¿Y de verdad son ricos?

Barnes... casi no iba allí si no era absolutamente necesario, y no lo era en esta ocasión, pero allí estaba, estacionando su hermoso y prácticamente recién salido de la agencia Jaguar XJ 2011 color negro frente a un pequeño local.

Hizo una mueca, bajando sus lentes de sol, al notar que había dos locales que vendían repostería en la misma calle, pero luego solo rodó los ojos y caminó al que le había comentado. Con pasos elegantes y porte de quién se sabe bella, rica e importante, abrió la puerta del local, dejando que sonara la campanilla y se sacó los lentes, se cruzó de brazos y esperó mientras miraba el local...

No tan mal... para estar en Barnes, por supuesto.

Su auto:

Volteó al escuchar la voz y sonrió acercándose al mostrador, guardando sus lentes en su estuche y echando un rápido vistazo a los postres. El decorado era aceptable, por algo más de dinero seguro podía hacer algo mejor.

"Tengo un evento pronto, en una semana, el chef que usualmente se encarga de mis pedidos está enfermo y alguien en mi oficina comentó que tu eras tan bueno como él" sonrió, aparentemente amable "y vine a ver si es verdad"

Se dio permiso de dar un paso atrás para apreciar bien el trabajo en los postres y en el pan dulce, esperando que algo se le antojara, pero lo cierto es que, en ese momento, nada dulce le provocaba realmente, por más lindo que pudiera verse. Pero eso podía ser incluso bueno para su interlocutor.

"Mmh... haremos esto, vendeme lo que consideres tu especialidad, si creo que es lo suficientemente bueno, te haré un pedido para 300 personas y te pagaré la mitad de lo que pidas por él ahora mismo... en efectivo, por supuesto"

Sonrió ante su nerviosismo, divertida de cierta forma, porque era justo el tipo de personas con las que a veces era divertido jugar, presionando un poco... o mucho, dependiendo de cuánto soportaran.

Lo dejó ir por los pasteles, servírcelos y se recargó ligeramente con los antebrazos en el mostrador, mirando ambos platos, contemplativa, sin dejar ver en su rostro expresión alguna que le pudiera dar pista al pequeño repostero sobre si el diseño de los platos le parecía o no adecuado.

"¿Nervioso?" preguntó luego de un par de segundos en absoluto silencio, mientras su vista seguía en los postres.

Acarició con el dedo medio el borde de la taza y elevó la mirada con sonrisa ligeramente ladeada y, con voz serena le hizo notar: "Olvidaste los cubiertos"

Le divertía, para qué negarlo, esa atmósfera llena de expectativa en torno a ella, justo como la de aquellos que la miraban nerviosas deseando saber si obtendrían empleo, o si serían despedidos, o si tendrían un aumento, porque tras la misma expresión, estaba la posibilidad de cualquiera de esas tres variantes.

Tomó un tenedor para degustar los postes, primero el de chocolate, tomando apenas un bocado para llevárselo elegantemente a la boca y degustarlo, tomándose su tiempo, limpiando con cuidado el tenedor con los labios mientras lo sacaba de su boca, para limpiarse después con una pequeña servilleta antes de dar un trago al café.

Ni una sola palabra o expresión al respecto.

Tomó, después, un bocado del otro pastel, repitiendo el proceso y dejando luego el tenedor recargado contra el plato de uno de ellos.

"Nada mala" comentó mientras se limpiaba los labios. "Entonces, por 165 porciones de cada postre, ¿cuánto pides? Deberían estar listos para el 14 de febrero en la tarde, sin falta"

Tomó un poco más del café para dejar la taza sobre el mostrador para buscar en su bolsa su cartera.

"Entonces, como quedamos, te dejó la mitad ahora y el resto te lo daría cuando tengas los pasteles listos, pasarían por ellos a las 4:00 pm del 14" comentó sin verlo, contando los billetes antes de sacarlos. "Si tienes cuenta en el banco, mi asistente te estaría depositando el resto del dinero apenas le llamen que tienes el pedido"

Extendió los billetes al menor como si se tratara de cualquier cosa. Estaba preparada para ese tipo de gastos, después de todos.

"Asegúrate de darles algunas tarjetas de presentación, por si alguien más se interesa en tu producto y... Asegurate de tener listo todo a la hora" le sonrió, aunque no especialmente dulce, más bien... ligeramente amenazadora, esperando que tomara el dinero "no querrás quedarme mal"

"Mejor que así sea" advirtió, aunque sin el tono necesariamente amenazador, más bien como un pensamiento en voz alta mientras volteaba a la puerta y luego a su reloj.

"Tengo que encontrarme con unas personas en unos minutos. ¿Tienes algo que sirva como bocadillo?" Algo pequeño, era basicamente a lo que se refería, algo que no tuviera que cortarse y pudiera servirse directamente en el plato, estaba segura que no querrían algo en lo que pudieran elegir el tamaño de la porción. "Preferentemente, algo con zalzamoras"