Buenos vecinos

Luego del trabajo, había pensado llegar, como todos los miércoles, a comer a casa de María, su vecina. ¡Tenía tanta, pero tanta hambre! Y María cocinaba cosas deliciosas. Comida mexicana, exótica a su paladar, pero de verdad rica, nada mejor que la comida casera, calientita, recién hecha.

¿Qué habría preparado esta vez? ¿Flautas? Le gustaban las flautas y sabía que eran las favoritas de María... Sí, seguro eran flautas. ¡Qué rico!

-¡Buenas, vecina! –canturreó luego de tocar la puerta un par de veces, no muy fuerte.

Estaba en sus labores de preparar la comida cuando sintió bajo sus pies descalzos un charco de agua, preguntandose de donde provenía, abrió las puertas del mueble que cubre las tuberias del lavabo, y por su sorpresa se habia descompuesto, de pronto toda la habitacion estaba inundada, completamente desesperada tratando de solucionar el problema, lo empeora aun mas y se hace una fuga, cayendo el agua como si fuera una fuente de un parque, en eso escucha que alguien toca, abre la puerta y grita desesperada -auxilooo!!!!

Escuchó algo de ajetreo en el interior, uno que lo puso algo ansioso y, cuando Maria abrió la puerta de esa forma, gritando aquello, ni siquiera se dio tiempo de preguntar qué pasaba. Su instinto, por mucho más fuerte que su raciocinio, le hizo entrar rápido, poniendo a la joven tras él, estando alerta y en guardía para darle una paliza a...

-¿Ah?

¿Al chorro de agua que venía de la cocina...?

-Ay, vecinita... -dijo suspirando, dandose la oportunidad de calmarse un poco-. Qué buen susto me metió, pensé que alguien había entrado a la casa.

Despues de que el vecino dijo esas palabras, ella le respondio a su manera, muy particular

-- Hay vecino!! de haber entrado alguien, lo hubiera golpeado con mi sarten ardiendo

Espero unos momentos mientras el guapo vecino le ayudaba a reparar la fuga, despues de ya limpio todo, le preparo unas ricas flautas mexicanas, con su lechuga picada, crema, guacamole y la picante salsa.

-Ah, creo que me preocupa más saber que eso es muy probable -adminitó entrando a buscar las herramientas que sabía estaban en esa casa para poder reparar la fuga, temrinando algo mojado al tener que estar trabajando sobre el charco que había provocado la fuga, pero sin reparar en el pequeño daño.

Simplemente se fue a cambiar a su casa apenas arreglando aquel desperfecto para darle tiempo a su vecina de preparar la comida, de como que cuando regreso, ya aseado y con ropa seca, se encontró con una de las comidas que más le gustaba, una que basicamente le había presentado, de hecho, María.

-Nomás ver la comida me da más hambre... -comentó acercándose a la mesa-. Se ve que le quedaron bien ricas.