Herido reflejo

El amanecer no parecía querer llegar como si estuviera abrigando a los corazones tristes para que no sintiera el lastimoso alba, sus esfuerzos apenas fueron suficiente para permitirle llegar hasta su hogar entrando sigilosamente como un felino agradeciendo que el profesor se encontrara fuera según parecía, la puerta se cerro a su espalda deslizándose por ella sin poder dar un paso más, en ese segundo ya estaba completamente destruido.

Cerró sus ojos antes de respirar profundamente no había tiempo para quedarse allí sentado había cosas que hacer, se levanto con los últimos rastro de fuerza que quedaba en su cuerpo prácticamente arrastrándose por aquella casa hasta llegar al baño no reparo en que estaba vestido sólo busco mojarse en agua fría o caliente daba igual, sólo deseaba que empezara a limpiarse su cuerpo.

Alzó la vista viendo su reflejo en aquel espejo en la pared notando aquellas heridas, cerro su puño golpeando el suelo ya no era importante si se lastimaba, nuevamente había sido débil para defender a su hermano, se suponía que él era el fuerte pero a veces creía que eso era mentira y lo peor es que no podía decirlo pues su gemelo sufriría más.

La vida realmente era irónica lo había salvado tantas veces en el pasado para que no perdiera su virtud y ahora con un simple jueguito terminaba así, se rio haciendo que su risa llenara cada rincón silencioso de aquel lugar mientras que sus lagrimas corría por sus mejillas confundiéndose con las gotas de agua que estaba humedeciendo cada vez más a su cuerpo.

Una vez más seguía comprobando que no existía ninguna clase de ser divino aunque las hermanas dijeran lo contrarió, se separo de aquella pared donde medio se apoyaba empezando a despojarse de sus ropas no podía seguir en esa forma patética pues había mucho que hacer en esos pocos y valiosos minutos.

Su cuerpo lucio completamente desnudo luciendo mejor aquella heridas que con o sin intención se gravaron en su piel y que no pasaría lento su tiempo de borrado, pero eso no era lo mas importante estaban acostumbrado a tener su cuerpo marcado por un par de días con moretones, la razón de la dolencia era otra.

Un sueño fue lo que paso cuando todo el ritual de bañado y curación se llevo acabo, estaba haciéndose el más fuerte para no hacerlo despertar y que notara de golpe aquello que había sucedida lo que deseaba evitar era la locura que posiblemente pudiera obtener a sentirse sucio, no permitiría que el mismo se lastimara así que estaba bien él pasar por todo eso.

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Despertó tras escuchar el trinar de las aves confundido por encontrarse en su habitación, se incorporo para poder terminar de despejarse de aquel sueño y pensar mejor los hechos pero al moverse sintió el fuerte dolor en su cuerpo que le hizo caer de nuevo acostado y dos lagrimas escapar de sus ojos.

“No puede ser… No puede ser… No puede ser… No puede ser…”, Repitió varias veces tras tener flash de donde su memoria se vio interrumpida, estaba… Hablando con aquella persona, luego… Esos hombres… Después de ello no recordaba, se cubrió los ojos con sus manos como esperando que así regresara los recuerdos.

Se levanto como pudo sintiendo aquella pulsada de dolor pero decidió ignorar de donde provenía, llegó al espejo apoyando sus manos en la pared mirando apenas lo que podía apreciar aquel reflejo, la marca en su rostro, cuello y no continúo, dio un paso hacía atrás cayendo a no pisar bien causándole casi un grito por caer sentado.

Eso no había podido haber pasado se decía, esperando una respuesta, mejor dicho exigiendo una respuesta en sus pensamientos. “Ellos nos fueron…”, Alzó su vista mirando a su hermano, sus labios se separado suavemente como si fuera a forma una pregunta, pero antes de que pasara pareció llegar la respuesta. “Ese sujeto te ayudo a escapar de esos tipos pero de ello salió algo inesperado…”.

-¿¡Inesperado!? -, Le grito a eso le llamaba inesperado, no, no podía ser… Estaba de broma, si, seguro era eso, su hermano estaba bromeando con él, seguro eso era un dolor imaginario, Que alguien le dijera que no era cierto.

Golpeo el suelo con el filo de sus manos como si esperara que realmente alguien le confirmara que sus sospechas eran falsas, pero quien lo haría si allí no había nadie más que su hermano, sintiendo ese abrazo que no podía ser más que sentido por él, sus lagrimas corrieron sin reserva por sus mejillas provocando que dejara salir un poco de aquello que sentía que ni siquiera sabía que era realmente, sólo sabía que no estaba bien ese día así que no deseaba salir de allí sólo se dejo arrullar por el único familiar que tenía.