mejor amigo y salir con él a todas las fiestas. Practicamente se volvieron inseparables.

Si su hermano se apuntaba en el club de teatro, Edgar iba detrás y lo hacía. Si su hermano elegía ciertas materias en bachillerato Edgar los tres años siguientes cogía las mismas materias. Si su hermano se apunta aun dojo de kárate, Edgar se apuntaba con él.Todo, incluidos los viajes de fin de curso.Practicamente buscaba imitarlo en todo lo que hacía por que se enorgullecía de su hermano, era un tipo alto, fornido y amante del baloncesto y las faldas cortas. Pero tanto así, que las notas de Edgard llegaron a superar a las del mayor y graciosamente, comenzó ligarse las chicas en las que su hermano ponía primero el ojo. Llegó demasiado lejos y después de una fuerte discursión, ambos hermanos acabaron en el hospital después de liarse a golpes. Al sentir que había superado sus propias espectativas buscó otra cosa que hacer, afortunadamente para el mayor que ya lo estaba renegando por ello.

Se intentó superar a sí mismo, así, un día y por pura improvisación encontró su nuevo reto. Ahí comenzo su agrado por ayudar a los demás, era algo que lo llenaba de dicha y orgullo. Pero él quería más, quería riesgo, desde aquel entonces había elegido estudiar derecho. Pero no llegó al medio año cuando lo abandonó y se decantó por la policía.

Tenía un buen entrenamiento, mala uva y se sabía algunos movimientos de kárate, una de las obsesiones de cuando su hermano se apuntaba a los dojos. No tardó en subir de rango en los tres años que sirvió en la comisaría de policía y por sus logros y buen hacer, logró acceder a lo que realmente deseaba. El espionaje, gran amante de las películas de James Boom, este loco soñador no tardó en aceptar un puesto en la Cía, un puesto que había logrado gracias a sus esfuerzos y un par de mangas.

La realidad superó a la ficción y pronto comenzó a viajar a diferentes lugares en misiones de alto riesgo y las que se requería la máxima discreción. Antes de cada misión, siempre era entrenado a consciencia y su perfil previamente estudiado para ser infiltrado en las diferentes mafias de la zona. Sabía ganarse bien el afecto de sus compañeros y luego traicionarlos sin que sospecharan del mismo, cantando como buen perro de presa para las autoridades.

Pronto viajó a italia en una nueva misión, pero cuando menos se lo esperaba, un compañero que le servía de guía y traductor, se volvió al bando contrario y le tendió una emboscada, todo mientras investigaban un posible alijo de drogas procedente de la mafia Italiana. Pero antes quee ser asesinado fue apresado y conducido ante el Jefe, Alexander.

Uno de tantos desgraciados que acaba abandonado a su suerte y en un país lejano no puede tener muchas esperanzas de ser rescatado aunque el cese de la operación no fuera fallo suyo. Ya una vez traicionado y sin demasiadas opciones, aceptó la curiosa oferta de aquel individuo. Continuaría haciendo lo que me mejor se le daba, inflitrarse en el bando contrario y cantar como buen perro fiel que siempre había sido, solo que esta vez a favor de los malos.

Por estas semanas anda investigando a un tal Mikail, se ha asentanto en la zona de Greenwich y para no levantar sospechas ha terminado trabajando en una floristería, normal a simple vista, pero que en la parte trasera se trafica con droga, igual esa zona no es de su incumbencia.

Está recopilando datos de aquí y allí pero aún no ha logrado dar con un chisme bien jugoso, necesita encontrarle una debilidad a Mikail y al ver la crueldad con la que asesinó a las gemelas de Alexander. Simplemente lo ha tomado como algo personal, aunque más que nada para justificarse a sí mismo como es que no ha regresado a su verdadera profesión. Ah sí, está amenazado de muerte.

Esta comenzando a impacientarse por que es muy difícil acceder a la imformación que busca y se está planteando otra forma de lograrlo, solo que esta conlleva más riesgo.